Por primera vez en casi 300 años, siete volcanes se encuentran activos al unísono en Kamchatka, en el Lejano Oriente ruso, los cuales han despertado tras el terremoto de magnitud 8,8 que ocurrió la semana pasada y que según los científicos rusos causó un desplazamiento de 2 metros del sur de la península.
Los volcanes Bezimianni, Kambalni, Karimsnki, Kliuchevski, Krashenínikov, Mutnovski y Avachinski, los cuales no se encontraban activos a la vez desde el año 1737, cuando también se produjo un terremoto en la región, según informan medios locales. Es particular el caso del volcán Krashenínikov, que ha empezado a emitir lava por primera vez desde 1463 y estos días ha expulsado columnas de cenizas de hasta 6 kilómetros de altura. Otro caso que preocupa a los científicos es el de Kambalni, inactivo durante varias décadas.
Mientras tanto, el flujo de lava de Kliuchevski alcanza los 3 kilómetros de longitud acercándose al glaciar Bogdánovich, que ya ha comenzado a derretirse. La actividad volcánica está afectando así al turismo regional, donde son populares las excursiones por los volcanes Mutnovski y Avachinski, donde ahora son especialmente peligrosos los temblores y desprendimientos.
El pasado miércoles la península sufrió el terremoto más fuerte de los últimos 70 años, lo que también provocó un tsunami que afectó al litoral Pacífico de esta zona. Las autoridades rusas advirtieron que se podrían producir réplicas durante al menos un mes. La filial local del Servicio Geofísico Unificado de la Academia de Ciencias de Rusia informó en Telegram que el sur de Kamchatka se desplazó en casi dos metros al sudeste tras el seísmo.
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