Los recibimientos entre abrazos en la zona de llegadas del aeropuerto de Barajas se mezclaban esta mañana con caras largas de cansancio y frustración de los viajeros extracomunitarios. Muchos de ellos aseguraban haber tenido que esperar hasta cuatro horas en un control de pasaportes inusualmente colapsado que ha hecho incluso perder vuelos a varios viajeros.
"Es terrible, es horroroso, están tirados en el piso, la gente esperando su turno. Hay una fila para las personas que no tienen pasaporte español y, los que somos turistas como nosotros, ahí tiene que haber más de 5.000 personas", declara Olga Germán, una ciudadana de República Dominicana que asegura haber tenido que esperar "cerca de cuatro horas" para poder pasar el control de pasaportes.
La falta de información ha sido la queja generalizada de unos pasajeros que veían como las horas pasaban en una cola inmóvil de, según sus relatos, "miles de personas", sin que nadie les diera una explicación. Los mostradores de AENA ya en la zona exterior de la terminal estaban tranquilos, sin dar pista alguna del caos que se vivía a pocos metros tras los controles de seguridad que solo los pasajeros con billete pueden traspasar.
"Nosotros viajamos normalmente dos veces en el año desde hace como tres años, pero no nos había tocado una experiencia como hoy", declara Jonathan Vélez, un colombiano que aterrizó este miércoles juntos con otros tres amigos, todos igualmente contrariados al abandonar el aeropuerto tras su largo periplo. "Más o menos habremos estado como tres horas. Estuvo bien, bien, bien complejo. Y la logística, malísima. Todo el mundo estaba desesperado, todo el mundo quería salir rápido y no hay agilidad".
A pocos metros de los colombianos, otra compatriota suya, Paola Díez, daba otro testimonio de cómo muchos pasajeros estaban cerca de perder su vuelo por la infinita cola de pasaportes. "La gente no estaba nada feliz, porque había vuelos de conexión, inclusive algunas personas que viajaban y que, pues, de seguro perdieron su vuelo", declara la colombiana que asegura que "nunca informaron porqué estaba la fila tan extensa: He sentido que faltaba bastante información".
El caos en el área de controles de pasaporte no solo ha afectado a los viajeros, sino a los numerosos trabajadores de agencias de viaje que esperaban con resignación a los pasajeros que debían trasladar a sus hoteles y que llevaban ya varias horas de retraso.
"Hemos venido a recoger uno de nuestros clientes y si a las 11.10h aterrizaba, hemos salido de aquí hace un cuarto de hora", declara Ainhoa, sujetando un cartel con el nombre de su empresa con una mano y mirando la hora en su movil con la otra: son ya las dos de la tarde. La mayoría de sus clientes son del Reino Unido, país que está fuera del Espacio Schengen y, por tanto, sus ciudadanos también tienen que pasar por el pertinente control policial. "Ahí dentro deben estar pasando lo peor que aquí. Salen cansados, sobre todo cansados", asegura Ainhoa.
A pesar del caos, no se ha reportado ningún incidente y los pasajeros aseguran que el ambiente era incluso cordial, siempre que la consecuencia del retraso no implicara perder el vuelo.
"Había bastantes personas, pero todo chévere", declara, empujando un carro cargado de maletas, el dominicano Joan García, que reside en Madrid desde hace siete años. "La gente estaba enfadada, pero solo un poquito. Estábamos tranquilamente conversando en chelcha, como decimos los dominicanos".
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