lunes, 7 de julio de 2025

La masificación de Ha Long


La bahía de Ha Long, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1994, es uno de los paisajes más emblemáticos del sudeste asiático. Sus formaciones kársticas se han moldeado durante millones de años, esculpidas por la erosión del tiempo y el agua. Sin embargo, en los últimos años, el turismo masivo ha transformado este santuario natural en una autopista flotante, donde docenas de barcos recorren rutas idénticas, fondean en los mismos puntos y descargan centenares de visitantes por hora.

Desde principios del siglo XXI, Ha Long ha vivido un auge explosivo. Lo que antaño eran barcas de vela tradicionales se han convertido en embarcaciones de varios pisos, con camarotes de lujo y restaurantes flotantes. Los turistas quieren ver el atardecer entre las islas, remar en kayak en cuevas escondidas o dormir bajo las estrellas… sin renunciar al aire acondicionado ni a la conectividad constante. El resultado: un ecosistema saturado, con daños visibles en los fondos marinos, microplásticos acumulados en algunas calas y un ritmo de vida que ya no se parece al de los pescadores que durante siglos habitaron estas aguas. Se han implementado medidas, como limitar el número de barcos diarios o prohibir fondeos en zonas frágiles, pero muchas veces se topan con la presión de una economía local dependiente del turismo.

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