Descubre esta joya geológica en una ruta corta con escaleras, cuerdas y paisajes de película

Entre las paredes altas y húmedas de un desfiladero, con el agua turquesa brillante y un túnel natural que parece sacado de una película, el Pont Cabradís —o Quebradís— es uno de esos rincones que hacen pensar que Catalunya esconde un «Parque Jurásico» particular. La comparación no es mía: el creador de contenido Kevin López (@kevnatura), con más de 100.000 seguidores en Instagram, comparó el lugar con la película original de Steven Spielberg en un vídeo viral que acumula más de un millón de visualizaciones. Pero más allá del impacto digital, este espacio es una joya geológica y un paraíso para los amantes de las rutas a pie.
Una joya geológica escondida
El Pont Cabradís es un túnel natural de roca de unos 60 metros de largo por donde pasa el río Aigua de Valls, que recoge las aguas superficiales del término de Gósol para conducirlas hacia el Cardener, junto con las aguas de Guixers. El nombre, según Joan Coromines en la obra Onomasticon Cataloniae, viene del latín capraricium, «lugar tan estrecho que solo pasan las cabras». Su aspecto actual es fruto de millones de años de agua mordiendo conglomerados formados en el Eoceno y el Oligoceno. Traducción: es más viejo que la idea de poner piña en la pizza.
Para llegar, hay que ponerse un poco en modo excursionista explorador y subir hacia el Espai Natural Protegit de la Serra del Verd, en plena frontera entre el Berguedà y el Solsonès. La ruta comienza a un cuarto de hora en coche de la ermita de Sant Esteve de Sisquer, donde una pista asfaltada te lleva hasta una pequeña presa hidráulica con aparcamiento y un cartel informativo que, de entrada, ya te hace sospechar que lo que viene a continuación no será un paseo de domingo cualquiera.
Ruta con obstáculos
El camino se abre paso por la margen izquierda del río, fresco y sombrío, con el agua siempre como compañera. Y aquí empieza la diversión: primero una escalera, después una cadena para dar seguridad en un paso húmedo, más adelante unas raíces que hacen de peldaños improvisados, e incluso una cuerda para ayudarte en un tramo de subida. No es técnico, pero sí lo bastante entretenido como para que te sientas un poco Indiana Jones… sin el sombrero.
En unos 45 minutos, después de ir jugando con esos obstáculos y de ver cómo las paredes del desfiladero se van acercando, llegas al espectáculo principal. El Pont Cabradís aparece como una boca oscura que deja pasar el agua, con la luz entrando tímidamente por las dos entradas del túnel y reflejándose en un azul turquesa tan vivo que parece imposible que no haya un filtro de móvil. El ruido del agua, el goteo constante y la humedad en el aire crean una atmósfera de cueva viva.
Itinerario circular de 14 km
Los más valientes pueden mojarse los pies en la pequeña poza, aunque el agua es tan fría que probablemente recordarás ese momento durante todo el invierno. Los más curiosos, en cambio, pueden seguir explorando: desde el puente, la ruta puede continuar por el camino de los Cints, con una subida que te hace ganar altura rápidamente hasta el mirador de los Cintells. Desde allí, tienes una panorámica de 360 grados del mosaico de montañas y bosques que separan las dos comarcas. El descenso pasa por el Molí de la Corriu, cerrando una ruta circular de unos 14 kilómetros y unos 550 metros de desnivel.
No es un lugar masificado, y quizá por eso conserva ese aire de escenario secreto. En primavera y verano, el caudal es más alto y el camino, fresco y agradable. En invierno, las rocas pueden estar heladas, por lo que quienes recomiendan la ruta en blogs de excursionismo advierten que la dificultad aumenta en esta época del año por la posibilidad de sufrir algún resbalón. Sea cuando sea, el Pont Cabradís te regala la sensación de haber descubierto un trozo de naturaleza salvaje que se ha resistido a ser domesticada.
Quizá no encontrarás velociraptores, pero sí escaleras, cuerdas y paredes de roca que te harán sentir protagonista de una expedición. Y si cierras los ojos y dejas que el sonido del agua te envuelva, quizá, solo quizá, escucharás aquel rugido lejano que @kevnatura imaginó en este lugar que ya tiene enamorados a cerca de 40 mil usuarios.
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