jueves, 21 de agosto de 2025

Torrevieja no consigue que retiren las cerca de 700 gallinas que se han apoderado de sus calles

 


Una “invasión” de gallinas se ha apoderado poco a poco de parques y zonas verdes en Torrevieja, Alicante, y hasta el momento nadie ha sido capaz de evitar su reproducción ni de capturarlas. El Ayuntamiento asegura que, en realidad, “no representan un peligro ni una invasión” y que no se aventuran a dar un número exacto de ejemplares, aunque la prensa local habla de unos 700. Conscientes de los problemas sanitarios y de seguridad vial que conllevan centenares de gallinas campando a sus anchas en el espacio público, el consistorio sacó a licitación en febrero de este año un contrato público “a modo preventivo” para que alguna empresa se ocupara de ellas. Sin embargo, la empresa que recibió el encargo ha anunciado ahora que renuncia, ya que las aves deben capturarse vivas y llevarse a un santuario como indica la Ley de Protección Animal, algo para lo que aseguran no tener capacidad.

La bandada tuvo su origen en 2014, en la rotonda del parque Las Naciones, según reseñaba entonces el diario local Información. En aquel momento solo eran 40 ejemplares que alguna persona había dejado irresponsablemente allí, pero entre los vecinos que las alimentaban y las buenas condiciones del terreno, la población fue creciendo hasta llegar a las más de 700 que hoy se calculan. Ya no solo viven en aquel entorno, sino que poco a poco han ido colonizando hacia el suroeste del municipio otros espacios como el parque La Estación, la plaza Islas Canarias, una parcela abandonada de La Veleta y los alrededores del barrio San Roque y de la urbanización de lujo Villa Amalia.

Vídeos e imágenes de redes sociales muestran a polluelos, gallos y gallinas alrededor de las bancos de los parques o cruzando las calles de la ciudad. “Vas por la carretera con el coche y te salen de pronto”, cuenta Inma, una vecina de Torrevieja que trabaja además en el entorno del parque Las Naciones. La prensa local ha señalado que algunas de las aves se han visto cruzando la carretera N-332, lo cual ha generado situaciones de peligro vial. El otro problema es el riesgo para la salud que generan las gallinas en el espacio público. “Están las calles sucias y hacen ruido a todas horas”, señala Inma.

Concha Sala, concejala de Bienestar Animal del Ayuntamiento de Torrevieja, asegura que las gallinas “no se consideran una invasión ni nada peligroso”, y que capturarlas es “una forma de prevenir futuros o supuestos problemas que pudieran surgir por este tema”, que “de ninguna manera se trata de que existan ahora”. Aun así, el Consistorio presupuestó unos 26.000 euros para el contrato, con una duración de un año. Según Sala, hace un año aproximadamente las gallinas existentes en Torrevieja “se recogieron, trasladándose a una granja escuela en la Región de Murcia”, aunque reconoce que en aquel momento no se retiraron todas.

La empresa que recibió la licitación, Ecoplanín Xestión e Información Ambiental SL, con sede en Galicia, presentó una propuesta por 19.600 euros, por lo que la captura de las 700 aves costaría unos 28 euros por animal, frente a los 37 previstos por el consistorio. Sin embargo, la empresa ha decidido renunciar porque alega que no se habían informado correctamente de que los animales no solo deberían ser capturados vivos y trasladados a un santuario, sino que encontrar este lugar también debía estar a su cargo. En ningún caso podían ser exterminadas, en cumplimiento de la normativa vigente de la Ley de Protección Animal.

“Lamentamos mucho los daños que hayamos podido causar al Ayuntamiento de Torrevieja y a los vecinos, sobre todo por las demoras que esto pueda ocasionar”, subraya a EL PAÍS Miguel Ángel Fernández, director de Ecoplanín. Según Fernández, su empresa ya tenía preparado tanto el protocolo a aplicar para capturar a las gallinas sin causarle daños como las herramientas necesarias, pero que a última hora es que han leído “la letra pequeña”. “Somos una empresa que se dedica al control de especies exóticas, y ya hemos tratado con comunidades de tortugas galápagos, por ejemplo, pero esas las llevamos a un centro de recuperación de la Xunta, que no tuvimos que buscar nosotros”, explica.

Los santuarios a los que se deberá trasladar la bandada suelen ser de propiedad privada y en ellos se reubican animales “de granja” que las explotaciones ganaderas califican de exceso u otros que han sido abandonados como en el caso de las gallinas de Torrevieja, explica Yolanda Morales, portavoz nacional del partido animalista Pacma. “De estos animales no se puede sacar rentabilidad”, aclara Morales, y su estancia en los santuarios debe garantizar que mueran de forma natural. Para capturar a las gallinas de forma adecuada, preferiblemente se debe hacer de noche, cuando están en reposo, y utilizando jaulas trampa y no redes, ya que estas pueden provocarles fracturas en las alas.

Con la renuncia de Ecoplanín, el Ayuntamiento de Torrevieja vuelve a quedar sin respuesta para un problema de años. El siguiente paso será llamar a las demás empresas que se presentaron a la licitación en búsqueda de una solución, aunque el diario Información asegura que varias de las siete que quedaron fuera en un primer momento se dedican a la exterminación.

Aunque una parte de los torrevejenses ven a las gallinas como el enemigo, otros las consideran casi convecinas. “Hay mucha gente a las que le hacen gracia y a los niños que pasean les gusta verlas. También se comen los bichitos, así que por ese lado hacen bien”, dice Félix, vecino del parque La Estación. Y algunos turistas, cuenta el vecino, incluso las están viendo como una “atracción”, como los monos de Gibraltar.






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