sábado, 2 de agosto de 2025

La isla casi desconocida de España y con playas vírgenes que sólo se puede visitar en verano

 

Aunque bastante desconocida para la gran mayoría, esta isla española no es un islote lejano abandonado en medio del océano, sino que se encuentra pegada a las costas de Galicia y forma parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas. Hablamos de la isla de Ons, un paraíso atlántico escondido frente a las Rías Baixas, que combina naturaleza salvaje, playas solitarias y una calma difícil de encontrar en pleno verano. Es una joya de nuestra geografía poco conocida y muy bien conservada.

Situada frente a la costa de Pontevedra y perteneciente al municipio de Bueu, su casi total anonimato le viene en parte por estar eclipsada por sus vecinas más famosas: las islas Cíes. Y es precisamente en esa falta de fama donde reside parte de su encanto

En sus poco más de cuatro kilómetros cuadrados de superficie, la isla de Ons alberga un pequeño paraíso con paisajes casi vírgenes y hasta cinco playas. La más impresionante es la de Melide, de arena blanca, nudista y casi virgen, como un trozo del Caribe en Galicia. Luego están la remota del Almacén o Das dornas; la de Area dos Cans, más concurrida, junto al pequeño núcleo urbano de Curro; la de Canexol, (bajo el castro y el cementerio de la isla, y la de Pereiró.

Además de las playas, la isla es un imán para los amantes del senderismo. Cuenta con cuatro rutas señalizadas (Sur, Norte, del Faro y del Castelo) que permiten explorar sus acantilados, miradores naturales y restos históricos, como búnkeres de la Guerra Civil o una antigua fábrica de salazón.

Como buena isla gallega, también alberga multitud de creencias y leyendas. Una tiene que ver con el Buraco do Inferno, una cavidad natural que según la leyenda conecta con el mismísimo infierno y que en tiempo de tempestad por su entrada llegan y se escuchan los lamentos y quejidos de las almas que sufren tormento en el Fuego Eterno.

A diferencia de otras islas gallegas de este litoral y aunque parezca sorprendente, en Ons se puede pernoctar y por supuesto también comer. Entre las opciones de alojamiento está la pensión Casa Acuña, que cuenta con varias habitaciones y restaurante, y el camping Isla de Ons (con incluso zona Glamping). Ambos normalmente permanecen abiertos durante el verano y están bastante solicitados.

La isla experimentó un fuerte auge turístico hace unos 25 años cuando se abrieron las conexiones regulares de barcos en temporada de verano. La mayoría de los visitantes permanecen en la isla tan sólo un día y se calcula que durante el año la isla recibe en torno a los 60.000 visitantes. Ojo, porque para visitarla, es necesario reservar plaza con antelación a través de la Xunta de Galicia.

Los trayectos marítimos son cómodos y frecuentes, partiendo barcos de empresas como Cruceros Rías Baixas desde los puertos de Bueu (que es de donde más barcos salen), Sangenjo Portonovo (que comparten línea). Los barcos operan con regularidad desde el 1 de julio al 15 de septiembre) y el trayecto, que dura entre 40 y 60 minutos, ofrece una panorámica espectacular de la costa gallega. Quienes dispongan de barco privado deberán solicitar un permiso de fondeo antes de poner rumbo a Ons.








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