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Las partículas PM10 se disparan a valores extraordinarios durante unas horas

Petardos, hogueras y hogueras hacen que la noche de Sant Joan sea el momento del año en que la contaminación por PM10 toca los máximos anuales en Barcelona. Unas horas en que la concentración de partículas PM10 se dispara.
Registros horarios de PM10 estratosféricos
Cada año, de manera recurrente y sin que haya casi excepciones, los niveles de polución por PM10 se disparan sobremanera durante la verbena de San Juan, especialmente por las vueltas de la medianoche.
Por norma general, se considera nocivo para la salud cuando las partículas PM10 subrepasan, en promedio diario, los 50 ug/m3.
Esta cifra se supera con creces durante la noche de San Juan, que durante los últimos años ha llegado a hacer puntas superiores a los 1.000 ug/m3 en una hora, como en 2017, con un pico máximo de casi 1.200-1.400 ug/m3 en el Eixample y el Poblenou, hacia la medianoche.
Estos datos escandalosas quedan un poco maquillados por el hecho de que son horarias y que lo que cuenta es la media diaria.
A pesar de todo, para ponernos en contexto, sólo un dato horario de 1.200 ug/m3 sería suficiente como para superar el umbral que marca la declaración de aviso preventivo de contaminación por media diaria. Y con solo una hora.
La meteorología, la gran aliada... o no
Este pico repentino de polución por PM10 se da por todas partes sin excepción, con más o menos incidencia y depende también, en parte, de las condiciones meteorológicas que tengamos.
Así, verbenas con viento o lluvia ayudan a dispersar contaminantes, a la vez que también hacen tirar atrás a mucha gente, especialmente si llueve.
Pero, evidentemente, San Juan ya es noche de verano, aunque no la más corta del año. Y como noche de verano es difícil tener una meteorología propicia para la dispersión de contaminantes.
La lluvia rara vez hace acto de presencia (algunos recordaréis la verbena de 1992 y, especialmente, la de 1996: muy fresca y lluviosa) y la temperatura casi nunca falla a la mínima tropical, en una noche que se ha calentado de media dos grados
Así, la meteorología no acompaña en la noche que más castigamos la parte más superficial de la troposfera.
Evidentemente la culpa no es de la meteorología, pero probablemente esta misma verbena, en otra época del año, daría registros sensiblemente más bajos.
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