Los científicos descubren que ha comenzado la reacción violenta del planeta ante la desaparición de un mar

 Se han disparado las alarmas en los últimos tiempos por un fenómeno que está teniendo consecuencias a nivel mundial, a pesar de que es provocado por la actividad en un sitio muy concreto. Se trata del Mar de Aral, ubicado entre Kazajstán y Uzbekistán, donde lo que está pasando ahí puede tener un impacto negativo en la estabilidad geológica en el territorio, con el aumento de las probabilidades de que se produzcan terremotos. Y todo por el caudal de dicho mar.

Explican en el medio In Business que un equipo internacional de científicos de Estados Unidos y China ha registrado el sorprendente fenómeno, pues "el fondo del Mar de Aral se eleva y desciende gradualmente como si fuera masa leudada. Esto se debe a la reacción del manto terrestre a la pérdida prolongada de agua a gran escala", algo que comenzó a pasar en 1986, cuando empezó a contraerse y dividirse en dos, secándose en su mayor parte en 2020.

Se estima que el volumen de agua perdido es de más de 1.100 millones de toneladas. La web kazaja cita que los geofísicos explican que las rocas del manto se asemejan a un trozo de masa y cuando el agua que las había estado aplastando "desapareció", poco a poco se fueron elevando, "pateando" la corteza terrestre hacia afuera. "Los científicos han descubierto que el fondo seco del mar de Aral, que una vez cubría 70.000 kilómetros cuadrados, aumentó una media de siete milímetros por año entre 2016 y 2020", escriben en el artículo, destacando el impacto brutal que tiene todo esto.

Y es que consideran que este tipo de cambios son señales que deberían alarmar a toda la humanidad, porque la forma de la Tierra está cambiando. Wang Teng, científico de la Universidad de Pekín en China, dijo que se dio cuenta de que "la desecación de la gigantesca masa de agua de la región provoca una 'conexión sólida' entre las capas profundas de la Tierra", por lo que crearon un equipo científico y comenzaron una investigación para comprobar esta teoría a través de diferentes técnicas para monitorear la actividad de la zona.

"Utilizamos mediciones satelitales. Monitoreamos incluso los cambios más insignificantes en las alturas y crestas de la superficie del Mar de Aral. Utilizando un modelo del manto bajo él, estudiamos los cambios que se estaban produciendo en las profundidades. Como resultado de un trabajo tan detallado, se determinó que la superficie del Mar de Aral está comenzando a ascender y que se está produciendo una enorme reacción en las profundidades", declaró Teng, que junto a su equipo comparan esto con cambios similares durante el derretimiento de los glaciares.

Un intento de prevención en la zona

Roland Burgman, profesor de la Universidad de California, explicaba que la reacción del manto terrestre a la desecación del Mar de Aral es uno de los cambios más importantes en el interior del planeta, señalando que están impulsando erupciones volcánicas en todo el mundo. La alarma en la comunidad internacional es grande. En este caso concreto, afirman en el artículo que, tras la independencia de Kazajistán, intentaron rellenar su parte el Mar de Aral con la construcción de la presa de Kokaral, pero no se logró retener completamente el agua.

Después de años intentando construir una nueva, el debate político en el país ha sido grande. Sin llegar a grandes acuerdos, lo que sí se ha puesto en marcha por parte del Ministerio de Recursos Hídricos e Irrigación es un proyecto de conservación del Mar de Aral Norte, iniciando la segunda fase para "la reconstrucción de la presa de Kokaral y la elevación del nivel del mar en el sistema báltico a 44 metros, así como la construcción de una central hidroeléctrica cerca de la aldea de Amanotkel para estabilizar los recursos hídricos en los sistemas lacustres de Akshatau y Kamystybas, en el distrito de Aral de la región de Kyzylorda", escribe In Business.

Se espera que con esto la superficie de la cuenca aumente a 3.913 kilómetros cuadrados y el volumen de agua alcance los 34 kilómetros cúbicos, aunque se estima que se necesitan entre cuatro o cinco años para que el mar alcance ese nivel. La reconstrucción de la presa de Kokaral que separa el Mar de Aral del Norte del Gran Mar de Aral estaría completada a finales de 2025, ayudando tanto a la preservación del lugar como a la reducción de la salinidad del agua.