La lava sigue avanzando en Islandia y ya ha alcanzado las primeras casas de Grindavik, el pueblo pesquero que este domingo vio como el magma brotaba por una nueva grieta provocando su segunda evacuación en menos de tres meses. 

A pesar de que la roca fundida sigue su curso, esta parece haber reducido su velocidad y avanza más despacio, tal y como explican expertos de protección civil al medio islandés Morgunblaðið. De esta manera, este nuevo curso del magma mantiene la esperanza de poder recuperar objetos de valor de los inmuebles de la localidad afectada. 

Por el momento, la Policía está monitoreando la situación a través de diferentes cámaras de seguridad, así como desde un grupo de drones que han facilitado la situación, proporcionando un reconocimiento del terreno que habría sido imposible para un helicóptero. 

Para una evaluación más precisa, a las 10.00 hora local (11.00 hora peninsular española), tendrá lugar una reunión entre el comité científico que se encarga de examinar la situación. En esta se estudiará y debatirá el protocolo de actuación para los próximos días, indica el medio mencionado. 

Este comité, además, también determinará si se permite que los vecinos de esta población puedan regresar para poder recuperar sus efectos personales, algo que no sucedió tras esta nueva erupción, ya que los expertos no saben cuál puede ser el comportamiento del magma. 

La lava devora las primeras casas en Grindavik.

Interrumpido el suministro de agua

La erupción tuvo lugar a primera hora de este domingo tras la apertura de una nueva grieta. Esta es más pequeña que la de entonces, aunque el magma expulsado parece haber superado las barreras de contención previamente instaladas. Como consecuencia, el suministro de agua se vio interrumpido después de que la lava afectara a una tubería importante de la planta geotérmica de Svartsengi. 

La zona afectada había permanecido sin actividad volcánica desde hace 800 años. Sin embargo, a principios de 2020 comenzó un gran movimiento sísmico en la península que provocó una erupción en 2021. Desde entonces, esta última es la quinta que provoca la expulsión de lava. 

Aunque Islandia está acostumbrada a estos episodios, los residentes no han experimentado un evento que amenace áreas habitadas a tal escala desde 1973, cuando parte de una ciudad de unas 5.000 personas quedó sepultada bajo la lava en las Islas Westman.

El magma alcanza las primeras casas de Grindavik.
El magma alcanza las primeras casas de Grindavik.