sábado, 28 de junio de 2025

El 'camino de la droga' de Brians: así entran los estupefacientes en la cárcel barcelonesa

  Metropoli


Fotomontaje sobre el consumo de drogas y la penitenciaría de Brians 2

Fotomontaje sobre el consumo de drogas y la penitenciaría de Brians 2 METRÓPOLI

El consumo y tráfico de drogas supone un serio problema para el normal funcionamiento del día a día de las penitenciarías en Catalunya. Centros como Brians 1 y 2, en Barcelona, ven alterado a menudo por todos los problemas derivados del consumo de estupefacientes.

Así lo han explicado sindicatos, plataformas y funcionarios de prisiones a este digital, que destacan que es habitual lidiar con casos de sobredosis entre los internos.

Más allá de las intoxicaciones, el tráfico de consumo de estupefacientes es un gran palo en la rueda para aquellos internos que se acogen a los programas de rehabilitación e intentan desintoxicarse en una penitenciaría en la que, según datos de la Generalitat, el 40% presenta problemas de adicción.

Por ese motivo, sindicatos como CSIF han puesto el grito en el cielo cuando la dirección de Brians 2 ha autorizado la distribución de papel de plata sin plomo para algunos internos bajo autorización del Centro de Atención y Seguimiento (CAS).

Tráfico

Una parte importante del funcionariado y sus representantes, por otro lado, apuesta por una línea más dura a la hora de combatir la droga. Y es que "una prisión no deja de ser un reflejo de la sociedad".

Por eso, el tráfico y el acceso a estupefacientes impide la rehabilitación, genera nuevas adicciones y es una causa habitual de situaciones de extorsión.

El conseller Ramon Espadaler durante su visita a Brians 1

El conseller Ramon Espadaler durante su visita a Brians 1 EP

"El camello genera un círculo vicioso que afecta a todo su entorno. Dificulta la rehabilitación e impacta en las familias. La droga es mucho más cara en las cárceles, por lo que hay internos que se pueden endeudar, deuda que cae sobre las familias para evitar daños a los internos", detalla el sindicato.

Pero, ¿Cómo entra la droga en centros vigilados? Desde la plataforma Marea Blava y el sindicato explican que hay localizadas varias rutas de entrada:

Rutas de acceso

En primer lugar, de la misma manera que con los teléfonos móviles, los vis a vis son una forma recurrente de introducir sustancias de contrabando. También es habitual colar sustancias tras la vuelta de permisos.

"Los familiares únicamente pasan por el arco detector de metales, que además de no detectar las substancias prohibidas, difícilmente detectan teléfonos móviles si estos son introducidos en cavidades corporales", detalla Marea Blava.

Exterior de la prisión de Brians 1, en Sant Esteve Sesrovires

Exterior de la prisión de Brians 1, en Sant Esteve Sesrovires Gencat Barcelona

Se suman a estas formas los paquetes de entrada. Las familias pueden enviar paquetes con ropa cada mes. En ocasiones, debido a la falta de personal, la cantidad de paquetes depositados y lo bien escondida que puede estar la droga, logran colar estas sustancias.

Por último, se ha detectado, en menor medida "pero de manera innegable", que hay sustancias que se introducen por la vía de voluntarios, trabajadores externos y funcionarios corruptos de las penitenciarías. Si bien coinciden todas las fuentes consultadas en señalar que son casos minoritarios, sí explican que es la que más daño hace al buen hacer de los profesionales de los centros.

Cómo se combate

La primera y gran línea de defensa son los funcionarios y trabajadores de las penitenciarías. Se realizan regularmente cacheos a los internos e inspecciones en las celdas y, de encontrar sustancias, se incautan. También se revisa la paquetería que llega a los centros.

De forma excepcional, estos cacheos se pueden hacer a los familiares antes de los encuentros. De forma todavía más excepcional, pueden llegar a pasarse controles radiológicos que detectan si las personas llevan introducido algo en las cavidades corporales.

Exterior de la prisión de Brians 1 (Sant Esteve Sesrovires)

Exterior de la prisión de Brians 1 (Sant Esteve Sesrovires) Gencat

Esta última, sin embargo, requiere de autorización de los servicios médicos y no son nada habituales debido a los posibles riesgos que puede implicar por el riesgo a radiaciones en los internos.

"Aquí suele darse un problema, y es que estas pruebas se autorizan por cuestiones médicas, pero no para detectar droga introducida y se ignora que una bolsa, de reventar en el interior del cuerpo de una persona, puede poner en serio riesgo su salud", lamentan.

Una fuente de conflictos

"En caso de llegar a los patios, supone un riesgo para el resto de internos y/o seguridad del establecimiento", añaden, pues, "la entrada de sustancias u objetos prohibidos son la principal fuente de conflictos en el interior de los centros penitenciarios".

Centro penitenciario Brians 1 (Sant Esteve Sesrovires)

Centro penitenciario Brians 1 (Sant Esteve Sesrovires) Gencat

"Esto se debe a la alteración de las conductas de los internos que la consumen o a las deudas que se contraen entre ellos debido al precio que adquiere dentro de los centros tanto los objetos (principalmente teléfonos móviles) como las sustancias prohibidas --principalmente hachís y en menor medida heroína así como en los últimos años también cocaína, MDMA i TUSI entre otras--", concluye.

Fuentes de la Generalitat añaden a la lista los programas de rehabilitación, desintoxicación y seguimiento del consumo monitorizados por el CAS que tienen por objetivo la reducción y la eliminación de la drogodependencia entre la población reclusa.

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