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Con la llegada de la primera ola de calor, toda precaución es poca para protegerse de las temperaturas extremas, especialmente los colectivos más vulnerables, ya que es más probable que puedan sufrir episodios de golpes de calor que puedan resultar incluso mortales. Mayores, niños, enfermos crónicos, embarazadas, o trabajadores expuestos al aire libre forman parte del grupo que debe estar en alerta ante esta sofocante situación, aunque las autoridades extienden las recomendaciones a toda la ciudadanía, ya que nadie está exento de sufrir este verano un golpe de calor.
En este sentido, los golpes de calor se producen cuando la temperatura corporal aumenta de forma drástica debido a una exposición prolongada al sol o bien por realizar una actividad física en ambientes muy calurosos o con poca ventilación.
"En la primera ola de calor del verano hay mucha gente que no se ha enfrentado todavía a muy altas temperaturas, y el cuerpo no se ha aclimatado y no ha introducido en su rutina diaria los hábitos de autoprotección, y eso es lo que hace principalmente sea la más agresiva y la que tiene una mayor mortalidad", advierte el responsable del Observatorio de Salud y Cambio Climático del Ministerio de Sanidad, Héctor Tejero.
Por su parte, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) recuerda que el calor extremo puede provocar síntomas peligrosos, que muchas veces son confundidos con malestares cotidianos, como dolores de cabeza, mareos, cansancio y deshidratación. De ahí que haya que prestar especial atención a cualquier síntoma, por muy leve que parezca, para poder actuar con rapidez.
Estos son los síntomas principales a los que hay que estar atento este verano para evitar golpes de calor, según indica la Cruz Roja:
- Sed intensa y sequedad bucal.
- Temperatura corporal elevada: superior a 39º C (medida en la axila).
- Sudoración excesiva.
- Sensación de calor sofocante.
- Piel seca.
- Agotamiento extremo, cansancio o debilidad muscular.
- Mareos o desmayo o vértigo.
- Calambres musculares.
- Agitación e irritabilidad.
- Síntomas digestivos: dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos.
- Dolores de cabeza (a menudo descrito como sensación de latido u opresivo).
- Alteraciones neurológicas graves: confusión, desorientación, delirio, convulsiones, incluso coma.
De aparecer estos síntomas, los expertos recomiendan buscar un lugar con sombra, refrescarse y beber agua en pequeñas cantidades frecuentemente, pero, si son graves, como en el caso de la pérdida de conciencia, hay que pedir ayuda médica de inmediato.
Desde el Ministerio de Sanidad recuerdan también la importancia de la prevención y cómo distinguir si lo que nos ocurre es una situación de agotamiento por calor, insolación o golpe de calor:

Para evitar este problema, los expertos aconsejan hidratarse constantemente, evitar la exposición directa al sol entre las 12 y las 18 horas, vestir adecuadamente con ropa ligera, hacer pauses en lugares frescos, evitar el deporte en horas punta y extremar el cuidado con la medicación, ya que algunos fármacos pueden aumentar la susceptibilidad a las altas temperaturas.
En el caso de las mascotas, también es importante evitar pasear en horas de calor, refrescar su entorno, nunca dejarlas encerradas en el coche, vigilar los signos de golpe de calor y, en caso de presentarse, retirarlas a un lugar fresco, humedecer el cuerpo con agua fresca y llevarlas de forma urgente al veterinario.
Cómo actuar ante un golpe de calor
Ante un golpe de calor, lo importante es actuar rápidamente para intentar bajar la temperatura corporal y buscar ayuda médica, apuntan desde la Cruz Roja, que ofrecen una serie de pautas:
- Traslada a la persona afectada al lugar más fresco posible, preferiblemente a la sombra y ventilado.
- Afloja o quita la ropa.
- Intenta bajar su temperatura corporal aplicando compresas de agua fría o paños húmedos directamente. También se puede sumergir al enfermo en agua fría o templada, pero teniendo en cuenta que el contraste demasiado rápido y excesivo con el frío puede contraer los vasos sanguíneos de la piel y estimular la aparición de escalofríos, lo que puede retrasar el enfriamiento.
- Si está consciente y puede tragar, ofrécele agua fresca (o incluso agua con una cucharadita de sal).
- No se deben administrar medicamentos para la fiebre (antifebriles como paracetamol o ibuprofeno), ya que pueden ser perjudiciales.
- No le frotes la piel con alcohol.
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