Un hombre acompaña a su mujer al centro médico y muere tras ser succionado por una máquina de resonancia magnética: las redes sociales no dan crédito

Cuando parece que nada puede sorprendernos, salta una noticia que sí lo hace. Y con creces. Esto se debe precisamente a lo que le ha sucedido a un hombre de 61 años, que ha muerto tras ser absorbido por una máquina de resonancia magnética (MRI) en el centro médico de Nassau Open MRI en Westbury, en Long Island (Nueva York).

Hasta aquí, todo más o menos normal. Sin embargo, ahora viene lo sorprendente: fue precisamente su gran complemento, un collar de metal de 9 kilos que llevaba colgado al cuello, lo que ha provocado el accidente, según ha informado de modo contundente la 'BBC'.

Hechos

Pero esto no es todo: no era él quien estaba practicándose esta prueba médica, sino su mujer. De acuerdo a la información proporcionada por el Departamento de Policía del Condado al citado medio, este entró sin permiso a la sala para ayudar a su esposa -que estaba allí por problemas de rodilla- mientras toda la máquina se encontraba en funcionamiento.

Después de ser absorbido por la máquina, el hombre fue trasladado rápidamente al hospital, donde terminó falleciendo, por desgracia. Ante la polémica generada por las redes sociales, sobre todo en 'X' (antes Twitter), las autoridades han afirmado que se trató de un "accidente médico".

Más detalles

Como bien todos sabemos, el motivo de esta tragedia no es otro más que las máquinas de resonancia magnética utilizan un campo magnético potente para producir imágenes detalladas. De ahí que el personal sanitario siempre pida a los pacientes que se someten a estas pruebas que se cambien de ropa antes de acercarse y se quiten todos los elementos metálicos.

"El hombre llevaba una gran cadena metálica alrededor del cuello, lo que hizo que fuera arrastrado hacia la máquina en un episodio calificado de accidente médico", ha revelado de manera detallada el Departamento de Policía del Condado, que ha abierto una investigación al respecto.

A tener en cuenta

Adrienne Jones-McAllister, la mujer del fallecido, no da crédito ante lo sucedido. De hecho, ha declarado a la televisión local News 12 Long Island lo poco que recuerda, con un tono emotivo y entre lágrimas. "Me dijo adiós con la mano y luego todo su cuerpo se quedó flácido", ha puntualizado.