jueves, 7 de agosto de 2025

Descubierto un misterio de hace 250 años: la carabela portuguesa no es una única especie sino cuatro

 20Minutos


Especiel de carabela portuguesa descubiertas y catalogadas recientemente por equipo científico con presencia española.

Un equipo internacional de científicos en el que participan investigadores del Centro Andaluz de Biología de Desarrollo (CABD-CSIC-UPO-JA) y el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN-CSIC) ha resuelto un misterio de los siglos XVIII y XIX. La mal llamada medusa carabela portuguesa, que en realidad es un organismo llamado hidrozoo colonial, no es una única especie, sino cuatro. Los investigadores han descubierto que no solo existe la Physalia physalis, sino también las bautizadas científicamente como Physalia utriculusPhysalia megalista y Physalia minuta.

Tras secuenciar el genoma de 151 ejemplares y analizar 4.000 imágenes compartidas en iNaturalist, una comunidad global de fotografías tomadas por naturalistas, científicos y público general, el equipo científico ha confirmado hipótesis taxonómicas que habían sido descartadas de los siglos XVIII y XIX, cuando investigadores "describieron con dibujos" tres de las especies que ahora se han clasificado.

Así lo explica a 20minutos Laura Prieto, líder de las investigaciones sobre organismos gelatinosos que se llevan a cabo en el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN-CSIC), que destaca que lo más característico de este estudio es que se ha realizado por primera vez a escala global. De esta forma, se concluye que, además de la Physalia physalis, que es la única especie que se conocía hasta ahora y se distingue por ser "la más grande" -es, además, la que se localiza en todo el litoral español y la que este verano está causando estragos a los bañistas del Cantábrico-, se confirma la existencia de las especies Physalia utriculus y Physalia megalista, que ya fueron descritas antiguamente. A ellas se suma una cuarta especie completamente nueva: la Physalia minuta, que ha sido bautizada así por su pequeño tamaño.

Otra de las claves de esta investigación es que contribuye a comprender los procesos evolutivos de estos organismos. Al vivir en océanos abiertos, un entorno vasto y altamente conectado, se pensaba que esta circunstancia limitaba la diferenciación genética al ser organismos de dispersación a gran escala. Sin embargo, los investigadores plantearon la hipótesis de que las carabelas portuguesas estuvieran "bien mezcladas" entre sí y no constituyeran una población uniforme.

El trabajo, publicado en la revista Current Biology, concluye que "dentro de cada especie, observamos una estructura poblacional significativa, con evidencia de subpoblaciones persistentes a escala regional". El equipo empleó "modelos de circulación oceánica para demostrar que estas subpoblaciones se alinean con las corrientes y vientos predominantes. Nuestros hallazgos indican que, incluso en estas especies navegantes, la variación genética está altamente distribuida en el océano abierto", afirman en el artículo.

En palabras de Prieto, "al estar todos los océanos conectados y ser una especie de océano abierto, se esperaba que las dos que habían descrito en el siglo XVIII y XIX fueran realmente Physalia physalis, porque asumíamos que el océano abierto no tenía fronteras. Pero realmente se vio que hay otras tres [especies] y esto se explica porque las cuencas oceánicas son una, pero las corrientes regionales y locales hacen como una isla de mar en la que evolucionan y se diferencian. Cuando bajas la escala de estudio de oceanografía física, te encuentras con otro tipo de corrientes que son más regionales. Y eso hace que pueda desarrollarse con el tiempo otra especie que se aleja de la especie madre". Y agrega un ejemplo: "Como los felinos, que salieron del primer felino, pero luego los de África evolucionaron de una manera y los de Asia de otra, hasta el punto de documentar especies distintas como el tigre, el puma o el leopardo".

Los investigadores han descrito la distribución geográfica de cada uno de los cuatro tipos. Según reza el artículo, las cuatro especies identificadas "tienen áreas de distribución distintas y superpuestas". Los investigadores ubican a la Physalia physalis  principalmente en el Atlántico. Esta es la que se ha avistado en las costas españolas, incluidas las canarias, en las Azores portuguesas o en Irlanda. La Physalia utriculus está presente en todo el Pacífico, el Índico y el Atlántico suroccidental; Physalia megalista, en la parte sur del Pacífico, el Índico y el Atlántico; y Physalia minuta, cerca de Nueva Zelanda y Australia

Imágenes de las cuatro especies de carabela portuguesa descritas por los investigadores en la revista Current Biology.
Imágenes de las cuatro especies de carabela portuguesa descritas por los investigadores en la revista Current Biology.CURRENT BIOLOGY

"También encontramos evidencia que sugiere una posible quinta especie, pero la ausencia de datos morfológicos de especímenes secuenciados, junto con el valor FST [una medida utilizada en genética de poblaciones] relativamente bajo y la proximidad filogenética a Physalia utriculus, impide su designación en este momento", añaden los investigadores.  

Aunque es habitual confundirla con una medusa, la carabela portuguesa es en realidad un organismo denominado hidrozoo colonial, formado por centenares de individuos especializados que trabajan juntos como si fueran un solo ser vivo. Su característica más llamativa es su flotador gelatinoso que le permite desplazarse con las corrientes por la superficie del mar. Se llama neumatóforo y tiene forma de vela, de ahí el nombre de carabela portuguesa, pues su forma recuerda a estos barcos. De esta parte cuelgan los tentáculos, que miden de media entre tres y cinco metros, pero pueden llegar a los diez, tal y como expone la investigadora del ICMAN-CSIC.

En esta colonia, el flotador es "clave" porque es el que transporta a los tentáculos por la superficie del mar, que es donde viven. "Si se hunde al fondo del mar, ya no pueden vivir". Del neumatóforo cuelgan los tentáculos, donde cientos de organismos se reparten las funciones de cazar, alimentarse y reproducirse con un beneficio común. Si uno falla, el resto le suple. Pero si la vela se hunde, la colonia de tentáculos ya no pueden sobrevivir.

La carabela portuguesa 'original', la Physalia physalis -que es la que se encuentra en las costas españolas-, es la más grande. En su caso, los tentáculos pueden llegar a los 10 metros de longitud

De las nuevas especies documentadas, la Physalia minuta se ha denominado así por su pequeño tamaño, pues solo "tiene tres tentáculos que solo miden diez centímetros", detalla la científica.

Urticante: qué hacer si te pican

Los tentáculos de todas las especies conocidas hasta la fecha de carabela portuguesa son urticantes y pueden causar picaduras dolorosas, por lo que Prieto advierte a la población de que si las ve en el mar, tengan en cuenta su dimensión oculta bajo el agua y tome la distancia oportuna de precaución. Y si las encuentran en la arena, también hay que tener cuidado "porque las células urticantes son microscópicas y siguen activas". Prieto recomienda "no tocarlas" -incluso si pierde su característico color azul-morado y se vuelvan blancas, lo cual podría indicar que ha muerto-, y avisar los servicios de socorrismo o al 112. Para los perros puede ser igualmente urticante. 

En cualquier caso, la picadura no es mortal. "No tenemos medusas que nos maten, pero la carabela portuguesa es la que tiene el veneno más potente y es la más dolorosa. A no ser que seas alérgico como se puede ser a la picadura de avispa, no te vas a morir". En caso de picadura, la científica indica que hay que retirar los tentáculos pegados con algún objeto duro como por ejemplo una tarjeta de crédito o un palo para evitar que se disparen los neocistos y lavar la herida con agua de mar y aplicar hielo pero cubierto con una bolsa o tela. En caso de encontrarse mal, hay que buscar ayuda médica. El dolor pasará "en cuestión de días", pero el recuerdo en forma de cicatriz "a lo mejor te queda para toda la vida, como si fuera un tatuaje", advierte la experta.

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