jueves, 31 de julio de 2025

Tuvalu: 2 de sus 9 ‘atolones’ ya están bajo las aguas del océano, la migración climática es inminente

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En 1954, Italia encontró en Pompeya una vasija llena de una extraña sustancia: por fin sabemos qué es

 

Una vasija de bronce descubierta hace siete décadas en un santuario griego de Paestum, al sur de Italia, contenía un residuo cuya naturaleza ha desconcertado a los científicos durante años. Gracias a técnicas de análisis modernas, un equipo de investigación ha confirmado que se trata de una sustancia probablemente utilizada como ofrenda sagrada en la época.

El santuario, excavado en 1954, estaba situado en una antigua colonia griega cercana a Pompeya y fechado en torno al año 520 antes de Cristo. En su interior, los arqueólogos localizaron varios recipientes de bronce junto a un lecho de hierro vacío. Uno de estos contenedores albergaba una sustancia densa y anaranjada, cuya composición exacta no pudo determinarse hasta ahora.

Una ofrenda que sobrevivió al paso del tiempo

Durante décadas, diversos análisis descartaron la hipótesis de que se tratara de miel, sugiriendo en su lugar grasas animales o vegetales contaminadas. Sin embargo, el equipo liderado por Luciana da Costa Carvalho, de la Universidad de Oxford, ha reexaminado el residuo utilizando cromatografía de gases y espectrometría de masas, revelando una firma química compatible con miel y cera de abejas modernas.

La investigación ha identificado la presencia de azúcares simples como la hexosa y restos de jalea real, lo que refuerza la teoría de que el contenido original era miel líquida. La acidez detectada en el residuo se atribuye a la descomposición de los azúcares a lo largo de los siglos, un proceso que también afectó a la interacción con el cobre del recipiente.

El significado ritual y simbólico de la miel

El contexto en el que se encontró la vasija (junto a seis hydriai, dos ánforas y un lecho vacío) sugiere que el espacio tenía un carácter religioso. Los investigadores interpretan la ofrenda de miel como un símbolo de inmortalidad y divinidad, elementos asociados a algunas deidades griegas.

"El lecho vacío y la inaccesibilidad del santuario indican que la divinidad estaba presente", explican los autores del estudio. Esta interpretación es coherente con los usos conocidos de la miel en la Antigüedad, donde se empleaba tanto con fines rituales como médicos y cosméticos.

El estudio ha sido publicado en la revista Journal of the American Chemical Society y pone de manifiesto cómo los residuos arqueológicos pueden ser ecosistemas químicos complejos. "Estudiarlos permite comprender cómo esas sustancias evolucionaron con el tiempo", ha señalado da Costa Carvalho, quien destaca la posibilidad de que estos análisis sirvan también para futuras investigaciones sobre actividad microbiana antigua.






Informe demoledor: ‘Ciudades al Rojo Vivo’, España no dispone de los refugios climáticos que debería

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Se produce un nuevo terremoto de magnitud 6.7 frente a la península de Kamchatka

 


Un nuevo terremoto ha sido detectado este jueves frente a la península rusa de Kamchatka, tan solo un día después de que otro seísmo —mucho más potente, de magnitud 8,8— activara alertas de tsunami en todo el océano Pacífico. Esta vez, la magnitud estimada ha sido de 6,7 en la escala de Richter, según los primeros informes.

El epicentro se ha situado a más de 140 kilómetros al este-sureste de Severo-Kurilsk, una pequeña localidad de apenas 2.500 habitantes, en el óblast de Sajalín. El foco sísmico, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), se habría localizado a 10 kilómetros de profundidad, en plena zona de subducción del Pacífico.

Un enclave con historial sísmico extremo

El área afectada forma parte del llamado arco Kuriles-Kamchatka, una franja tectónica de más de 2.000 kilómetros de longitud donde la placa del Pacífico se desliza bajo la microplaca de Ojotsk, perteneciente al sistema de placas del noreste asiático. Esta interacción ha generado una de las zonas de mayor actividad sísmica del planeta.

Desde el año 1900, esta región ha sido escenario de más de un centenar de terremotos de magnitud superior a 7, varios de ellos considerados eventos sísmicos mayores. El más destructivo registrado hasta hoy en ese arco fue el de 1952, con magnitud 9,0, seguido de un tsunami devastador que arrasó zonas costeras como Paramushir y causó graves daños en la ciudad de Severo-Kurilsk

Mecanismos geológicos complejos

La geología de la región es particularmente activa y compleja. En el sur del arco, la convergencia entre placas es oblicua, lo que provoca diferentes tipos de sismos: unos con movimientos verticales de compresión, y otros más laterales, por desgarre. En cambio, al norte, el choque entre placas es más directo, lo que permite a los investigadores trazar con mayor precisión la trayectoria de los terremotos más profundos.


De hecho, en algunos puntos, la placa oceánica del Pacífico se ha estado hundiendo durante más de 100 millones de años, alcanzando profundidades sísmicas que superan los 600 kilómetros. Esa enorme acumulación de tensiones explica tanto la frecuencia como la intensidad de los eventos que sacuden la región.

Sin víctimas, pero con vigilancia reforzada

Aunque no se han reportado daños materiales importantes ni heridos, las autoridades mantienen la alerta preventiva, dada la cercanía con el seísmo del día anterior.

Este tipo de secuencia, con grandes eventos separados por pocas horas o días, no es infrecuente en esta parte del mundo, como ya se vio en 2006 y 2007, cuando dos terremotos (M 8,3 y M 8,1) se sucedieron con menos de dos meses de diferencia.

Además, el riesgo de tsunami, aunque no se ha materializado en esta ocasión, sigue presente. El histórico de la región incluye episodios como el de 1923, cuando un terremoto frente a Kamchatka provocó olas de hasta 8 metros, o el de 1963, que generó un tsunami en el mar de Ojotsk con olas de hasta 5 metros.

Una región donde la Tierra no descansa

El arco de Kuriles-Kamchatka no sólo concentra gran parte de la energía sísmica del planeta, sino que también ofrece una ventana privilegiada para entender cómo se comportan las fallas activas en los márgenes oceánicos.

Los científicos que estudian la zona llevan décadas analizando su patrón de rupturas: hay segmentos que parecen liberarse de forma regular, mientras que otros permanecen en silencio durante siglos, acumulando tensión bajo la corteza.

Este equilibrio inestable, que combina megaterremotos, fallas profundas y episodios de subducción lenta, convierte al noreste del Pacífico en una región crítica para la sismología mundial. Lo ocurrido en las últimas 48 horas refuerza esa condición: no se trata de eventos aislados, sino de piezas de un sistema tectónico tan poderoso como impredecible.






Ni jugar ni travesura: el verdadero motivo por el que tu perro te recibe con un objeto en la boca

 

Muchos tutores de perros se sorprenden al descubrir que, al llegar a casa, sus mascotas les reciben con un objeto en la boca. Este gesto, que a simple vista parece una simpática invitación al juego, guarda en realidad una carga emocional y etológica mucho más compleja. Comprender las razones detrás de este comportamiento, y entender por qué no hay que coger el objeto, ayuda a mejorar la convivencia y fortalece el vínculo con el perro.

Lejos de ser un acto lúdico, llevar un objeto en la boca al recibir a su humano puede ser una forma de autorregulación emocional. Algunos perros, sobre todo los más nerviosos o efusivos, utilizan este recurso para canalizar la excitación que sienten ante la llegada de sus dueños. Este gesto lo pueden usar en otras situaciones en las que se pongan muy nerviosos, como una visita. Tal como explica la etóloga Zuriñe Elosegi desde el perfil de Instagram de (@canisenda), “no es lo que crees… si tu perro lo hace, no le quites el objeto, es su herramienta de gestión en ese momento”.

Un instinto heredado de sus ancestros

Además del componente emocional, existe una raíz evolutiva. Este comportamiento tiene relación con el instinto natural de portar presas, una conducta observable en cánidos salvajes que trasladan alimento a lugares seguros. Razas como los retrievers o los spaniel, históricamente seleccionadas para recoger y transportar piezas de caza, muestran esta tendencia de forma más habitual, aunque cualquier perro puede reproducirla como parte de su repertorio conductual.

No se trata únicamente de una cuestión biológica. Muchos canes descubren que esta acción les reporta una recompensa social: atención, caricias o incluso palabras de entusiasmo. De ahí que algunos desarrollen este hábito como una forma de comunicación, mostrando el objeto con orgullo sin intención de soltarlo. Para ellos, ser observados en ese momento puede resultar altamente satisfactorio.

La etóloga recomienda evitar quitar el objeto de forma brusca, lanzarlo o ignorar al animal. Lo normal es confundir este comportamiento con ganas de jugar, pero lo más adecuado es responder de manera calmada, reconociendo su emoción sin fomentar una mayor excitación. Si le quitamos el objeto o juguete de la boca, “estaríamos quitando a nuestro perro su herramienta de gestión y comunicación”, explica.

Si el perro trae un objeto inapropiado, se sugiere ofrecerle un juguete alternativo y reforzar el cambio de forma positiva. Este enfoque no solo respeta su necesidad emocional, sino que también contribuye a un entorno más equilibrado y seguro en casa.



Sumergible encuentra criaturas prosperando en las partes más profundas del océano

 

Un viaje submarino ha revelado una red de criaturas que prosperan en el fondo de las fosas oceánicas de aguas profundas.

En estos entornos extremos, la aplastante presión, la escasez de alimentos y la falta de luz solar pueden dificultar la supervivencia. Los científicos saben que los microbios diminutos proliferan allí, pero se sabe menos sobre la evidencia de vida marina de mayor tamaño.

Investigadores que viajaban a lo largo de las fosas de Kuril-Kamchatka y Aleutianas en el noroeste del océano Pacífico utilizaron un sumergible para encontrar gusanos tubulares y moluscos que florecen a más de 9,5 kilómetros (31.000 pies) de profundidad. La parte más profunda del océano desciende hasta unos 11 kilómetros (36.000 pies).

Los científicos ya habían estudiado esta área antes y tenían indicios de que criaturas más grandes podrían vivir a tales profundidades. El descubrimiento confirma esas sospechas y muestra cuán extensas son las comunidades, dijo Julie Huber, microbióloga de aguas profundas del Instituto Oceanográfico Woods Hole.

"Observa cuántos hay, observa cuán profundos están", dijo Huber, quien no participó en la investigación. "No todos se ven iguales y están en un lugar al que no hemos tenido buen acceso antes".

Los hallazgos se publicaron el miércoles en la revista Nature.

En ausencia de luz para producir su propio alimento, muchos habitantes de las fosas, grandes y pequeños, sobreviven con elementos clave como el carbono que desciende desde niveles superiores del océano.

Los científicos piensan que los microbios en esta nueva red podrían estar aprovechando el carbono que se ha acumulado en la fosa con el tiempo, procesándolo para crear químicos que se filtran a través de grietas en el fondo del océano. Los gusanos tubulares y los moluscos pueden sobrevivir comiendo esas diminutas criaturas o viviendo con ellas y alimentándose de los productos de su trabajo, dijeron los científicos.

Con este descubrimiento, los estudios futuros se centrarán en cómo estas criaturas de aguas profundas se adaptaron para sobrevivir en condiciones tan extremas y cómo exactamente aprovechan las reacciones químicas para alimentarse, dijeron en un comunicado los autores del estudio Mengran Du de la Academia China de Ciencias y Vladimir Mordukhovich de la Academia Rusa de Ciencias.

Su existencia desafía "suposiciones de larga data sobre el potencial de vida a profundidades extremas", dijeron los autores.

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Los tiburones prehistóricos, una historia oculta durante 325 millones de años

 


La Cueva del Mamut (Mammoth Cave) es uno de los tesoros paleontológicos más importantes del mundo. Con una inmensa extensión en el estado de Kentucky (Estados Unidos), el estudio de sus suelos subterráneos guarda infinitos misterios y cada cierto tiempo podemos conocer alguno.

Desde 2019, un equipo de investigadores de National Park Service (NPS) viene estudiando la aparición de diferentes fósiles. Su ecosistema de máxima oscuridad con unas complejas cuevas que se extiende por más de 600 kilómetros permite preservar a los restos de manera excepcional. Su temperatura es de 12 a 14ºC durante todo el año y no hay erosión. Aquí hay especies endémicas y piezas únicas en la historia de la evolución.

El descubrimiento de dos nuevas especies

El último gran hallazgo tiene dos protagonistas: el Troglocladodus trimblei y Glikmanius careforum, dos especies de tiburones con más de 325 millones de años. Es decir, los investigadores los han situado previos a la existencia de los dinosaurios.

El primero se ha identificado por unos extraños ejemplares de dientes adultos bifurcados en las formaciones de St. Luis y Ste Genevieve de la Cueva del Mamut. Se estima que alcanzaba entre 3 y 3,6 metros de longitud, comparable a un tiburón oceánico de puntas blancas, según NPS.

La segunda especie ha obligado a reescribir el origen de este animal porque adelanta 50 millones de años su surgimiento. Lo que se ha hallado es una mandíbula parcial y las branquias fosilizadas de un ejemplar joven con cabeza pequeña y una poderosa mordida para cazar tiburones más pequeños o peces óseos.

Las exóticas características de los tiburones

Ambas especies contaban unas exóticas espinas defensivas que se consideran un mecanismo de protección contra depredadores más grandes. Los investigadores no imaginaban encontrar una especie de estas características por su comportamiento y dimensiones.

Todavía queda mucho por averiguar sobre qué es lo que ha sucedido a continuación con estas especies, pero muchos animales de aquellas épocas se han extinguido por los movimientos geológicos o cambios de temperatura. Estos fósiles fueron descubiertos en formaciones rocosas de América del Norte, en años en que estaba conectado con Europa y el norte de África.

Es probable que el choque de placas haya generado que tiburones como estos, que se desplazaban en aguas poco profundas, vieran su hábitat afectado.

“Cada nuevo descubrimiento en Mammoth Cave es posible gracias al trabajo en colaboración,” declaró el superintendente Barclay Trimble y añadió: “Nuestro equipo del parque se siente honrado de trabajar con Programa de Paleontología del Servicio de Parques Nacionales y ahora también con el Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Alabama, cuyos esfuerzos coordinados han hecho posible este último hallazgo”.

Las impactantes imágenes de un muro de rocas colapsando tras el terremoto en Kamchatka

 

El terremoto de magnitud 8,8 que sacudió este miércoles a la región de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, ha generado un escenario de caos y destrucción en zonas montañosas y costeras. El fuerte temblor ha provocado el derrumbe de grandes masas de roca y la formación de densas nubes de polvo en la costa de la península de Kamchatka, según han informado las autoridades locales, que por el momento confirman varios heridos pero ninguna víctima mortal.

El epicentro del seísmo se ha localizado en la zona de subducción del Pacífico, a unos 144 kilómetros al este de la península y a una profundidad de 20 kilómetros. Se trata de una región con alta actividad sísmica, la misma que en 2011 originó el devastador terremoto de magnitud 9,1 que causó un tsunami en Japón. La fuerza del movimiento telúrico ha dejado también importantes daños en infraestructuras y ha generado más de una decena de réplicas, algunas con magnitudes superiores a 6.

Aunque inicialmente se activaron alertas por tsunami tanto en Rusia como en la mayoría de costas del Pacífico, muchas fueron canceladas horas después. Pese a la magnitud del terremonto, sin  embargo, no se tradujo en grandes maremotos, y la mayoría de los territorios afectados fueron desactivando las alertas. Se trata del mayor terremoto registrado en el mundo desde el ocurrido en 2011. Los expertos señalan que en esta zona es frecuente que se produzcan seísmos de gran magnitud cada 75 o 100 años. 

Así es el Anillo de Fuego del Pacífico, el enjambre tectónico que puso ayer en alerta a millones de personas en el mundo

 

Los terremotos en el Anillo del fuego del Pacífico
Los terremotos en el Anillo del fuego del PacíficoHENAR DE PEDRO

Un terremoto de magnitud 8,8 ha tenido lugar este miércoles frente a las costas del sur de la península rusa de Kamchatka. Según las autoridades rusas, el agua ha alcanzado e inundado la costa de una de las islas Kuriles del norte, Paramushir, sin causar víctimas. Se han detectado olas de hasta cuatro metros de altura.

El sismo desató alertas de tsunami en varios países, entre ellos Japón, China, los territorios estadounidenses de Hawái y Alaska, Perú, México, Chile, Ecuador y Canadá. Son todo naciones bañadas por el océano Pacífico, la zona con mayor actividad volcánica del mundo, y se encuentran en lo que se llama el Cinturón o Anillo de fuego del Pacífico.

Cuatro placas litosféricas que chocan

Se trata de una franja de 40.000 kilómetros que bordea el Océano Pacífico. En este lugar convergen cuatro placas litosféricas: la del Pacífico, la Norteamericana, la filipina y la euroasiática. Estas placas llegan a crear fallas que, según su tamaño, aumentan o no las posibilidades de que se produzcan terremotos.

Los científicos y sismólogos llevan años investigando esta zona por su alta actividad sísmica y volcánica y cuya forma de herradura, va desde Chile hasta Nueva Zelanda, incluyendo todas las islas del océano. El 75% de los volcanes del mundo están ubicados sobre esta franja y aquí se produce el 90% de los terremotos de todo el planeta, y la mayoría de los más desastrosos.

Los países que han activado sus alertas de tsunami sienten cada año el choque de las placas tectónicas sobre las que se asientan, que están en permanente fricción y terminan por liberar su tensión. Los bordes de cada placa están chocando con las vecinas, generando una acumulación de tensiones que, al liberarse de manera repentina, originan terremotos.

Anillo de fuego sobre un mapamundi.
Anillo de fuego sobre un mapamundi

En el caso de México, Chile y Japón, una placa se mete por debajo de otra y, al hacerlo, se atascan. Cuando se desatascan de golpe, se genera el seísmo. El país asiático es un escenario ideal para la generación de un sismo épico, de una capacidad destructiva difícil de imaginar, por las fallas tectónicas que lo atraviesan.

Esperando el 'Big One' en Japón

Un terremoto de una magnitud de entre 7 y 7,9 es capaz de causar "daños graves", según la Universidad Tecnológica de Michigan. Pero, ¿y si alcanza los 8 o 9 grados? El 'Big One' es un posible megaterremoto de una magnitud de 9 o, incluso, superior. No tiene una fecha ni ubicación exactas, pero se espera que ocurra en Japón, un país propenso a desarrollar este tipo de desastres naturales.

El Gobierno japonés cree que, de producirse, ese megaterremoto tendría lugar en la fosa de Nankai (al sur de la isla de Honshū, en Japón), y con olas de hasta 30 metros de altura, cuenta Meteored. En 2011, tuvo lugar el terremoto de Tohoku, que llegó a una magnitud de 9,1, y que ya causó olas de casi 40 metros.

Los expertos estiman que hay un 82% de probabilidades de que un megaterremoto ocurra en Japón en los próximos 30 años. Un sismo de 8 o 9 grados podría causar la muerte de más de 300.000 personas y la destrucción de miles de localidades del sur del país asiático.

Un 'Big One' cada 150 años

Sin embargo, el término 'Big One' nació en Estados Unidos, usado para referirse a un posible megaterremoto en la falla de San Andrés, California. Este hipotético seísmo devastaría el oeste de América del Norte, con una magnitud cercana a 8.

En abril de 1906, se produjo un terremoto en San Francisco que se cobró la vida de 3.000 personas. Fue uno de los más devastadores desde que hay registros en esa zona y se estimó que la magnitud fue de 7,9. Años después y con registros más precisos, se produjeron los terremotos de Kern, en 1952 en California, con una magnitud de 7,5; y el de Landers, en 1992, también en California, con una magnitud de 7,3.

Sólo hace unos días, el pasado 17 de julio, se detectó un sismo de magnitud 7,3 en la costa de Alaska (EEUU). Tuvo lugar a unos 80 kilómetros al sur de Sand Point, según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).

El devastador 'Big One' se repite cada 150 años. El último tuvo lugar hace más de un siglo, por lo que podría repetirse en cualquier momento. Además, hace más de dos décadas se lanzó una alerta que calculaba que el terremoto sucedería en torno a 25 o 30 años, por lo que no debería quedar mucho tiempo.

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