sábado, 6 de febrero de 2021

Asentamiento de filipinos en el Poble-sec: miseria en la falda de Montjuïc

 

Asentamiento de filipinos en el Poble-sec: miseria en la falda de Montjuïc


Metropoli  .........   VERÓNICA MUR


Un submundo. De esta manera se podría definir el asentamiento ilegal que se encuentra en el número 1 de la calle de Blesa del barrio del Poble-sec. En el interior de un solar abandonado, que hace esquina con la avenida de Montjuïc y la calle de Cabanes, malviven una veintena de personas desde hace cuatro años. A pesar de su permanencia, son muchos los vecinos que desconocen la situación, totalmente imperceptible a pie de calle.

El espacio de 197 metros cuadrados fue propiedad de Contratas y Obras Empresa Constructora S.A. hasta que la empresa lo vendió a Solvia. Según ha informado la inmobiliaria a Metrópoli Abierta, desde hace unos años "el suelo urbano está la venta", pero nadie lo compra. 

POBLADO FILIPINO

El abandono del solar ha propiciado que personas sin hogar formen chabolas en su interior. Al traspasar la verja de metal que limita y esconde el espacio, uno se adentra en lo que parece ser un poblado lleno de ruinosas construcciones hechas a mano con objetos y materiales encontrados en la calle, tal y como se aprecia en las fotografías realizadas por este medio. En el interior de estos minúsculos habitáculos viven alrededor de unas 20 personas, aunque durante el día tan solo hay 14. El 90% de los habitantes del asentamiento es de origen filipino

El olor a carbón quemado inunda las fosas nasales y la acumulación de morralla y basura no mejora el ambiente. Los indigentes que residen en el solar cocinan su comida en pequeñas barbacoas que los ponen en peligro cada vez que se encienden. Mientras preparan los pocos alimentos que se llevan a la boca, ratas de grandes dimensiones corretean entre sus enseres personales. 

CONDICIONES INFRAHUMANAS

Remedios Rosario de la Cruz habita con su marido en una diminuta parcela del asentamiento. "Estamos sobreviviendo", explica con resiliencia la pareja de filipinos. Llevan casi dos años en un angosto espacio de menos de diez metros cuadrados. En un solo cuarto duermen, cocinan y almacenan sus objetos personales. Una cortina de plástico separa su residencia de las otras. 

A diferencia de otros asentamientos, este dispone de un espacio muy limitado, por lo que algunas de las personas que viven en él tienen que dormir a diario sentadas, como es el caso de Rosel, una mujer de unos 40 años que se maldice por haber llegado a este punto. Se seca las lágrimas con sus dedos ennegrecidos por la falta de higiene y explica que tiene muchos dolores en las piernas causados por la falta de descanso.

Otra de las condiciones infrahumanas a las que se enfrentan los habitantes de este campamento son la carencia de luz y electricidad, que imposibilitan ir al baño o ducharse de una manera decente. Al final de las casetas, se encuentra un meadero que han improvisado y que "se colapsa cada dos por tres". Las aguas residuales se estancan convirtiendo en insalubres las viviendas de su alrededor y anegando el terreno con un hedor infernal.  

CONSUMO DE ESTUPEFACIENTES

La mayoría de las personas que malviven en el solar son consumidoras de metanfetamina, o Shabu, como ellas lo llaman. Los que todavía no lo son "caerán en ello", lamenta Maravic Pitogo Marabe, presidenta de la asociación Ágape y pastora de la Iglesia Evangélica Jesús Reino Ministerio.

Marabe les trae la comida que consigue a través de la fundación y aprovecha su visita para tratar de reinsertarlos en la sociedad. "He conseguido hacerlo con siete personas", explica orgullosa. A pesar de ello, argumenta que la gran mayoría no quiere moverse por su "gran adicción a la droga". 

TRÁFICO DE CHATARRA

El consumo de cristal lo pagan vendiendo chatarra. Los residentes de este solar abandonado recolectan todo lo que encuentran por la calle y lo venden a los chatarreros, que pasan una vez a la semana. Según aseguran los indigentes, estos "compran el hierro a siete céntimos el kilo", un precio que no les permite salir de la miseria. 

Arnel German, mediador intercultural para la comunidad filipina en Ciutat Vella, también se deja caer de vez en cuando por el lugar para comprobar las condiciones en las que viven sus paisanos. Muy preocupado por el empeoramiento del asentamiento, explica a este medio que le recuerda "a los barrios más pobres de Filipinas", y se queja de que las administraciones "no hagan nada" por ayudar a estas personas. 

"De vez en cuando pasa una patrulla policial para pedir que no hagamos fuego", explica Robel, un filipino que hace un año que duerme en el campamento. Este sintecho pasó casi una década trabajando en la restauración hasta que perdió su último empleo y no pudo seguir pagando una vivienda decente. Ahora quiere volver a su país de origen, pero no sabe cómo hacerlo ni tiene los medios para ello. 

"INACCIÓN" ADMINISTRATIVA

La situación de estas personas parece no inquietar al Ayuntamiento de Barcelona. El hecho de que el solar sea de propiedad privada resta responsabilidades a los técnicos del consistorio. Tanto Arnel como Mavic aseguran que se han hecho incontables requerimientos, pero que no reciben respuesta por su parte. "Desde que vengo como voluntaria, no ha venido nadie a comprobar cómo se encuentran estas personas", explica la pastora. 

OLA DE FRÍO Y PANDEMIA

La ola de frío que desencadenó la borrasca Filomena y las grandes ventadas del temporal Hortense hicieron que la salud de muchos de los residentes de este asentamiento se resintiera. Las barracas hechas con trozos de madera y lonas de plástico no aguantaron la lluvia y las bajas temperaturas y sus habitantes tuvieron que resistir las causas meteorológicas sin ayuda.

La pandemia es otro de los aspectos que atenta contra la salud de sus moradores. A pesar de que algunos de ellos llevan mascarilla, las condiciones en las que viven son caldo de cultivo para el virus. La inmundicia, el apelotonamiento de las cabañas y la inexistente distancia de seguridad que guardan los individuos, son la combinación perfecta para que este espacio abandonado del distrito de Sants-Montjuïc se convierta en un foco de contagios. 

El asentamiento desde la calle
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El asentamiento desde la calle

Plano picado del poblado filipino en el asentamiento de la calle de Blesa / V.M.

Centro del poblado
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Centro del poblado

Plano general del interior del asentamiento situado en la calle de Blesa / V.M.

Habitáculo de una de las barracas
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Habitáculo de una de las barracas

Un hombre cocinando en el angosto habitáculo de su barraca / V.M.

Cocina improvisada
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Cocina improvisada

Uno de los residentes del asentamiento cocina en el interior de su chabola / V.M.

Espacios minúsculos
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Espacios minúsculos

Uno de los minúsculos espacios en los que malviven los indigentes del solar / V.M.

Una de las chabolas
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Una de las chabolas

Una mujer entra en una de las chabolas del poblado filipino afincado en el asentamiento ilegal / V.M.

Reparto de comida
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Reparto de comida

Voluntarios repartiendo comida entre los residentes del asentamiento / V.M.

Rebuscando entre la chatarra
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Rebuscando entre la chatarra

Uno de los habitantes del poblado rebusca entre los objetos y la chatarra / V.M.

Trapicheo entre indigentes
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Trapicheo entre indigentes

Dos de los indigentes que viven en el solar abandonado, trapicheando con objetos y chatarra / V.M.

Remedios, una de las habitantes
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Remedios, una de las habitantes

Remedios Rosario de la Cruz, una de las habitantes del asentamiento, posando frente a su cabaña / V.M.

Entrada de una de las barracas
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Entrada de una de las barracas

Cortina por la que entran los residentes de una de las barracas del poblado / V.M.

Apelotonamiento de objetos
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Apelotonamiento de objetos

Apelotonamiento de objetos y basura en el interior del solar okupado / V.M.

Tendederos improvisados
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Tendederos improvisados

Uno de los tendederos que improvisan las personas que malviven en el asentamiento / V.M.

Tres de los habitantes
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Tres de los habitantes

Tres de los residentes del asentamiento arreglando las barracas / V.M. 

Robel en su cocina improvisada
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Robel en su cocina improvisada

Robel, uno de los indigentes que vive en el asentamiento, cocinando en una barbacoa / V.M.

Morralla en la parte trasera del asentamiento
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Morralla en la parte trasera del asentamiento

Un residente del asentamiento pasea entre la morralla de la parte trasera / V.M.

Meadero comunitario
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Meadero comunitario

Urinario comunitario en el que los habitantes del asentamiento hacen sus necesidades / V.M.

Objetos abandonados
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Objetos abandonados

Objetos abandonados en la parte trasera de una de las chabolas / V.M.

Tristeza en el asentamiento
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Tristeza en el asentamiento

Arnel German comprueba el estado del asentamiento mientras Rosel, una de sus habitantes se seca las lágrimas / V.M.

Carros de la compra
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Carros de la compra

Los indigentes acumulan carros de la compra, con los que recogen chatarra, en el interior del asentamiento / V.M.

Antiguo cartel
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Antiguo cartel

Cartel de la constructora Contratas y Obras, antigua propietaria del solar, en el exterior del asentamiento / V.M.





viernes, 5 de febrero de 2021

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La heroína del Raval: una joven retiene a un ladrón por el cuello

 

La heroína del Raval: una joven retiene a un ladrón por el cuello



Metropoli  



Aparece una heroína en el Raval. Una joven, vestida con ropa deportiva, ha detenido a una persona en plena calle. En concreto, la mujer retiene a un ladrón en la calle Salvador, a la espera de que llegue la policía.

Como se puede ver en el vídeo, la chica agarra al criminal por el cuello y le va gritando “ladrón de mierda, ladrón de mierda” en reiteradas ocasiones. Con la cabeza agachada, el hombre le va pidiendo que le deje para poderse fugar del lugar.

CALLE SALVADOR

Sin embargo, la heroína de uno de los barrios más conflictivos de Barcelona hace oídos sordos al recluso y ni siquiera le mira a los ojos.

La calle Salvador, situada en el distrito de Ciutat Vella, es una de las más peligrosas de la capital catalana. En dicha vía se protagonizan constantemente robos, asaltos y crímenes.

CORTES DE LUZ

Recientemente, ese callejón ha vuelto a estar en boca de todos por los cortes de luz​.

Endesa se ha desentendido de la falta de suministros en esa zona de la ciudad pero el Ayuntamiento ha apostado por hablar con los vecinos y hacer de mediador entre la compañía y los ciudadanos. 





Canal Musical : La Barceloneta ese Gran Barrio

   Una Canción echa con el Corazon , para que se recuerde  nuestro Barrio   Los influencers de la Barceloneta https://youtube.com/shorts/08x...