La Urbana refuerza la defensa de las comisarías tras los disturbios
La Guardia Urbana refuerza la defensa de las comisarías tras los disturbios de las últimas semanas en Barcelona. Lo ha explicado a Metrópoli Abierta José Casas, agente y miembro de UGT, y han confirmado fuentes municipales, que hablan de una "actualización de los dispositivos de autoprotección" que tienen los cuarteles policiales. El sindicato asegura que trasladó la demanda al jefe de la Urbana, Pedro Velázquez, después de los graves altercados de hace unos días. En uno de los ataques, un grupo de encapuchados prendió fuego intencionadamente a una furgoneta con un policía dentro junto a la comisaría de Ciutat Vella.
Casas explica que él hizo la formación hace algo más de una semana, que consiste "en una protección básica de edificios" para hacer frente a un posible ataque. Fuentes municipales niegan que se trate de formación en materia de orden público o antidisturbios, porque la Guardia Urbana "no tiene competencia" en este ámbito, y añaden que la protección de los edificios públicos corresponde a la UREP, la Unidad de Refuerzo para las Emergencias y la Proximidad, lo que anteriormente eran los antidisturbios de la policía municipal. Las fuentes del servicio municipal de prensa consultadas no han concretado en qué consiste la "actualización de los dispositivos de autoprotección".
El representante de UGT concreta que si bien no reciben una formación tan especifica como la Brigada Móvil o la Arro (Área Regional de Recursos Operativos) de los Mossos, los agentes de UREP enseñan cómo hacer líneas de defensa, cómo cargar y cómo protegerse y usar un escudo. En las comisarías de la policía local no hay material de orden público -cascos o equipos de protección individual- pero sí escudos y defensas (porras). "La formación es para hacer frente a un ataque a la comisaría hasta que llegue la UREP o para complementar a los agentes de esta unidad en una segunda línea" de defensa.
SIN PISTOLAS TASER
El inicio de estos cursos coincide con la publicación de una instrucción interna por parte de la Guardia Urbana sobre Armas y herramientas de uso policial. En el documento se detalla las armas de las que disponen los policías, al margen de la pistola reglamentaria, para las actuaciones a pie de calle: la defensa o bastón policial (la porra tradicional), el bastón policial extensible, los esprays de defensa personal, las esposas, el escudo y el chaleco antibalas. La pistola Taser es, según los sindicatos de la Urbana, la gran ausente y la principal reivindicación.
El texto policial establece tres niveles de intervención policial, según su riesgo: bajo, medio y alto. En el último caso, el más grave, se indica que los policías "pueden tener que actuar haciendo uso de la fuerza contra las personas" y es previsible "que haya una agresión o que ésta se haya producido hacía terceras personas", indica el documento, firmado por Velázquez y Luis Miguel Clemente Marín, director del servicio de asesoramiento jurídico.
PROHIBIDOS LOS GOLPES EN LA CABEZA Y EN LA ESPALDA
La defensa o bastón policial es el arma más habitual en las intervenciones de los agentes. Pueden ser de 50 y de 70 centímetros. La instrucción interna concreta cómo tienen que golpear los agentes en caso de necesidad. "Los golpes se tienen que dar en sentido descendente, describiendo un ángulo de 45º o en paralelo al suelo y en partes protegidas a nivel muscular. Los golpes se tienen que limitar a uno o dos y tienen que ser cortos y secos".
El documento también especifica que los agentes, ante una agresión con arma blanca u otro objeto contundente, "buscará [con la defensa] la articulación del miembro del cuerpo que sujeta el arma". En ningún caso, añade la orden policial, los golpes se tienen que dar de arriba a abajo. También se prohíben los golpes en la cabeza, espalda, articulaciones y zonas vitales.
Agentes de la UREP de la Guardia Urbana durante una actuación / SAPOL
DEMASIADAS RESTRICCIONES
Desde el sindicato CSIF, el agente y secretario de Organización Eugenio Zambrano defiende que las actuaciones policiales tienen que ser proporcionadas y obedecer a los principios de congruencia y oportunidad, pero expresa su malestar por la instrucción del cuerpo, especialmente porque se dice cómo usar la defensa. "Está hecha por un civil, que no sabe de las dificultades que suponen hacer de policía en la calle. Tantas restricciones nos dificultan más el trabajo. Han intentado quemar a un compañero y ahora nos salen con esta instrucción", subraya Zambrano.
Las defensas, dice el texto policial, tienen entre otras funciones mantener la distancia de seguridad. Zambrano asegura que sería mucho más efectivo dotar a la Guardia Urbana de las pistolas Taser, que emiten una descarga eléctrica de unos 50.000 voltios. Aunque ya las usan otros cuerpos policiales, como Mossos y policías locales, el Ayuntamiento de Barcelona se ha negado comprarlas. CSIF culpa directamente al actual jefe de la Urbana, del que Zambrano dice que tiene muy pocas horas en la calle. El resto de sindicatos -SAPOL, CCOO y UGT- también reclaman las Taser.
"LÍNEAS ROJAS"
Según Zambrano, la instrucción interna sobre el uso de las armas es más "política que técnica". "La ley habla de congruencia y de proporcionalidad" en las actuaciones policiales. "Nunca hay que golpear en zonas vitales, pero la ley no detalla de forma tan concreta cómo hay que golpear". Distintas fuentes policiales consultadas por este medio expresan las dificultades y lo mucho que aguantan los agentes antidisturbios y lo difícil que es seguir todas las directrices teóricas en pocos segundos cuando se ven atacados por decenas de violentos.
Hace unos días, Metrópoli Abierta ya se hizo eco del malestar existente en la Guardia Urbana tras los ataques recibidos. "Se han cruzado muchas líneas rojas", dijo entoces el portavoz policial de SAPOL, Jordi Rodríguez Lima. El policía mostró especial preocupación por el hecho de que algunos partidos políticos -en los tres niveles de gobierno: estatal, autonómico y municipal- apoyan a los grupos violentos. "El apoyo no solo es logístico y económico sino también de ideología y en infraestructuras".
El resto del documento detalla cómo son y cómo se usan otras armas. El bastón policial extensible, por ejemplo, puede ser de 40 y 51 centímetros y en el caso de la Guardia Urbana no lo llevan todos los policías. Esta arma está restringida para actuaciones de riesgo medio o alto. En el caso de los esprays, el Ayuntamiento solo autoriza a los agentes a hacer uso de los que suministra el cuerpo. La asignación de este material no es personal "sino genérica" de una unidad. Los esprays, explica el texto policial", "reducen parcialmente las capacidades de reacción efectiva de la persona, hecho que facilita la actuación de los policías para reducir a gente con conductas agresivas".
TRES TIPOS DE ESCUDOS
El material con el que cuenta cada agente incluye un par de esposas que únicamente se pueden poner en las muñecas de las personas y se pueden usar en todas aquellas situaciones en las que sea necesario inmovilizar a alguien, siempre sin provocar lesiones. La instrucción también explica que los agentes disponen de tres tipos de escudos: uno es antibalas, otro para contener a atacantes (propio de unidades como la UREP) y un tercero, que es el que llevan los coches policiales, es para la "reducción y control de masas" y para evitar el lanzamiento de objetos.
Además de las pistolas Taser, los sindicatos policiales reclaman más materiales y armas para trabajar en condiciones. Rodríguez Lima, de SAPOL, cita las armas largas, y Zambrano, de CSIF, recuerda la necesidad de dotar a los agentes con cámaras unipersonales y lanzadoras de foam, las mismas que utilizan las unidades Brimo (Brigada Móvil) y ARRO de los Mossos.
