La Antártida nunca dejará de dar sorpresas. El continente más frío remoto e inhóspito de la Tierra podría esconder un verdadero museo arqueológico bajo el espeso manto de hielo que rodea el 95% de su territorio..
Aquí, 4.000 científicos de 46 países de todo el mundo han estado llevando a cabo la investigación más impensable durante más de cincuenta años y en este lugar siempre se producen fenómenos científicos extraños e increíbles, algunos de los cuales aún no tienen explicación.
Esto es lo que supuestamente le pasó a un equipo de científicos británicos y estadounidenses en mayo de 2018 en la Antártida:
Los estudiosos estaban trabajando en un proyecto común de climatología cuando presenciaron un evento cinematográfico de ciencia ficción: un inusual vórtice, parado a una altura sin moverse un solo centímetro, a pesar de las altas ráfagas de viento que movían las nubes alrededor.
Inicialmente, se pensó en una tormenta polar, pero la naturaleza estática y la niebla inusual que lo rodeaba, llevaron a los investigadores a investigar el fenómeno.
Los hombres prepararon un globo meteorológico atado a un cabestrante, con una sonda de radio para la medición de las propiedades físicas (temperatura, humedad relativa, presión y velocidad del viento) y un cronómetro científico para registrar los tiempos de lectura.
El objeto fue entonces liberado y aspirado en el vórtice durante el tiempo estrictamente necesario para las mediciones.
Después de unos minutos, un resultado perturbador: el cronómetro marcó la fecha del 27 de enero de 1965 y todos los datos calculados indican valores incompatibles con las características normales de un torbellino.
El experimento se repitió varias veces y siempre con los mismos resultados. Una de las científicas que participó en las diversas pruebas, la estadounidense Mariann McLein no sólo confirmó el incidente sino que también destacó que todo el incidente fue reportado al servicio de inteligencia militar y a la Casa Blanca.
Desde las primeras indiscreciones parece que se trató de una “puerta” espacio-temporal..
Es decir, de un “túnel” que permite no sólo un desplazamiento geométrico a través del espacio, sino también un cambio temporal. Una especie de viaje a través del tiempo (ida y vuelta) y el espacio.
Para algunos puede parecer paradójico, pero lo que ocurrió en la Antártida podría encontrar una explicación racional en la teoría del “puente Einstein-Rosen””.
A principios del siglo pasado, los dos científicos crearon un “túnel gravitacional o agujero de gusano”, es decir, un “atajo” de un punto del universo a otro que te permitiría viajar entre ellos más rápido de lo que la luz tardaría en recorrer la distancia a través del espacio normal.
Como puedes ver, no son conceptos de la columna de misterios, sino verdaderas nociones de física que cada uno de nosotros también puede profundizar a través de la web.
Este sensacional hecho coincide con otro sorprendente descubrimiento realizado por satélites americanos y publicado por la revista Daily Galaxy: la presencia de una antigua estructura bajo el suelo antártico.
El descubrimiento ha despertado la curiosidad de los ufólogos y los partidarios de las teorías de conspiración, según las cuales los soldados estadounidenses estarían ocultando el descubrimiento de un OVNI o de un gran dispositivo tecnológicamente avanzado nunca antes visto.
Hasta estos momentos, las autoridades estadounidenses han negado cualquier descubrimiento arqueológico en esas latitudes pero, como dijo un funcionario del Parlamento Europeo, el descubrimiento es de tal envergadura que toda la comunidad científica sigue preguntándose qué es lo que está saliendo a la luz en esa zona.
