LA CASA BATLLO
El paseo de Gracia estaba tomando la delantera a las Ramblas como eje principal de la ciudad, sobre todo desde que en 1860 se aprobase el Plan Cerdà para la urbanización del actual Eixample.
Emilio Sala Cortés, profesor de arquitectura de Gaudí construyó en un estilo ecléctico (1877) un edificio en el tramo del paseo de Gracia comprendido entre las calles Aragón y Consejo de Ciento. (Antes de 10 años se ocupará también de edificar la Casa Elizalde.)
El paseo de Gracia, entre 1900 y 1914 se consolidó como centro residencial de la burguesía barcelonesa, a ello contribuyó la inauguración (1902) del apeadero del tren de la calle Aragón, que permitió a los viajeros bajar en ésta estación más céntrica que la alejada Estación de Francia.
Josep Batlló i Casanovas era un industrial textil propietario de varias fábricas de indianas. En 1880 inauguró su Fabrica de Hilados y Tejidos de Algodón, blanqueo y estampados. Su familia ya tenía otra fábrica En Les Corts.
Josep Batlló compró en el Paseo de Gracia un edificio por 510.000 pesetas (1903) con la intención de derruirlo y construir su vivienda encima. Eran 4300 m2 distribuidos En 8 plantas. Cada piso era de 450m2.
Batlló se había casado con Amàlia Godó i Belaunzarán, de la familia de los condes de Godó, editores del diario La Vanguardia. Con ella tuvo cinco hijos.
Encargó el proyecto a A. Gaudi que ya estaba trabajando en el templo de la Sagrada Familia (1883-1926) la Torre Bellesguard (1900-1909), el parque Güell (1900-1914) y la restauración de la catedral de Palma.
Y fue Gaudí el que sugirió aprovechar la estructura del edificio y modificarlo totalmente.
Las obras se iniciaron antes de conseguir los permisos municipales y fueron muchas las denuncias contra la familia amenazando con detener las obras... al final la licencia la consiguieron en 1912...
Entre 1904 y 1906 se dedicó a redistribuir los tabiques interiores, cambiar la fachada y ampliar el patio de luces.
Con el arquitecto trabajaron los mejores artesanos del forjado de hierro, carpinteros, ceramistas, escultores de piedra.
La arquitectura modernista tenía un pope: William Morris que ligaba arquitectura a las llamadas Artes Aplicadas: herreros, carpinteros, escultores...
Uno de los problemas de los edificios del Eixample era su poca entrada de luz. Gaudí lo resolvió en la casa Batlló gracias a la apertura de una claraboya principal en el techo que provee de claridad a los dos patios centrales.
Para el arquitecto, las azoteas eran como los sombreros de las personas.
Se encontró un primer esbozo (en 1969) donde se veía la intención de coronar el edificio con una sinuosa cúpula irregular que, al final, se convirtió en una bóveda con forma de cuerpo dragón.
La fachada, edificada con piedra arenisca de Montjuic, está ligeramente ondulada, como un mar en calma.
Josep Batlló quedó tan alucinado con la obra que le recomendó el arquitecto a su amigo Pedro Milà, al que le construirá la Casa Milà llamada “la Pedrera”.
La Batlló era un edificio modernista con pisos en alquiler y algunos reservados para los hijos.
En el primer piso, la planta noble, Josep Batlló y Amàlia Godó vivieron hasta su muerte (1934-1940)
Al mismo tiempo otros arquitectos reformaron las casas contiguas compitiendo en unos premios urbanísticos que promovía el Ayuntamiento.
De la singularidad y estilos diferentes de todas aquellas casas le vino el nombre a la zona: “la manzana de la discordia”.
- Casa Amatller (del arquitecto Josep Puig i Cadafalch).
– Casa Lleó Morera (de Lluís Domènech i Montaner).
– Casa Mulleras (Enric Sagnier).
– Casa Josefina Bonet (Marcel-li Coquillat).
La Casa Batlló pasó en 1940 en herencia a las hijas del matrimonio Batlló-Godó (Carmen y Mercedes), las cuales la alquilaron a los estudios de cine Chamartín (1941).
Y fue vendida en 1954 a la familia Bernat , propietaria de la marca CHUPA CHUP.
Siguió acogiendo viviendas particulares y oficinas hasta 2004 que se abrió a las visitas turísticas tras una restauración.
Hoy pasan por ella más de un millón de turistas anuales.
La Casa Batlló es Patrimonio Mundial de la UNESCO , un icono de Barcelona y una de las joyas del modernismo catalán.
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