Centenares de jóvenes se saltan el toque de queda en la playa de Barcelona
La lección estaba interiorizada, la mayoría habían sido alertados en los mismos hoteles. A la una de la madrugada había que ser otra vez en las habitaciones como una medida de urgencia decretada por el Govern de Catalunya para mirar de frenar la propagación del coronavirus. Pero de la letra en la práctica no siempre se va en línea recta.
La playa de Barcelona era una fiesta
Justo a la una de la madrugada, cuando tendría que haber entrado en vigor el nuevo confinamiento -que se alarga hasta las seis de la mañana y que estará en vigor como mínimo hasta el 23 de julio, la semana que viene- la playa de Barcelona era una fiesta. Centenares de personas seguían instaladas en la arena de la Barceloneta, vasos en mano, en grupos de más de diez personas y sin casi ninguna mascarilla.
En el vídeo se puede ver perfectamente el ambiente que había a la una, ya con el toque de queda en marcha. Uno de los pocos jóvenes que hablaba catalán que estaba en los grupos que se saltaban el confinamiento, aseguraba delante de cámara que "estaba vacunado" y que por eso ya no llevaba mascarilla a pesar de no mantener las distancias de seguridad para evitar la propagación del coronavirus, cada vez más desbocado sobre todo en Catalunya y en la capital, Barcelona.
A la una, desalojado el Born y la playa de Barcelona
El paseo del Born de Barcelona también mostraba un aspecto parecido. A la una en punto, de manera coordinada, y tal como tenían previsto, los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana lo han desalojado, sin incidentes.
Y ha habido que hacer lo mismo en las playas de la zona de la Barceloneta. Los mandos de la policía de la ciudad y de los Mossos d'Esquadra sabían que los turistas no se marcharían por su propio pie y han tenido que forzarlo, todo y que sin incidentes relevantes.
Furgonetas de la Unidad de Refuerzo y Emergencias y Proximidad (UREP) han empezado a peinar la playa sentido Llobregat haciendo mover a los turistas hacia la plaza del Mar y procurando que no entraran a la zona de las casas de la Barceloneta, donde los vecinos están en pie de guerra por molestias que tienen que soportar casi cada noche de verano de los incívicos que hacen ruido y orinan por las esquinas. La Brimo de los Mossos esperaba los desalojados en la plaza para hacerlos subir por Joan de Borbó y evitar tenerlos derramados por el tramo final, junto al Hotel W
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