Los clubes cannábicos de Barcelona, en la cuerda floja: “Quieren que volvamos a los parques”
La incertidumbre se ha apoderado de los clubes de cannabis de Barcelona. Más de 200 establecimientos se encuentran en la cuerda floja tras recibir una carta del Ayuntamiento en la que se informa a todos estos locales de que su actividad debe modificarse si no quieren bajar la persiana definitivamente.
El punto de partida de este cambio radical es la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña del 2 de junio, que tumbó la ordenanza de Colau al considerar que el consistorio no puede regular los clubes de fumadores de la ciudad y estaba invadiendo competencias estatales. Ante esta situación, la Federación de Asociaciones Cannábicas de Cataluña (CATFAC), advierte a Metrópoli de una futura "pérdida de muchos puestos de trabajo" ya que "es muy probable que muchos centros opten por el cierre definitivo".
"VOLVER A LOS PARQUES"
"Parece que quieren que volvamos a los parques", explica el responsable de una asociación a este medio. "La regulación beneficia a todos los actores, de manera que los obstáculos que interpone el Poder Judicial tan solo abocan a un mercado descontrolado", añade.
Se trata de una opinión compartida por varios clubes barceloneses, que llevan casi seis años regulados por el Plan de ordenación urbanística que se aprobó en 2016. Según la CATFAC, con esta ordenanza "se compatibilizaba el derecho de asociación de las personas consumidoras con el ejercicio de otros derechos como la integridad física y moral".
Captadores de socios de asociaciones de cannabis frente a comercios del Gòtic / ARCHIVO
INMOVILISMO DEL ESTADO
Eric Asensio, secretario de CATFAC, asegura que el inmovilismo del Estado en la materia "es un gran error" que impide "avanzar y evolucionar a la sociedad" ante una gran inseguridad jurídica. Además, Asensio estima que los clubes catalanes "generan unos 80.000 puestos de trabajo", la mayoría de los cuales se concentran en la capital catalana.
Por ello y por la inestabilidad actual de muchos centros, el secretario denuncia que "por una simple cuestión de competencias" no se permite "marcar una normativa clara" en una ciudad que lleva "más de 20 años ejerciendo la actividad". Por otro lado, insiste en que hasta ahora se han vigilado las prácticas "para que se adapten específicamente a lo que establece la normativa de las asociaciones cannábicas" y ahora "los clubes buscarán otras vías para seguir llegando a sus socios".
INCUMPLIMIENTO DE LAS NORMAS
Según ha denunciado la asociación The Gas Station a este medio, es cierto que "muchos clubes no han hecho bien sus funciones" y eso ha repercutido en todos los establecimientos. No obstante, asegura que "eso pasa en toda España" pero que la situación pasa desapercibida porque en "ningún lugar había la regulación que tenía Barcelona".
Entre algunas de las infracciones, el propietario de otro club de la ciudad asegura que "los disturbios a los vecinos" son, a su parecer, "uno de los principales motivos por los que ha intervenido la justicia" en la capital catalana. "Si todos hubiésemos cumplido y no hubiese habido tantas quejas durante estos años no habríamos llegado a este límite", añade. Por otro lado, otro responsable de una asociación denuncia a los locales que se dedican "a hacer promoción ilegal en la calle" por "destrozar la esencia y la misión de estos clubes".
Pancartas vecinales en contra de un club de cannabis en la calle Còrsega / G.A
INFORMACIÓN RECIBIDA
Por el momento los centros han recibido una carta –que ha podido consultar este medio– en la que se informa de que los locales tan solo podrán funcionar como "club social".
Su actividad se debe limitar a "proporcionar información, elaborar o difundir estudios, hacer propuestas, expresar opiniones sobre la materia y promover reuniones o seminarios", apunta la notificación.
INTERPRETACIÓN
Con la emisión de esta carta, el Ayuntamiento potenciará las inspecciones para asegurar la prohibición de "la venta, consumo o promoción" de cannabis en los locales. No obstante, muchos de los clubes arguyen que "los socios pueden seguir consumiendo marihuana dentro de sus espacios".
Por ello, la incógnita que más inquieta a responsables y clientes es el impacto de los controles, que podrían derivar en sanciones y en numerosos juicios. Por el momento, la CATFAC ha asegurado que "buscará una salida" y planea reunirse con el Ayuntamiento durante este mes de septiembre para encontrar una solución. "Las asociaciones cannábicas vinimos para quedarnos y nos quedaremos", sostiene la federación.
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