Nuevo hallazgo abre el debate sobre el misterio del Ejército de Terracota
A 2 mil años de su creación, los 7 mil guerreros del primer emperador chino Qin Shihuang pudieron tener una influencia externa, según un grupo de arqueólogos.
Dos milenios después de su creación y 42 años después de su descubrimiento, el debate sobre el origen del Ejército de Terracota de Xian (China) sigue vivo y se ha visto agitado esta semana por nuevos hallazgos que apuntan a una posible influencia griega.
Así lo defiende un grupo de arqueólogos que, tras trabajar en una nueva excavación, ve pruebas de que este conjunto de más de 7.000 estatuas de guerreros que el primer emperador chino, Qin
Shihuang, se hizo construir para su mausoleo tuvo una inspiración externa.
“Esta información viene de un documento histórico, Siji, sobre doce estatuas de bronce erigidas en frente del Palacio Qin Xianyang”, explica Li Xiuzhen, una de las arqueólogas que ha
participado en esa investigación.
“Otro documento histórico, Houhansu, habla de que el primer emperador Qin conoció a doce gigantes de Occidente y construyó doce estatuas después”, añade Li, del Museo del Mausoleo de Qin Shihuang de Xian.
Desde que en 1974 unos agricultores descubrieron las primeras piezas cuando cavaban un pozo en lo que en su día fue la ciudad de Xianyang, capital de China en la dinastía Qin -fundada por el
emperador Qin Shihuang-, el origen del Ejército de Terracota ha estado rodeado misterio.
Este conjunto escultórico, uno de los mayores de la antigüedad, situado a unos 40 kilómetros de la actual ciudad de Xian (norte) no tiene precedentes en la historia de China, ni tampoco se
conocen casos de sucesores de Qin Shihuang que trataran de darle continuidad a tal despliegue mortuorio.
Con más de 7.000 estatuas de soldados -todas con rostros diferentes y originalmente pintadas-, caballos, carros y armas, este peculiar ejército es sólo una parte separada del mausoleo, mucho
más grande, del primer emperador chino, con esculturas femeninas, artistas, acróbatas o animales, en gran parte por descubrir.
El porqué este monarca, que accedió al trono con 13 años (en el año 246 a.C.), unificó los diferentes reinos que había entonces en el norte de la China e inició la construcción de la Gran
Muralla, decidió rendirse un homenaje de esas proporciones es algo que intriga a los investigadores desde hace cuatro décadas
A esa pregunta tratan de darle respuesta ahora un grupo de arqueólogos del Museo del Mausoleo de Qin Shihuang de Xian y la University College de Londres, que han señalado al arte escultórico de los antiguos griegos como probable inspirador.
Li, que formó parte de ese equipo, subraya las referencias a Occidente en documentos chinos antiguos, aunque la investigación, divulgada de momento a través de un documental de la televisión pública británica BBC y aún no publicada por revistas científicas, aporta más pruebas.
Los arqueólogos citan trabajos previos que demostraron trazas de ADN europeo en esqueletos enterrados en la actual región china de Xinjiang (noroeste), y que podrían indicar presencia
occidental en la zona anterior al reinado de Qin Shihuang.
Además, recuerdan que no hay constancia en China de una tradición de esculpir estatuas de tamaño real antes de los guerreros de Xian y que algunas de las figuras de animales, acróbatas y
artistas halladas en el mausoleo (separado del sitio donde se halla el Ejército de Terracota) muestran paralelismos con el arte griego.
El resultado de la investigación sugiere, así, que los contactos entre Occidente y China son más antiguos de lo que se pensaba y que se remontan a 1.500 años antes de los viajes de Marco Polo,
anteriores incluso a las visitas de emisarios del Imperio Romano de los siglos II y III d.C. registradas por historiadores chinos.
Esta hipótesis no ha sido del todo bien recibida en China y algunos arqueólogos del país han expresado públicamente sus dudas.
“Los Registros de la Gran Historia proporcionan un relato escrito detallado del proceso de construcción de la tumba de Qin, incluyendo el diseño de todos los artículos sepultados en el palacio
subterráneo y no mencionan ningún contacto occidental con China”, dijo el arqueólogo Ni Fangliu al diario oficial Global Times.
En respuesta a estas críticas, Li, del Museo del Mausoleo de Qin Shihuang de Xian, se limita a señalar que el campo de investigación de Ni Fangliu son los robos de tumbas.
Ajena a estas polémicas intelectuales, la monumental tumba de Qin Shihuang, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987, se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de China desde que abrió el museo, en 1979, y recibe cada día a miles de visitantes, unos cuatro millones anuales.
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