Rusia se prepara para la gran batalla tras evacuar Jersón
El Kremlin completa la movilización de los 300.000 reservistas con los que quiere hacer frente a la contraofensiva ucraniana en este enclave estratégico
- ROSTYSLAV AVERCHUK..........larazon
Rusia informó ayer de que había concluido su evacuación de la población civil de la ciudad de Jersón, a pesar de que el subjefe del gobernador prorruso, Kiril Stremousov, no reveló el número de residentes que permanecen en el lugar. Ucrania asegura que se han instalado puntos de control adicionales por parte de los rusos en el camino hacia Crimea.
No obstante, vecinos de Jersón con los que ha podido contactar LA RAZÓN aseguran que una parte minoritaria de la población ha respondido al llamamiento de las fuerzas rusas y otra parte ha preferido marcharse por su cuenta a zonas más alejadas de la línea del frente. La gran parte de los evacuados por Rusia se ha trasladado a Crimea.
«Las imágenes publicadas por la prensa rusa que muestran a una multitud de personas que parecen estar haciendo cola para marcharse hacia Rusia no se corresponden con la realidad», explica a este diario Tamara, quien pide aparecer con un pseudónimo por miedo a las represalias. Esta vecina de Jersón indica que estas personas en realidad estaban esperando la llegada de los barcos para acudir a sus segundas residencias en el campo. Revela que los «ruscistas», como muchos ucranianos llaman a los invasores rusos usando el juego de palabras que involucra las palabras «rusos» y «fascistas», están haciendo la vida en la ciudad «insoportable».
«Han dicho a los médicos que los hospitales estarán cerrados y tendrán que irse en un intento de obligarlos a marcharse». Según Tamara, solo funcionan tres farmacias en todo Jersón, mientras que los precios son exorbitantes y es difícil conseguir dinero en efectivo, ya que bancos y cajeros automáticos no funcionan.
Los ocupantes han eliminado casi todo el transporte público, incluidos los nuevos trolebuses. «Se llevaron todos los buses nuevos que fueron comprados por el ayuntamiento antes de la invasión». La comunicación también es difícil porque los rusos revisan los teléfonos de la gente en la calle por la presencia de Viber y WhatsApp, que están prohibidos en Rusia. Los puestos de control están dispersos por toda la ciudad. Tamara asegura que la gente está cansada y psicológicamente «rota». Sin embargo, esperan con ansia la ofensiva de las Fuerzas Armadas de Ucrania. «La gente está feliz porque ayer y hoy fueron destruidas dos bases militares enemigas».
Los vecinos no creen que los llamamientos para que se evacuen sean altruistas. Piensan que se trata de una deportación encubierta. Tamara confiesa que entre los habitantes hay una sensación de «déjà vu». «Nuestro pueblo ya pasó por esto en la historia, no nos van a engañar de nuevo». Esta vecina revela a este diario que los signos de resistencia todavía son visibles en la ciudad donde se produjeron las primeras protestas tras su ocupación por parte de los rusos en las primeras semanas de invasión y que fueron brutalmente reprimidas. Cuenta que se atan cintas amarillas y azules a árboles y cercas o se pintan, aunque esto es extremadamente arriesgado.
El presidente Volodimir Zelenski está convencido de que Rusia no va a abandonar la ciudad y se está preparando para usar Jersón como un obstáculo para el avance de las tropas ucranianas en el frente sur. Su ministro de Defensa, Olexiy Reznikov, cree que las tropas rusas tratarán de evitar ser rodeadas en la ciudad, pues podría convertirse en una gran trampa para ellos con Kyiv dirigiendo fuego de artillería en cruces improvisados rusos a través del río. Aun así, el Estado Mayor del Ejército ucraniano asevera que hasta 1.000 soldados rusos recién movilizados acaban de desplegarse en la zona controlada por Rusia en la región de Jersón. Fuentes fiables aseguran a LA RAZÓN que los reservistas reciben entrenamiento en campos improvisados en la ciudad.
El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, informó ayer a su jefe, Vladimir Putin, que la «movilización parcial» se había completado con 300.000 efectivos de una edad media de 35 años. Shoigu manifestó que 82.000 están ya desplegados en Ucrania y la mitad de ellos se encuentran en tareas de combate. El presidente ruso elogió el «patriotismo de los reservistas» tras la impopularidad del llamamiento a filas.
- ROSTYSLAV AVERCHUK..........larazon
No obstante, vecinos de Jersón con los que ha podido contactar LA RAZÓN aseguran que una parte minoritaria de la población ha respondido al llamamiento de las fuerzas rusas y otra parte ha preferido marcharse por su cuenta a zonas más alejadas de la línea del frente. La gran parte de los evacuados por Rusia se ha trasladado a Crimea.
«Las imágenes publicadas por la prensa rusa que muestran a una multitud de personas que parecen estar haciendo cola para marcharse hacia Rusia no se corresponden con la realidad», explica a este diario Tamara, quien pide aparecer con un pseudónimo por miedo a las represalias. Esta vecina de Jersón indica que estas personas en realidad estaban esperando la llegada de los barcos para acudir a sus segundas residencias en el campo. Revela que los «ruscistas», como muchos ucranianos llaman a los invasores rusos usando el juego de palabras que involucra las palabras «rusos» y «fascistas», están haciendo la vida en la ciudad «insoportable».
«Han dicho a los médicos que los hospitales estarán cerrados y tendrán que irse en un intento de obligarlos a marcharse». Según Tamara, solo funcionan tres farmacias en todo Jersón, mientras que los precios son exorbitantes y es difícil conseguir dinero en efectivo, ya que bancos y cajeros automáticos no funcionan.
Los ocupantes han eliminado casi todo el transporte público, incluidos los nuevos trolebuses. «Se llevaron todos los buses nuevos que fueron comprados por el ayuntamiento antes de la invasión». La comunicación también es difícil porque los rusos revisan los teléfonos de la gente en la calle por la presencia de Viber y WhatsApp, que están prohibidos en Rusia. Los puestos de control están dispersos por toda la ciudad. Tamara asegura que la gente está cansada y psicológicamente «rota». Sin embargo, esperan con ansia la ofensiva de las Fuerzas Armadas de Ucrania. «La gente está feliz porque ayer y hoy fueron destruidas dos bases militares enemigas».
Los vecinos no creen que los llamamientos para que se evacuen sean altruistas. Piensan que se trata de una deportación encubierta. Tamara confiesa que entre los habitantes hay una sensación de «déjà vu». «Nuestro pueblo ya pasó por esto en la historia, no nos van a engañar de nuevo». Esta vecina revela a este diario que los signos de resistencia todavía son visibles en la ciudad donde se produjeron las primeras protestas tras su ocupación por parte de los rusos en las primeras semanas de invasión y que fueron brutalmente reprimidas. Cuenta que se atan cintas amarillas y azules a árboles y cercas o se pintan, aunque esto es extremadamente arriesgado.
El presidente Volodimir Zelenski está convencido de que Rusia no va a abandonar la ciudad y se está preparando para usar Jersón como un obstáculo para el avance de las tropas ucranianas en el frente sur. Su ministro de Defensa, Olexiy Reznikov, cree que las tropas rusas tratarán de evitar ser rodeadas en la ciudad, pues podría convertirse en una gran trampa para ellos con Kyiv dirigiendo fuego de artillería en cruces improvisados rusos a través del río. Aun así, el Estado Mayor del Ejército ucraniano asevera que hasta 1.000 soldados rusos recién movilizados acaban de desplegarse en la zona controlada por Rusia en la región de Jersón. Fuentes fiables aseguran a LA RAZÓN que los reservistas reciben entrenamiento en campos improvisados en la ciudad.
El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, informó ayer a su jefe, Vladimir Putin, que la «movilización parcial» se había completado con 300.000 efectivos de una edad media de 35 años. Shoigu manifestó que 82.000 están ya desplegados en Ucrania y la mitad de ellos se encuentran en tareas de combate. El presidente ruso elogió el «patriotismo de los reservistas» tras la impopularidad del llamamiento a filas.
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