La presencia de esta especie se ha detectado en una treintena de municipios catalanes pero no se ha producido ningún caso de contagio a humanos
La Asociación Catalana de Empresas de Salud Ambiental de Cataluña, ADEPAP, ha alertado de la presencia de una especie de paparra que puede ser una potencial transmisora de enfermedades como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. El nombre científico es 'Hyalomma lusitanicum' y un estudio lo ha detectado en una treintena de municipios catalanes, entre ellos, Barcelona. En Cataluña no se ha notificado ningún caso de contagio a humanos.
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es una de las patologías transmitidas por las paparras con mayor extensión mundial. Actualmente se considera una enfermedad emergente en países de la Europa oriental. Según los datos del CatSalut, en el estado español se detectó la circulación del virus en paparras en el año 2010 y los primeros casos en personas se notificaron en 2016.
Desde la ADEPAP admiten que en Cataluña no se ha detectado ningún caso en Cataluña, y que tanto los sistemas y las redes de vigilancia sanitaria como los protocolos de actuación están activados. No obstante, reivindican un enfoque integral —"One Health"— de la salud humana, ambiental y animal para controlar estos casos.
"La experiencia nos dice que las especies invasoras llegan, se instalan y se extienden, como el mosquito tigre o la avispa asiática", afirma Quim Sendra, presidente de ADEPAP. Por ello, advierte que podría pasar lo mismo con esta paparra vector de transmisión de la fiebre Crimea-Congo. "En España hay casos contados, pero es posible que acabe siendo habitual", y añade que "para que esto no pase es necesario que estemos alerta en el control de estos vectores".
La picadura, principal vía de transmisión
En general, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es una enfermedad que circula entre varios animales, que no presentan síntomas, y entre las paparras. Muchos mamíferos pueden transmitir el virus a las paparras cuando lo tienen en la sangre. Las aves aparentemente son resistentes a la infección, pero pueden actuar como vectores porque transportan las paparras infectadas.
El virus se transmite a las personas sobre todo por la picadura de paparras. El contagio también puede producirse por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados. También puede haber transmisión entre personas en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales.
Aunque hay varios géneros de paparra que pueden verse afectados por este virus, Hyalomma es el vector principal, es decir, el agente transmisor más habitual.
¿Cuáles son los síntomas?
El periodo de incubación depende de la forma de contagio del virus. En el caso de la picadura de paparra, la fase de incubación es de uno a tres días, con un máximo de nueve días. Después del contacto con sangre o tejidos infectados, la incubación es de cinco o seis días.
Los síntomas son fiebre, dolor muscular, mareo, dolor y rigidez de cuello, dolor de cabeza, irritación de los ojos y fotofobia. También puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, cambios bruscos de humor y confusión. Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad.
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