Las peleas entre bandas latinas en Madrid están a la orden del día. Tanto es así que desde la Delegación del Gobierno pusieron en marcha, en febrero del 2022, el llamado "plan antibandas" para combatir la criminalidad juvenil en varios distritos de la ciudad. Estos últimos años se ha detectado un aumento en la implicación de menores de edad, muchos de ellos de menos de 14 años y, por lo tanto, inimputables, que no dudan en cometer actos de extrema violencia ni encargar el asesinato de miembros de grupos rivales.
Este ha sido el caso de una chica de solo 13 años quien, según ha adelantado el ABC, se vio involucrada en un enfrentamiento entre la banda de los Trinitarios y los Dominican Don't Play (DDP). Ella no pertenece a ningún grupo, según declaró ante la Policía Municipal, pero su exnovio, sí. El adolescente, también de 13 años, le pidió que matara a una chica del otro grupo, con la "recompensa" de ser aceptada por los Trinitarios y obtener su protección en el barrio. La niña denunció estos hechos a la policía, quienes abrieron una investigación, identificando al menor e informando a sus tutores legales de lo que había sucedido, sin opción a ser procesado por tener menos de 14 años.
Le pidió que apuñalara a una niña
El pasado 7 de abril, el adolescente acudió a la comisaría del Distrito de Fuencarral-El Pardo. Allí relató cómo su expareja la intentó captar para ser miembro de los Trinitarios. "Me ha dado un cuchillo para asesinar a una niña", explicó a los investigadores. "Me ha dicho: 'Te acercas por detrás, y se lo clavas en el costado derecho y le pinchas el riñón'". La chica solo pudo identificar al adolescente por su nombre de pila y el colegio en el cual estudia, pero un par de días más tarde la policía lo pudo detener cuando la chica los llamó pidiendo ayuda porque un grupo de 20 menores la estaba persiguiendo.
Como se negó a cometer la ejecución, el exnovio de la menor decidió que, en vez de la protección que le ofrecía, le daría una lección. Con esta intención, él, y una veintena de chicos y chicas más, la esperaron a la salida de la escuela y la persiguieron con intención de agredirla. Según la niña, la atacaron con un cuchillo de cocina, pero unas personas que había por las inmediaciones les consiguieron separar y el grupo huyó antes de que llegaran los agentes.
No obstante, se pudo localizar a siete de los presuntos agresores en los alrededores, y la expareja de la chica fue identificada el día siguiente en su centro escolar. Le interrogaron en presencia de su madre y le registraron; sin embargo, al tratarse de un menor de solo 13 años, es inimputable y no se le ha podido detener ni abrir ningún expediente disciplinario.
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