Unos padres deberán pagar medio millón de euros por los destrozos de sus hijos menores en un chalé del Pirineo

 elmundo

Cuatro adolescentes se colaron en la residencia de vacaciones de un notario de Zaragoza, que quedó arrasada

Un juzgado de Jaca ha condenado a los padres de cuatro menores a pagar 557.563 euros por los destrozos ocasionados por sus hijos en un chalé del Pirineo aragonés al que prendieron fuego.

Los adolescentes, que tenían entre 14 y 17 años cuando ocurrieron los hechos, han sido condenados por un delito de allanamiento de morada y otro de daños por imprudencia grave.

Sin embargo, dada su condición de minoría de edad, serán sus padres, como responsables civiles, los que tendrán que acarrear con los daños ocasionados por sus hijos.

Dos de los chicos condenados tendrán que pasar 12 meses bajo libertad vigilada, mientras que a otro se le impone la obligación de asistir durante el mismo periodo a un centro de día supervisado.

El cuarto, que acaba de cumplir la mayoría de edad, tendrá que hacer tareas socioeducativas durante seis meses para que reflexione sobre lo sucedido.

Según recoge la sentencia, que este domingo adelanta Heraldo de Aragón, la noche del 17 de abril de 2022 un grupo de menores accedió a un chalé ubicado en la localidad oscense de Castiello de Jaca.

Una fiesta que acabó en llamas

Con la intención de celebrar una fiesta, aprovecharon que el propietario, un notario de Zaragoza, no estaba esa Semana Santa en la vivienda, que había adquirido en 2019 y usaba como segunda residencia.

Se valieron de que la puerta trasera estaba rota y podía abrirse desde fuera para allanar el chalé. Una vez en el interior, usaron una piedra para romper la puerta de la bodega, donde permanecieron un rato fumando y abriendo varias botellas de vino.

De hecho, llegaron a inmortalizar el momento grabando un vídeo en el que aparecían los cuatro brindando, imágenes que luego rescató la Guardia Civil del teléfono móvil de uno de los investigados y que han servido de prueba.

Durante el juicio reconocieron que estuvieron en el inmueble, pero alegaron que les pareció que se trataba de un edificio abandonado.

La sentencia da por probado que, una vez accedieron al salón, echaron gasolina en un vaso de cristal y le prendieron fuego. La violenta llamarada sorprendió al grupo de amigos, que intentó sofocarla utilizando agua del grifo.

Sin embargo, el combustible se derramó entonces por la mesa, lo que hizo que esta prendiera de inmediato. Para intentar sofocar el fuego, usaron el edredón de una cama que avivó el incendio todavía más por lo que los menores, asustados, decidieron abandonar la casa, que acabó siendo pasto de las llamas.