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Papúa Nueva Guinea se convierte en la nueva pieza de la "soga perfecta" de EEUU en torno a las costas chinas
Joe Biden tenía previsto visitar esta semana la estratégica isla de Papúa Nueva Guinea (PNG). Iba a ser la primera visita de un presidente de Estados Unidos en activo a un país insular del Pacífico. El viaje se suspendió finalmente debido a los problemas que enfrenta el Congreso estadounidense por el techo de deuda, pero no resta importancia a la trascendencia del pacto de seguridad y vigilancia marítima que Washington va a firmar con Papúa Nueva Guinea, que supone, entre otras cosas, la transferencia de 45 millones de dólares en materia de cooperación en seguridad para reforzar las Fuerzas Armadas nacionales.
La ubicación de Papúa Nueva Guinea al norte de Australia resulta estratégica para China y para EEUU. Este territorio disputado por las potencias europeas a finales del siglo XIX, en plena carrera imperialista, fue escenario de cruentas batallas durante la Segunda Guerra Mundial. Para los estrategas americanos, la posición geográfica de Papúa la convierte en una pieza clave de la denominada "cadena de islas", que la une con Tokio, Saipan (la isla más grande del Estado libre asociado insular estadounidense de las Islas Marianas del Norte) y Guam. Esta cadena constituye la llamada gran punta de lanza de EEUU frente a China.
El borrador del acuerdo prevé el aumento de personal civil y militar en el país. También otorga inmunidad legal a funcionarios americanos y a los contratistas de EEUU para moverse libremente dentro de su territorio y aguas territoriales. El gobierno local ha negado que el Pentágono vaya a abrir una base militar, pero el mensaje es claro. EEUU quiere incorporar a Papúa Nueva Guinea a su escudo defensivo. En las últimas décadas, EEUU ha desplegado lo que el periodista John Pilger ha definido como la "soga perfecta" con unas 400 bases militares alrededor de China en una estrategia para contener al gigante asiático.
El primer ministro de PNG, James Marape, ha dicho que este acuerdo responde a la necesidad de proteger al país, pero sectores como los sindicatos y los universitarios han protestado porque consideran que este acuerdo con Washington puede enfadar a China y dejar al país anclado en la órbita norteamericana perdiendo la neutralidad. Y no se equivocan. Pekín no parece cómodo con el pacto y en las últimas horas el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin“, ha advertido que Pekín se opone a cualquier "juego geopolítico en la región de las islas del Pacífico”, en un claro aviso al movimiento de la administración de Biden por asegurar el apoyo de Papúa Nueva Guinea.
En los últimos meses la vicepresidenta Kamala Harris visitó PNG como señal de reconocimiento ante la poca atención diplomática que EEUU ha prestado a los países insulares del Pacífico. Pero el expansionismo de China y la consolidación de esta región como un teatro clave de la nueva guerra fría entre Pekín y Washington ha revitalizado el interés de cualquier territorio que pueda servir para frenar el avance chino en la región, dentro de la Estrategia del Indo-Pacífico de Estados Unidos.
Tras el vacío dejado por Washington durante décadas en esta zona, China ha extendido su diplomacia a través de una mayor cooperación en ayuda, desarrollo y seguridad, lo que ha generado recelo entre Nueva Zelanda y Australia, aliados norteamericanos. La inquietud en Washington creció después del pacto de seguridad firmado el año pasado entre ¿Qué está pasando en las Islas Salomón?, que podría permitir la presencia de buques de guerra y fuerzas de seguridad chinos. En respuesta Estados Unidos ha incrementado su atención en el Pacífico con la apertura de embajadas en las Islas Salomón y Tonga.
El acuerdo de seguridad con PNG supone un nuevo capítulo de la creciente tensión entre Estados Unidos y China en la región. El primer ministro de Nueva Zelanda, Chris Hipkins, ha asegurado este lunes que este pacto "no militarizará la región del Indo-Pacífico". "Nueva Zelanda no apoya la militarización del Pacífico. Dicho eso, una presencia militar no significa necesariamente militarización", ha asegurado el primer ministro neozelandés. El profesor de la UNSW, David Kilcullen, dijo a la agencia Reuters que “un conflicto entre Estados Unidos y China podría desarrollarse en todo el Pacífico, incluidas Melanesia y las islas polinesias, no solo en el Estrecho de Taiwán y el Mar de China Meridional, lo que pone a Papúa Nueva Guinea y las Islas Salomón en el centro de atención”.
Actualmente, Australia tiene acceso a la base naval de Lombrum en la isla Manus perteneciente a Papúa Nueva Guinea gracias a un memorando de entendimiento firmado entre ambos países en 2019, que tiene como objetivo reconstruir la instalación militar y aumentar la interoperabilidad entre las fuerzas de defensa de los dos países vecinos.
Papúa Nueva Guinea recibe este lunes a cinco presidentes y diez primeros ministros, incluido el primer ministro indio Narendra Modi, que estarán en el país para asistir al Foro India-Pacífico en Port Moresby. En los próximos días, Australia acogerá la reunión de los socios de Quad, un foro de seguridad militar alentado hace años por Estados Unidos que acoge a India, Japón y Australia. Este último país también forma parte de AUKUS, una alianza defensiva impulsada por Washingotn y Londres para contrarrestar la influencia militar y diplomática de Pekín.
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