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Seguramente para no dejar en mal lugar a Julio Verne, los seres humanos hemos intentado llegar al centro de la Tierra. Fue otra de las carreras entre americanos y rusos durante la Guerra Fría. Los soviéticos empezaron más tarde pero llegaron mucho más lejos. Estuvieron 20 años intentando llegar a las profundidades del planeta.
Su mayor logro fue el Pozo Superprofundo de Kola, un proyecto de prospección científica para profundizar en la corteza terrestre que se desarrolló en la península de Kola (actual Rusia), en las profundidades del Círculo Polar Ártico y cerca de Finlandia. Habían alcanzado los 12.262 metros cuando en 1992 terminó su perforación.
Es el agujero más profundo que los seres humanos hemos sido capaces de excavar (no el más largo, que es desde 2011 el pozo petrolífero ruso Sakhalin-I, con 12.345 metros). Y sin embargo su recorrido es apenas nada si consideramos que el centro de la Tierra está a más de 6.000 km de profundidad.
11.000 metros de profundidad
Ahora lo va a hacer China. Pero prueba de que la suya es una ambición medida y meditada, se ponen un límite: el pozo China será de poco más de 11.000 metros de profundidad. No parece tratarse de superar lo que la URSS logró en Kola.
El pozo se ha empezado a excavar este 30 de mayo en la cuenca del Tarim, dentro de la región de Xinjiang, situada en el oeste del gigante asiático. Se adentra en la tierra del desierto de Taklamakán y tiene como objetivo alcanzar una profundidad de 11.100 metros.
La dificultad puede compararse a la de un gran camión conduciendo sobre dos finos cables de acero"
El estrecho pozo penetrará en más de 10 estratos continentales y alcanzará el sistema cretácico de la corteza terrestre, con rocas que datan de hace unos 145 millones de años, según la agencia oficial de noticias Xinhua. "La dificultad de construcción puede compararse a la de un gran camión conduciendo sobre dos finos cables de acero", ha explicado Sun Jinsheng, científico de la Academia China de Ingeniería.
El pozo terrestre más hondo de Asia es el realizado por la petrolera estatal china Sinopec, también en la zona de la cuenca del Tarim, y que alcanza una profundidad de 8.937 metros. Esta cuenca es rica en recursos petroleros y gasíferos. Sin embargo, es conocida por ser una de las áreas más difíciles de explorar debido a su entorno terrestre hostil y a las complejas condiciones subterráneas.
China busca nuevos recursos
El proyecto se enmarca en los esfuerzos de China por mejorar su capacidad de exploración y conocimiento del subsuelo, informa Efe. Se espera que los resultados de esta perforación arrojen valiosa información sobre la geología y los recursos naturales de la región, así como avances científicos en la comprensión de los fenómenos geológicos y la historia de la Tierra.
Ya en 2021, el presidente Xi Jinping pidió un mayor progreso en la exploración profunda de la Tierra
Como subraya Bloomberg, China se embarca en este proyecto cuando está explorando nuevas fronteras por encima y por debajo de la superficie del planeta. El mismo 30 de mayo que se inició la perforación, Pekín envió a su primer astronauta civil al espacio desde el desierto de Gobi.
Ya en 2021, el presidente Xi Jinping pidió un mayor progreso en la exploración profunda de la Tierra en un discurso dirigido a algunos de los principales científicos del país.
A más de 180 grados de temperatura
China se propone alcanzar los 11.000 metros porque conoce los impedimentos. En 1992 la temperatura en torno a la perforadora rusa de Kola alcanzó los 180ºC, el doble de lo que se había calculado. Continuar fue imposible. Eso lo saben hoy los ingenieros chinos por mucho que la tecnología haya mejorado en los últimos 30 años.
Para entender las dificultades de cualquier proyecto que pretenda penetrar en las profundidades del planeta hay que tener en cuenta que la corteza terrestre tiene un espesor que varía entre los 5 kilómetros del fondo oceánico y los 70 de las zonas montañosas activas.
El manto, la capa que se encuentra entre la corteza y el núcleo supone el 84% del volumen del planeta. Se extiende desde cerca de 33 km de profundidad (o alrededor de 8 kilómetros en las zonas oceánicas) hasta los 2.900 kilómetros (transición al núcleo).
El proyecto 'M2M-Mohole al manto'
Ahora mismo uno de los proyectos más importantes del Programa Internacional de Descubrimiento de Océanos y el más ambicioso para adentrarse en el subsuelo del planeta es el 'M2M-Mohole al manto'. Liderada por Japón y secundada por otros 23 países, la iniciativa de mil millones de euros busca perforar el lecho marino de una zona del Pacífico cuya corteza mide apenas seis kilómetros de grosor.
Hay tres lugares candidatos para la excavación: norte de las islas Hawai, frente a Costa Rica y al oeste de Baja California. El proyecto M2M pretende recuperar las rocas del manto in situ por primera vez en la historia de la humanidad, con el fin de comprender la naturaleza del Moho y la dinámica del manto, proporcionar pistas sobre el enigmático origen del agua de la Tierra y el ciclo profundo del carbono, y explorar el límite de la biosfera subterránea profunda.
De perforar se encarga el Chikyu, un barco japonés utilizado en el estudio de las placas tectónicas construido hace 25 años. El buque utiliza un sistema GPS y seis chorros ajustables controlados por ordenador que pueden alterar la posición del enorme barco en sólo 50 cm. El Chikyū utiliza su torre de perforación de 121 metros con un taladro que puede llegar a más de 7 kilómetros de profundidad.
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