La Guardia Urbana, a la caza de los conductores de patinetes eléctricos que cometen infracciones. El cuerpo municipal de Barcelona ha interpuesto 660 denuncias a conductores de vehículos de movilidad personal (VMP) entre el 25 de septiembre y el 1 de octubre.
Según han explicado en un tuit, los agentes han llevado a cabo una campaña de seguridad vial específico para esta clase de vehículos, por lo que se han instalado varios dispositivos de control en la ciudad. El objetivo, explican en un tuit, es incrementar la seguridad viaria, garantizar la correcta circulación y favorecer el buen uso del espacio público. Los motivos más destacados por los que han denunciado a los conductores, añaden, son por distracciones, por saltarse semáforos y por conducción negligente, entre otros.
LA COSTA, UN PUNTO CALIENTE
A pesar de que la campaña se ha llevado a cabo en toda la ciudad, la policía ha hecho un énfasis especial en los distritos de Ciutat Vella y de Sant Martí, sobre todo en las zonas del frente litoral de la capital catalana. Además, también se han investigado varios locales y establecimientos dedicados al alquiler de estos vehículos.
Pero no solo se ha multado a patinetes, sino que también se ha prestado atención a los vehículos de más de dos ruedas que ofrecen transporte a viajeros sin licencia, como es el caso de los llamados trixis.
Este dispositivo significa un nuevo golpe a esta clase de vehículos --y a sus conductores--. En los últimos meses, ya se ha prohibido que los usuarios puedan subir al transporte público, como los trenes de Rodalies, el metro de Barcelona y los autobuses cargando con estos vehículos. Además, son numerosos los casos en los que un fallo técnico ha causado la explosión de los patinetes.
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