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Un día, en un centro comercial, un hombre está tomando un café en la cafetería cuando éste ve a dos vigilantes que proceden a parar a un hombre y se le pide amablemente que les acompañe, el hombre (latino) {da lo mismo que sea latino, europeo, americano, asiático, africano etc} se niega y continúa andando haciendo caso omiso, el vigilante se para delante de él y le dice ya en un tono más serio que le acompañe y éste se niega y le dice racista mientras el hombre de la cafetería está viendo atónito la situación.
Uno de los vigilantes le agarra del brazo y entonces el señor le empuja y comienza un forcejeo.
Finalmente éste hombre termina en el suelo mientras los vigilantes intentan reducir al hombre y el caballero que está tomando el café se levanta recriminando la acción de los vigilantes e insultándoles mientras otros clientes se acercan a ver qué sucede y otros filman la escena con el móvil.
Una vez reducido el caballero se le lleva al cuarto de intervenciones.
Pasados unos minutos sale un vigilante y se dirige al caballero que recriminaba la actuación de los vigilantes, el caballero le dice de todo menos bonito y el vigilante le contesta:
Caballero, compruebe que lleva su cartera encima.
El caballero empieza a mirar en sus bolsilllos, en la mesa y en su bolsa del ordenador pero sin resultado.
El vigilante le enseña una cartera y le pregunta:
- es ésta su cartera?
El caballero asombrado dice si, es mía.
Entonces el vigilante le responde:
- bien, pues el caballero que estábamos deteniendo al cual usted estaba defendiendo le ha sustraído la cartera mientras usted estaba desayunando...
La cuestión de ésta historia es que tenemos un trabajo el cual nos obliga a actuar y no tenemos que estar dando explicaciones a terceros que se creen abogados y que graban con sus teléfonos móviles por qué resulta que los estamos protegiendo.
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