sábado, 29 de junio de 2024

En la Antártida hay el doble de agua de deshielo de lo que se pensaba

 LaRazon


Esto facilita que se rompan las plataformas de hielo y los niveles del mar aumenten más rápido de lo que se creía.

La llamada «Cascada de Sangre», en la Antártida, una fuente de agua cargada de hierro que brota de entre el hielo.

La ciencia es sencilla en este caso: el hielo flotante que rodea la Antártida actúa como una barrera contra el hielo glaciar del interior. Lo mantiene frío y estable. Pero el agua de deshielo, a menor temperatura, puede provocar el colapso de esta plataforma y llevar al aumento de los niveles del mar. ¿El problema? En esta región podría haber mucha más agua de deshielo de la que se sabía hasta ahora. Por lo menos el doble.

Cuando comienza la estación estival, el aumento de temperaturas hace que la superficie de esta barrera natural se derrita. Es solo la superficie, pero allí se forman enormes lagos. Estudios previos habían demostrado que estos lagos superficiales facilitan que las plataformas de hielo se rompan y con ello aumente el nivel de los mares. Pero no se sabía exactamente cuánta agua de deshielo había allí. Y a eso hay que sumarle el aguanieve, esa sopa que forma la nieve al derretirse y parece gelatina mal cuajada. Este líquido constituye más de la mitad de toda el agua de deshielo en las plataformas de la Antártida, una cantidad demasiado importante y que hasta ahora no se tenía en cuenta adecuadamente en los modelos climáticos regionales.

Un equipo de científicos, liderados por Rebeca Dell de la Universidad de Cambridge, han publicado en Nature Geoscience en el que, mediante técnicas de inteligencia artificial han logrado cartografiar el aguanieve en 57 plataformas de hielo antárticas entre 2013 y 2021 y descubrieron que el 57% de toda el agua de deshielo se encuentra en forma de aguanieve.

“Podemos utilizar imágenes satelitales para mapear lagos de agua de deshielo en gran parte de la Antártida, pero es difícil mapear el aguanieve, porque se parece a otras cosas, como las sombras de las nubes, cuando se ve desde un satélite – explica Dell en un comunicado -. Pero utilizando técnicas de aprendizaje automático, podemos ir más allá de lo que el ojo humano puede ver y obtener una imagen más clara de cómo el aguanieve podría estar afectando al hielo en la Antártida”.

Las conclusiones muestran que el agua de deshielo acumulada provoca, a su vez, la formación de 2,8 veces más agua de lo previsto por los modelos climáticos actuales, ya que absorbe más calor del sol que el hielo o la nieve. Obviamente, incrementar casi tres veces estas cifras tiene importantes consecuencias a la hora de evaluar la estabilidad de la plataforma de hielo y el aumento del nivel del mar.

La buena noticia es que el aguanieve es más sólida que el agua de deshielo y no provocará las fracturas al mismo ritmo que el agua de lago, pero “definitivamente es algo que debemos considerar al intentar predecir cómo o si las plataformas de hielo colapsarán – concluye Dell -. Me sorprendió que esta agua de deshielo estuviera tan mal contabilizada en los modelos climáticos. Nuestro trabajo como científicos es reducir la incertidumbre. En el futuro, es probable que los lugares de la Antártida que actualmente no tienen agua ni lodo comiencen a cambiar. A medida que el clima siga calentándose, se producirá más derretimiento, lo que podría tener implicaciones para la estabilidad del hielo y el aumento del nivel del mar”.

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