Metropoli
Más de dos agresiones por día. Estas son las cifras a las que hacen frente los funcionarios de las prisiones catalanas cada año. Así lo expresa el informe de incidentes en los centros penitenciarios de Marea Blava al que ha tenido acceso Metrópoli, y que recoge las agresiones que ha sufrido el personal en 2024 (a partir de datos oficiales).
En los últimos siete años (2017-2024) se ha producido un crecimiento del 330% de los episodios de violencia por parte de los reclusos hacia los funcionarios de prisiones. Si en 2017 se contabilizaron 196, en 2024 se ha registrado la “preocupante” cifra de 555, a lo que cabe sumarle las tentativas de agresión, que alcanzan los 316 (en total, 871).
Unos datos que confirman la tendencia al alza de la agresividad de los reos durante los últimos siete años –desde cuando se tienen datos oficiales– con porcentajes “gravísimos”.
Aunque en los tres años anteriores (2022-2024) se observa un estancamiento de las agresiones (tal como puede observarse en el gráfico) se trata de “un mal endémico, una lacra instaurada en el sistema penitenciario a la que se debe dar respuesta”, expresan desde Marea Blava. El colectivo que más sufren, tal como desvela el informe, son los vigilantes de seguridad, con una lesividad del 17% anual.
Brians 2, a la cabeza de las agresiones sexuales
Por lo que a las agresiones sexuales graves se refiere (incidentes violentos con contacto físico o conducta sexual explícita con exposición o no de las zonas genitales), en 2024 se han contabilizado un total de 25, tres más que el año anterior.
“Hace cinco años las agresiones sexuales a trabajadoras eran inexistentes”, expresan fuentes internas de Marea Blava, por lo que tildan la situación de “alarmante”. Estas no solo las sufren las funcionarias de interior, “también voluntarias, sanitarias, docentes o cocineras”, entre otras.
“En los últimos cuatro años se han producido 59 abusos. Unas cifras que muestran las dificultades con las que las mujeres tienen que lidiar en su día a día”, lamentan desde la asociación. A la cabeza se encuentra la prisión barcelonesa de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires, con seis; seguida por solo una menos de Puig de les Basses, en Girona. Le pisan los talones Quatre Camins y Lledoners, ambas con cuatro. Brians 1 es la única prisión donde en 2024 no ha habido ninguna agresión sexual.
“Estos datos pueden entenderse como la punta de un iceberg de otras agresiones verbales o de menosprecio por cuestiones de género”, expresan los mismos, unas situaciones perpetuadas mayoritariamente por internos extranjeros, en un 64%.
Brians 1, la más peligrosa
Las penitenciarias situadas en el área metropolitana de Barcelona, Brians 1 y 2, encabezan la clasificación sobre las cárceles más peligrosas de la provincia. La primera contabiliza 278 funcionarios agredidos. En cuanto a Brians 2, el informe habla de 126 ataques –cuatro menos que Quatre Camins, que se sitúa en segundo lugar–.
Les sigue el centro penitenciario Puig de les Basses, con 85 agresiones. En el otro extremo, la cárcel que menos incidentes acumula es Wad-Ras (Centro Penitenciario de Mujeres de Barcelona), con cinco ataques en todo el año y ninguna de ellas grave.
Una mujer con su hija en la cárcel de mujeres de Wad-Ras, en Barcelona
“El 67% de las agresiones a trabajadores son protagonizadas por internos extranjeros, que representan el 51% del total de reos”, puntualiza el informe. Las tentativas de agresión también son protagonizadas mayoritariamente por este colectivo.
Agresiones entre internos
Por primera vez, Marea Blava ha facilitado las agresiones entre internos. En 2024 ha habido un total de 1.629 entre leves, que representan unas 1.587, y graves, las 42 restantes. Las cárceles donde ha habido más incidentes entre reos son Mas d’Enric (272), Brians 2 (267) y Puig de les Basses (237). Otra vez más, la prisión de mujeres de Wad Ras se despunta de la estadística, con 27 agresiones, todas ellas de carácter leve.
Año negro en las cárceles
En 2024, la comunidad penitenciaria tuvo que lamentar el asesinato de Núria, una mujer nacida en Castelldefels que trabajaba como cocinera en la prisión de Mas d’Enric, en Tarragona. Un interno la mató con varias cuchilladas, una trágica muerte que puso de manifiesto la necesidad de implementar medidas más duras contra los presos altamente peligrosos.
“A partir del asesinato de Núria, la administración ofrece los datos de agresiones de otra manera, más precisos”, puntualiza Marea Blava a este digital.
Funcionarios protestan en Brians 2 en recuerdo de la cocinera asesinada en Mas d’Enric
De hecho, en comparación con años anteriores, algunas cifras han sufrido variaciones como consecuencia de lo comentado anteriormente. Por ejemplo, las agresiones sexuales en 2023 fueron 25, según el informe de dicho año, un dato que este 2024 ha pasado a 22.
“En el informe no aparece la muerte de Núria porque no queremos normalizar un asesinato como un dato estadístico. Se han cronificado los incidentes como algo habitual”, expresan desde Marea Blava, que también remarcan que “si una prisión debe ser un espacio de rehabilitación y reinserción social, es necesario hacer esfuerzos reales y tangibles para devolver la convivencia en los centros”.
Drástico inicio de 2025
El primer fin de semana de 2025 se ha saldado con siete funcionarios heridos en manos de internos. Unos datos que, según Marea Blava reafirman la tendencia al alza de la agresividad de los reos durante los últimos años. “Las Navidades siempre son fechas conflictivas”, expresó hace unos días Roberto, portavoz de la asociación, a este digital.
Uno de los incidentes más graves ocurrió el domingo 5 de enero en Brians 2. Un interno en primer grado atacó a tres funcionarios por sorpresa cuando estos lo trasladaban de celda. Fruto de los golpes, dos de las víctimas recibieron atención sanitaria, una de ellas por una contusión en la cara y otra por la fractura de un dedo de la mano.
Exterior de la prisión de Brians 2, en Sant Esteve Sesrovires
En Ponent, Lleida, también tres funcionarios sufrieron varias lesiones cuando intentaban rescatar a un preso de un incendio que él mismo había provocado en la celda. El recluso les golpeó con fuerza, provocándoles varias lesiones. Paralelamente, una mujer fue agredida en Puig de les Basses.
Brians 1, conocida por ser la cárcel más peligrosa de Catalunya, tampoco se libra de este tipo de acontecimientos. El pasado 6 de enero, un día después de los anteriores incidentes, ocho internos protagonizaron una pelea multitudinaria, por la que han sido sancionados con el aislamiento penitenciario. Como consecuencia de la trifulca, un funcionario recibió un fuerte golpe en el codo. Ocurrió en el módulo 3, el más conflictivo de la prisión.
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