jueves, 16 de enero de 2025

El cráneo de la hermana de Cleopatra trastoca la historia por completo


Un estudio publicado en Scientific Reports y que ha sido elaborado por un equipo de investigación interdisciplinario de la Universidad de Viena (Austria) acaba de trastocar la historia por completo.

Hasta ahora se pensaba que un cráneo hallado en las ruinas de Éfeso (Turquía) en el año 1929 podía pertenecer a Arsinoe IV, la hermana de Cleopatra. Sin embargo, el mencionado estudio ha descartado que eso sea cierto.

En concreto, los científicos han revelado que los restos realmente corresponden a los de un niño de entre 11 y 14 años que sufría trastornos patológicos del desarrollo y cuyos genes apuntan a un origen italiano o cerdeño.

A través de un comunicado, la Universidad de Viena ha explicado que “en primer lugar, el cráneo fue sometido a una microtomografía computarizada para archivar su copia digital con una resolución de 80 micrómetros para siempre. A continuación, los científicos tomaron pequeñas muestras del orden de miligramos de la base del cráneo y del oído interno para determinar la edad y el estado genético”.

Esas muestras demostraron que el cráneo data de entre el 36 y el 205 a. C., unas fechas que coinciden con la fecha tradicional de la muerte de Arsinoe IV en el 41 a. C. Además, los genetistas también han hallado una coincidencia entre el cráneo y las muestras existentes del fémur.

“Pero entonces llegó la gran sorpresa: en repetidas pruebas, tanto el cráneo como el fémur mostraban claramente la presencia de un cromosoma Y, es decir, un varón”, ha destacado el antropólogo Gerhard Weber, quien ha dirigido el equipo de investigación interdisciplinario que ha llevado a cabo el estudio.

El menor sufría trastornos patológicos del desarrollo

La evaluación morfológica del cráneo y los datos de la microtomografía computarizada han desvelado que el niño todavía estaba en la pubertad y tenía entre 11 y 14 años, algo que se ha confirmado con las imágenes de alta resolución de las raíces dentales y de la base del cráneo, que aún se estaba desarrollando.

“Era evidente que sufría trastornos patológicos del desarrollo. En su caso, una de las suturas craneales, que normalmente solo se fusiona a los 65 años, ya estaba cerrada, lo que le daba al cráneo una forma muy asimétrica”, han destacado los investigadores.

En cualquier caso, desde la Universidad de Viena apuntan que “la característica más llamativa era la mandíbula superior poco desarrollada, que estaba inusualmente inclinada hacia abajo y que probablemente causaba problemas importantes a la hora de masticar. Esto también lo confirman los ángulos llamativos de las articulaciones temporomandibulares y los hallazgos dentales de dos dientes que aún quedan en la mandíbula”.

“El primer molar permanente, el primer diente de la dentición permanente y, por lo tanto, el que suele usarse durante más tiempo, no mostraba ningún signo de uso. Por otro lado, el primer premolar, que solo aparece unos años más tarde en la dentición, estaba masticado y tenía grietas claras, probablemente como resultado de la sobrecarga. Los investigadores concluyen que no había un contacto dental regular, una consecuencia de la anomalía de crecimiento de las mandíbulas y la cara”, se añade en el documento.

En cuanto a la causa de esos problemas, en el comunicado se indica que “lo que provocó los trastornos del crecimiento sigue sin estar claro por ahora. Podría haber sido una deficiencia de vitamina D, por ejemplo. Los síndromes genéticos como el síndrome de Treacher Collins también provocan un aspecto similar al del niño”.

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