Metropoli
La Mina de Sant Adrià de Besòs vuelve a estar en el punto de mira. Y, desgraciadamente, su retorno a la palestra pública se debe al salvaje tiroteo que tuvo lugar la noche del martes, 7 de enero. Un episodio que acabó con más de 100 vainas desperdigadas por la calle y que opaca cualquier intento de alejar el barrio del concepto de gueto, especialmente porque no es nuevo (aunque sí más cruento que otras veces).
No hace falta una gran ofensa para que se desenfunden las pistolas o las escopetas en La Mina. De hecho, cualquier mínimo desencuentro puede desembocar en escenas como la vivida esta semana. En esta ocasión, quienes la iniciaron fueron los más jóvenes. Como ya advirtió hace meses el Consejo de Ancianos gitano a Metrópoli: "El respeto se ha perdido". Y así se materializó una vez más.
Grupos enfrentados
El suceso se inició sobre las 22:15 horas y la policía tuvo conocimiento de ello porque recibió diversos avisos de vecinos que llamaron al 112, espantados por lo que estaban viendo a través de sus ventanas: dos grupos armados se estaban disparando en plena calle.
Como se aprecia en los vídeos, que se difundieron rápidamente por las redes sociales, las detonaciones son sin ton ni son. Ningún protagonista hace el amago, siquiera, de cubrirse o huir del lugar. De hecho, se marchan andando, hombres y mujeres, con bastante parsimonia. Aunque quizá incluso fue mejor porque ninguna de las balas impactó directamente en el cuerpo de nadie. Eso sí, una mujer fue herida de rebote cuando se encontraba en el interior de su vivienda.
Ninguna mediación
Como suele ser habitual en estos casos, son los más ancianos, los que forman el Consejo, los que median y ponen paz entre los implicados para que el barrio no se sume en una pequeña guerra civil. Pero todavía no se ha llegado a este punto. Fuentes del entorno han explicado a este medio que los participantes en la riña no han pedido ayuda ni han mostrado signos de dejar el tema en manos de los más veteranos. Hasta que esa petición no se produzca, poco se podrá hacer, han apuntado las mismas fuentes.
Por otra parte, los Mossos d'Esquadra mantienen abierta la investigación y también han informado a Metrópoli de que no hay ningún detenido, dos días después de lo sucedido. Parece que las grabaciones de los residentes de La Mina esa noche no son suficientes para atajar lo ocurrido.
Refuerzo policial
La polémica ha escalado a tal nivel que la consellera de Interior, Núria Parlon, y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, se han trasladado este jueves, 9 de enero a Sant Adrià para abordar directamente el tema con la alcaldesa Filo Cañete.
Lo anunciado por los dirigentes a los medios en la poco acostumbrada sala de plenos consistorial no dista de las anteriores ocasiones en las que se ha producido un episodio con arma de fuego: refuerzo policial. Unos días en los que se verá más a los mossos por la calle: en concreto, ARRO estará más presente durante el día y hasta bien entrada la madrugada, realizando controles en carretera, al igual que BRIMO.
"No hay impunidad"
Poco más han aportado los políticos. La alcaldesa Cañete ha confirmado que se realizará una Junta Local de Seguridad extraordinaria para coordinar la respuesta ante el tiroteo. Un movimiento que el PP de Irene Pardo exigió hace unos días.
Por su parte, Salvador Illa ha negado que haya impunidad para los protagonistas del suceso, aunque los implicados se fueron "de rositas".
Un estereotipo
El gobierno municipal de Filo Cañete intenta por todos los medios sacudirse de encima el estereotipo que envuelve La Mina. Pero los hechos tiran por tierra cualquier tentativa: hace unos meses, el origen de otro tiroteo fue una pelea por una plaza de aparcamiento. Lo dicho, cualquier indicio de disputa es sensible de acabar a tiros.
Sin embargo, el libre tráfico de armas en el barrio va encaminado principalmente a proteger o custodiar las plantaciones de marihuana que proliferan en la zona. Narcotráfico que no cesa pese a las entradas y registros de los mossos. Delincuencia tan normalizada que internautas, policías e incluso residentes del municipio ironizan con cada nuevo tiroteo.
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