En los municipios rurales es más o menos habitual crecer con algún hogar cercano en el que había gallinas. Precisamente, que algo esté tan normalizado a veces choca con que se establezcan normas cada vez más necesarias. Es el caso de la normativa que obliga a registrar los corrales de particulares como medida para mejorar el control sanitario de las aves.
El porqué de este censo, explican desde Medio Rural, está en la necesidad de tener también las explotaciones de autoconsumo localizadas y así poder resguardarlas de posibles focos de gripe aviar.
Una de las dudas más recurrentes a raíz de este proceso es qué se entiende por corral de autoconsumo y, en definitiva, cuántas gallinas puedo tener en casa. La primera cuestión que deben tener clara es que cualquier corral con gallinas, pavos, patos, pintadas, gansos, codornices, perdices, faisanes o palomas tiene que registrarse, independientemente del número de aves.
Existe un máximo para que se considere una explotación de autoconsumo y ese límite se sitúa en 30 gallinas ponedoras o 50 pollos de engorde que deben ser de uso doméstico, no para su comercialización.
¿Y qué pasa si no doy de alta mi gallinero?
De entrada, aquellas personas que deseen comprar aves pero no muestren el código de su explotación, se irán de vacío. No podrán adquirirlas. Además, las sanciones por incumplir con el registro abarcan un rango desde los 600 hasta los 3.000 euros, dependiendo de su gravedad, según determina la Ley de Sanidad Animal.
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