Una estructura defensiva prehistórica ha salido a la luz en una zona boscosa del noreste de Rumanía tras un exhaustivo escaneo aéreo con tecnología LiDAR. La fortificación, que había permanecido oculta por la vegetación durante milenios, data del tránsito entre el Neolítico y la Edad del Bronce.
Los trabajos, realizados en los bosques del condado de Neamț, han permitido a los investigadores reconstruir digitalmente el terreno con una precisión milimétrica. Gracias al uso de drones equipados con sensores LiDAR, el equipo ha detectado una red de fosos y terraplenes de gran envergadura que evidencia una ocupación humana con intenciones defensivas.
Una estructura invisible a simple vista
Según ha detallado el arqueólogo Vasile Diaconu, responsable de la investigación, la estructura estaba tan cubierta por la vegetación que habría sido imposible identificarla sin el uso de escaneo aéreo. “Gracias a la tecnología actual y a la tecnología de escáneres LiDAR he podido obtener una imagen fiel de una fortificación de casi 5.000 años de antigüedad”, explicó el experto.
Los registros digitales han revelado que el yacimiento se encuentra en una zona elevada, con buen dominio visual del entorno. Las mediciones de campo han confirmado la existencia de canales y fosos de varios cientos de metros, lo que refleja una planificación avanzada y una considerable inversión de esfuerzo colectivo.
LiDAR, clave para desenterrar estructuras ocultas
El sistema LiDAR (acrónimo de Light Detection and Ranging o, en español, "detección y medición por luz") permite emitir pulsos láser que atraviesan la vegetación y rebotan en el suelo, generando modelos topográficos en tres dimensiones. Esta tecnología, ya empleada en descubrimientos como ciudades mayas o asentamientos perdidos en el Amazonas, se consolida como una herramienta esencial para la arqueología del siglo XXI.
En este caso concreto, ha permitido identificar un asentamiento fortificado que no solo destaca por su antigüedad, sino también por su complejidad arquitectónica. “LiDAR mostró que la mayoría de los asentamientos fortificados estaban en áreas elevadas, reforzadas con fosos y montículos de tierra”, apuntó Diaconu en su cuenta de Facebook. La escala de las construcciones apunta a comunidades con estructuras sociales organizadas y conocimientos técnicos que se creían imposibles para su época.
La iniciativa ha contado con la participación de Geocad Services, Geo Edu Lab y el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo para la Física de la Tierra. El impulso definitivo al proyecto surgió del contacto entre Diaconu y su antiguo alumno, Vlad Dulgheriu, actual director de la empresa tecnológica implicada. “Me alegra sinceramente que mi antiguo alumno haya construido su propio camino con tanto acierto”, expresó el arqueólogo.
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