El paracetamol es un analgésico que habitualmente se receta para aliviar el tratamiento del dolor, por lo que habitualmente se prescribe para las personas mayores que sufren dolor crónico.
Sin embargo, un estudio dirigido por el profesor Weiya Zhang del Centro de Investigación Biomédica NIHR en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nottingham y publicado en la revista Arthritis Care and Research alerta de que el paracetamol podría no ser tan seguro como se piensa para ese segmento poblacional.
Tal y como recoge el medio de comunicación alemán Apotheke Adhoc, en la investigación se han analizado datos de alrededor de 583.000 pacientes mayores de 65 años, incluidas más de 180.000 personas que habían recibido al menos dos recetas de paracetamol en seis meses.
El resultado del estudio es una asociación entre el uso de paracetamol y una mayor incidencia de eventos adversos graves en pacientes de edad avanzada. En concreto, se han detectado complicaciones gastrointestinales, eventos cardiovasculares y enfermedades renales crónicas.
Igualmente, según la investigación, las personas mayores a las que se les suministró paracetamol tuvieron más probabilidades de sufrir perforaciones, ulceraciones y sangrado en el tracto digestivo superior e inferior. También se ha apreciado un incremento significativo del sangrado gastrointestinal distal.
El balance beneficio-riesgo del medicamento es desfavorable, según los investigadores
Teniendo en cuenta esos resultados, los autores del estudio destacan que el paracetamol debería dejar de utilizarse de forma rutinaria como el tratamiento principal frente al dolor crónico en la vejez.
En ese sentido, los investigadores argumentan que la eficacia analgésica limitada del paracetamol en ese dolor crónico está relacionada con un riesgo significativamente mayor de efectos secundarios, por lo que el balance beneficio-riesgo del medicamento en las personas mayores es desfavorable.
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