sábado, 17 de mayo de 2025

La crisis de los sintecho se agrava en Barajas: los vigilantes se niegan a controlar los accesos

 Trabajadores del aeropuerto advierten de la «inseguridad jurídica» de la medida. «Aena no ha firmado ninguna orden».

La crisis de los sintecho se agrava en Barajas: los vigilantes se niegan a controlar los accesos

Unas 400 personas pernoctan cada noche en el aeropuerto. | TO

La crisis de los sintecho en el aeropuerto madrileño se acentúa. Aena se enfrenta ahora a la negativa de sus brigadas de seguridad privada a ejecutar el control de acceso en las terminales, según refieren a THE OBJECTIVE fuentes próximas a estos trabajadores. La gestora aeroportuaria anunció esta medida el pasado miércoles para limitar la presencia de las personas que pernoctan en las citadas instalaciones después de varios meses en los que el número se ha multiplicado, según datos del sindicato ASAE (Alternativa Sindical Aena/Enaire); y los trabajadores han denunciado una creciente inseguridad tras distintos sucesos protagonizados por algunos de los indigentes.

Ante esta medida impuesta por la gestora aeroportuaria, muchos vigilantes de seguridad se han plantado, sobre todo en la zona pública de la terminal 4, en la que se han establecido la mayoría de las personas sin hogar. Según explican las citadas fuentes, los vigilantes han evitado hacer la mayoría de los citados controles ante la inseguridad jurídica que implican los mismos. «Nosotros, al igual que otros compañeros, no vamos a limitar la entrada a nadie hasta que no haya una orden firmada por Aena. Al final, esto es una zona pública y el reglamento no impide que entre nadie, y nosotros velamos porque se cumpla el reglamento», señalan estas fuentes. 

Otro inconveniente, entre tanto, es la falta de vigilantes de seguridad en el turno de noche. En las últimas horas, la empresa que subcontrata este servicio se ha puesto en contacto con distintos trabajadores para aumentar la plantilla en esa franja horaria, según ha podido saber este periódico. El clima nocturno, cada vez más complicado por la presencia de gente conflictiva entre los que habitan las terminales, y la escasa remuneración han hecho que apenas haya candidatos para este trabajo al que ahora deben sumarse controles más exhaustivos. «Se paga muy mal y por eso nadie quiere hacer el turno. También han visto que la T4 es el Bronx», critican.

«Con el fin de contribuir a que la situación no empeore (…) accederán a las terminales del aeropuerto los pasajeros con tarjeta de embarque, tanto de salida como de llegada, y los trabajadores del aeropuerto», señalaba en el comunicado Aena. Poco después, lo matizó asegurando que la medida no buscaba, en ningún caso, expulsar a los sintecho del aeropuerto, tras las criticas de los sindicatos. Lo cierto, según refieren fuentes policiales, es que el escenario apenas ha cambiado en las últimas noches en que se han puesto en marcha esos supuestos controles. La única zona en la que se han pedido los billetes es la salida de Metro de la Terminal 1, según relatan fuentes presenciales. «Hay un cartel informativo, pero ni siquiera tiene el membrete de Aena», critican.

Un plan de control fallido en marzo 

La Policía, por su parte, tampoco ha establecido ningún control, más allá de alguno puntual en la zona de la estación de autobuses de la T4, advierten las fuentes consultadas. Dese la Comisaría del Aeropuerto de Barajas, estas mismas fuentes aclaran que el Cuerpo es competente en seguridad ciudadana, esto es, si se produce algún delito o infracción administrativa en el recinto, mientras que el servicio de seguridad contratado por Aena debe hacer cumplir las normas del reglamento aeroportuario. De hecho, la gestora del aeropuerto planteó ya en marzo a la Policía poner en marcha un plan conjunto que reforzase el control de los accesos a las terminales.

Según revelan fuentes policiales, la presencia de sintecho en las zonas públicas del aeródromo de la capital española no es algo nuevo. De hecho, hay muchas personas que viven desde hace años en las instalaciones. Por este motivo, Aena, dependiente del Ministerio de Transportes, quiso atajar el problema en marzo con un protocolo de vigilancia, aunque nunca llegó a ejecutarse. «Iba a tener varias fases y se iban a encargar vigilantes de seguridad con apoyo de policías. Se suponía que a partir del 6 de marzo se iba a cerrar la Terminal 4 desde las 23.00 a las 05.00 horas, pero al final no salió adelante», detallan las citadas fuentes. «Hasta que no se cambie el reglamento, no cambiará nada». 

Bronca política

El sindicato de Aena considera «acertados» los controles de acceso, pero insiste en que antes se debe buscar «una salida digna» para las cerca de 400 personas que viven en las terminales. «Son las primeras víctimas de una situación que Aena nunca debió haber permitido», advierten. Mientras la situación se agrava en el aeropuerto, con cientos de personas durmiendo en pasillos, baños y alacenas, con insalubridad, y los delitos se multiplican, según atestiguan fuentes policiales, todavía no está claro cuál o cuáles son las Administraciones que deben hacerse cargo de solventar este problema. 

Desde ASAE apuntan directamente a la gestora aeroportuaria. Y esta última pone el foco, a su vez, en el Ayuntamiento de Madrid. De hecho, el jueves le remitió un «requerimiento legal», como administración competente, para que atienda las necesidades de las personas sin hogar que habitan en el aeropuerto madrileño. El alcalde Jose Luis Martínez-Almeida ha insistido esta última semana en que los recursos del consistorio están completos y que este no es un problema que se resuelva «por la vía judicial». «Se están equivocando y, además, ignorando lo más importante que son las personas que están en ese aeropuerto y que requieren ayuda», manifestó el primer edil. 

Insalubridad y picaduras

Mientras la bronca política se recrudece, en la noche del pasado jueves, un equipo del Defensor del Pueblo visitó por sorpresa las instalaciones portuarias para conocer de primera mano lo que ocurre con los sintecho, según revelan a este periódico fuentes policiales. El departamento dirigido por Ángel Gabilondo investiga desde el pasado mes de marzo a Aena «para conocer cómo gestiona esta realidad y cómo se coordina con los ayuntamientos, responsables de los servicios sociales, de aquellas ciudades que disponen de aeropuertos en los que se da esta circunstancia», según publicó Europa Press. 

Esta semana, una empresa de desinfección también ha acudido a fumigar algunas zonas del aeropuerto después de que los empleados denunciasen la presencia de todo tipo de insectos en los mostradores de facturación y zonas de tránsito en las que duermen cientos de sintecho. Los trabajadores de Aena aportaron decenas de imágenes de picaduras para demostrarlo. Aena ha negado en todo momento que haya una plaga, aunque ordenó la limpieza. «Muchos vienen con perro, hay mucha insalubridad y eso ha provocado una psicosis general», revelaba una trabajadora a este periódico. Durante varias jornadas, distintos profesionales desinfectaron pasillos, baños, mobiliario y cintas de facturación en busca de chinches, garrapatas y cucarachas. 

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