La tensión arterial elevada es una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo y puede llegar a ser mortal si no se trata de manera adecuada. De hecho, esta patología es la culpable de alrededor del 26% de los fallecimientos en España, según los últimos datos de 2021 del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Más concretamente en España, entre el 30 y el 40% de la población adulta mayor de 18 años presenta hipertensión, y en los últimos años se está observando un incremento preocupante en el caso de los niños. Uno de los mayores problemas de esta es que se trata de una enfermedad "silenciosa", cuyas consecuencias se hacen evidentes cuando ya hay problemas más graves e irreversibles, de ahí la importancia de hacer revisiones de forma frecuente, especialmente a partir de los 45 años.
Factores de riesgo
Otros factores como el estrés, el consumo de alcohol y/o tabaco, la diabetes o tener antecedentes familiares con esta patología pueden promover que también acabe sufriéndose. Aunque normalmente no presenta síntomas visibles, en casos muy graves puede desembocar en fuertes dolores de cabeza, náuseas y vómitos, confusión, cambios en la visión e, incluso, sangrado nasal.
Si bien normalmente el mejor tratamiento para la presión arterial elevada son los cambios en el estilo de vida, en algunos casos el médico puede prescribir algunos medicamentos que logren ponerle solución. Una de las dudas más frecuentes relacionada con este es el momento idóneo para tomar la conocida "pastilla de la tensión", objeto de debate también entre los profesionales de la salud.
Ni por la mañana ni por la noche
Tradicionalmente, los expertos recomendaban tomar una sola pastilla al día y por la mañana, ya que suele bajar la tensión por la noche. No obstante, un estudio elaborado el pasado año por el Congreso Europeo de Cardiología concluyó que realmente resulta indiferente el momento en que se tome la pastilla.
"Hemos visto que la administración a la hora de acostarse frente a la administración por la mañana no produce ninguna diferencia en cuanto a eventos adversos graves, ni en posibles eventos hipotensivos, visuales, cognitivos u otros de seguridad en una población general […].", afirmó el profesor Scott Garrison de la Universidad de Alberta (Canadá).
Por este motivo, lo más recomendable es hacerlo en el momento que mejor se adapta a las preferencias y circunstancias individuales de cada persona, con el fin de adoptar un hábito que haga que no se olvide la ingesta de este medicamento.
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