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Es un problema recurrente que los vecinos de Vallvidrera hace muchos años que denuncian. Lejos de resolverse, sin embargo, la saturación de los transportes del barrio por parte de turistas y visitantes que van hacia la cima del Tibidabo ha ido a más. Ahora, dicen, ya no es cosa sólo de la temporada alta y de los fines de semana, sino que durante todo el año y también los días laborables (como comprobó hace unos días un equipo de lo básicos) son habituales las colas y las aglomeraciones, tanto en el funicular de Vallvidrera como en el Bus del Barri 111.

Los dos medios forman parte de una de las rutas en transporte público hasta el punto más alto de Barcelona. Es la vía que propone mayoritariamente Google Maps como primera opción desde el centro de la ciudad y así llegan muchos turistas, guiados por esta aplicación. Pero esta es también la ruta más económica ya que el funicular y el autobús están dentro del sistema tarifario integrado, a diferencia del otro transporte que llega a la cima, la Cuca de Luz.

Entre medio de transporte y atracción del parque


Bautizado con este nombre desde que reabrió en 2021, el antiguo funicular del Tibidabo está incluido en la entrada al parque de atracciones. Pero muchos visitantes suben a la montaña atraídos más por las vistas o por el templo que por el parque. Para estos, el billete sólo para la Cuca de Luz, ida y vuelta, cuesta 13,50 euros, un precio que les disuade de utilizarla.

Los vecinos reclaman la integración de la Cuca de Luz

El bus 111 y el funicular de Vallvidrera son dos transportes esenciales para la movilidad de los vecinos, en especial el segundo, que les permite enlazar con la red del resto de la ciudad. Para descongestionarlos creen que se debería integrar la Cuca de Luz al transporte público de la ciudad. "El problema añadido fue empezar a considerar la Cuca de Luz como una atracción más del Tibidabo, nosotros queríamos que fuera un transporte público más", ha señalado Joan Pujol, presidente de la AV Vallvidrera.

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Lejos del caso del 116, según el Ayuntamiento

Fuentes municipales aseguran, con respecto al 111, que "en general la línea no sufre un exceso de pasaje", aunque sí reconocen que, de media, se registran "dos alarmas de pasaje diarias" los fines de semana. Esto se produce cuando se supera el aforo del bus, que es de 32 pasajeros. Explican también que, a pesar de condicionantes como la época del año y el día de semana, el número de validaciones se mantiene "estable", en torno a las 1.200 al día. En un año son 500.000 y las comparan con las 900.000 que tenía otro Bus del Barrio saturado, el 116 del Park Güell, antes de hacerlo desaparecer de Google Maps.

Sin embargo, el vecindario considera que eliminar la opción del 111 de Google para llegar al Tibidabo podría mejorar la situación: "Hemos pedido al Ayuntamiento sacarlo y nos han dicho que es muy difícil", ha recordado Lluís Bossom, presidente de la AV Cim del Tibidabo

Respecto al funicular de Vallvidrera, Ferrocarriles de la Generalitat, que es su operador, explica que los fines de semana y los festivos hace un refuerzo de personal en el servicio para "preservar" los flujos de viajeros y "maximizar el aprovechamiento de las plazas ofrecidas