Metropoli

Un hombre con su perro en Barcelona
El Ayuntamiento de Barcelona prepara una reforma de la ordenanza de civismo con el objetivo de reforzar su lucha contra las conductas incívicas. Y entre los puntos destacados está el control sobre los propietarios de perros, que se exponen a sanciones si no cumplen la normativa.

Un perro viaja en el metro de Barcelona / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA
Las multas por llevar al perro suelto, no recoger los excrementos o no limpiar los orines siguen vigentes, pero ahora los descuentos por pronto pago se reducen, lo que hará que el castigo sea más severo para quienes incumplen.
Multas más eficaces, menos rebajas
Hasta ahora, si se pagaba rápido, las sanciones se reducían hasta en un 65% o incluso un 75%. Con la nueva ordenanza, los descuentos caerán al 40% o 50%. El consistorio quiere que las multas tengan un efecto real y disuasorio.
Además de los perros, el nuevo texto también se centrará en combatir micciones en la vía pública, pintadas vandálicas y consumo de alcohol en la calle, adaptándose a nuevas realidades que hace años no se contemplaban.
El gobierno de Jaume Collboni busca, en definitiva, una Barcelona más limpia, ordenada y respetuosa con el espacio público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario