sábado, 24 de mayo de 2025

Una treintena de menores tutelados se han fugado durante más de dos días de la DGAIA este mes

 ElPeriodico


Los expertos alertan de que estos niños, extremadamente vulnerables, se exponen a abusos sexuales a cambio de dinero, regalos o atención

La habitación de los más pequeños en el centro Maria Asumpta, de Badalona.

Empezaron un año antes de que fuera amparada por el sistema de protección de menores de la Generalitat, pero las agresiones sexuales se repitieron una vez la niña entró en un centro de menoresEl caso de la menor de 12 años, que ha acelerado el plan de transformación de la Direcció General d'Atenció a la Infancia i l'Adolescència (DGAIA), es brutal, pero no excepcional. Este mayo, una treintena de menores tutelados se han fugado más de dos días de los centros en los que residen. La cifra alcanza a cerca del 1% de todos los que viven en equipamientos del Govern. Educadores, directores, trabajadores de servicios sociales, investigadores universitarios y fuentes de la propia DGAIA asumen y alertan de que muchos de ellos corren el riesgo de sufrir abusos sexuales a cambio de dinero, regalos o simplemente atención, dada su extrema vulnerabilidad, también afectiva.

Según los datos de este mes de mayo que el Govern ha facilitado a este diario, 150 adolescentes –el 3,3% del total– se han escapado de los centros de menores, ya sea durante horas o días. El 44% son niñas, y el 56%, niños. De ellos, uno de cada cuatro ha estado más de dos días sin aparecer. Cabe decir que la mayoría de centros de protección de menores son espacios abiertos: los niños no están privados de libertad y pueden entrar y salir con autonomía para ir a la escuela, hacer extraescolares o visitar a amigos o familia. Cuando no regresan a la hora prevista, los educadores están obligados a avisar a los Mossos y a la DGAIA. Según los datos de la Sindicatura de Greuges, cada año se producen alrededor de mil fugas, el 2,5% del total. El porcentaje asciende hasta el 4,3% en el caso de las adolescentes de 12 a 17 años.

Necesidad de afecto

"La mayor parte de los abusos de los niños tutelados se producen durante las fugas: hay chicas con un gran malestar emocional que necesitan mucho afecto y, cuando llegan a la adolescencia, las relaciones sentimentales son muy importantes para ellas", explican desde un grupo de investigación sobre niños y adolescentes en riesgo social. "Los casos de abusos dentro del sistema de protección son una tipología de abuso infantil", apunta David Rodríguez, profesor de la Universitat de Barcelona, vicepresidente del Col·legi de Treball Social de Catalunya y director técnico de la fundació Idea, que gestiona centros de la DGAIA. "Las víctimas suelen ser chicas que se sienten más vulnerables, su familia se ha roto, gestionan un duelo mal elaborado y no tienen referentes estables porque los equipos son muy cambiantes –sigue el experto–. A menudo estas situaciones les llevan a escapar y a ponerse en riesgo", sigue el experto.

Hace ya dos años que el Colectivo de Educadores de los centros que pertenecen directamente a la DGAIA (CEC), el cual representa a unos 300 profesionales activos, alertó de esta realidad a la Síndica de Greuges y a la propia DGAIA. "Estas chicas que se fugan después vuelven con regalos y móviles y ropa nueva... Y esto no es a cambio de nada", explican estos profesionales, quienes también señalan que existen niños varones en esta realidad. "Se van a pisos con otros adultos –añaden estos educadores–. Se trata de niñas que en muchas ocasiones ya han sido abusadas antes de entrar en la DGAIA y tienen integradas y normalizadas estas prácticas".

Una radiografía muy similar hacen profesionales de los Equips d'Atenció a la Infància i l'Adolescència (EAIA), los servicios municipales encargados de investigar y detectar el maltrato infantil, así como proponer las medidas protectoras y hacer el seguimiento de los menores. "Estos niños son víctimas muy fáciles, ya que han perdido sus vínculos y necesitan hacer de nuevos. Si no logran esa conexión con sus educadores, que están saturados y cambian cada dos por tres en los centros, hay quienes se aprovechan de ellos a cambio de algo. Son menores que han normalizado el riesgo", explica un psicólogo de este servicio. Lo mismo sostiene la abogada especialista y decana emérita del ICAB, Silvia Giménez-Salinas. "Cuando se escapan varios días, en las niñas a menudo detectamos abusos sexuales, y en los niños, violencia y delincuencia. Buscan su pertenencia, no están de acuerdo con la medida que les han impuesto, que es estar en un centro".

Salida para los 18 años

Se trata de una realidad que se agrava cuando los adolescentes se acercan a la mayoría de edad, según los expertos. "Sienten mucha incertidumbre al cumplir los 18 años por si pueden acceder a un programa de vivienda o no", explican desde el grupo de investigación. Una afirmación que también comparte Rodríguez. Aunque la Generalitat es la única comunidad autónoma que ofrece un plan a los extutelados, el número de viviendas no llega al total de adolescentes que la requieren. "Buscan dinero porque temen quedarse en la calle y, desgraciadamente, han aprendido que a través de su cuerpo pueden conseguirlo", explican desde los EAIA.

"El problema es que, tras una fuga, cuando vuelven al centro no estamos preparados para acompañarles: no tenemos tiempo, los centros están sobreocupados y tú no puedes darle el espacio para que exprese con cautela y atención lo que ha ocurrido", siguen desde el CEC. Además, señalan que la Generalitat les reserva la plaza durante un mes. "Después tienen que volver a empezar de nuevo y aún están más rebotados", señalan estos educadores.

Centros especializados y formación

En 2019 –a raíz del caso Trinity, en el que un grupo de menores tutelados en Tortosa fueron captados por la mayor red estatal de pornografía infantil desarticulada hasta la fecha–, el Govern anunció que en cada centro formaría a un responsable en prevención y detección de violencia sexual. Sin embargo, la alta rotación de los profesionales ha hecho que muchos de estos perfiles hayan quedado vacantes. En 2022, apuntan fuentes de la DGAIA, se contrataron 26 profesionales distribuidos por todo el territorio para prevenir, detectar y actuar ante los abusos.

Más allá de eso, ¿qué se puede hacer? Educadores y expertos instan al Govern a que asegure que todos los niños tutelados puedan acceder a una vivienda al cumplir los 18 años y, sobre todo, se intensifique la prevención para que todos los menores sean conscientes de que existen pederastas y abusadores, y cómo defenderse de ellos. También reclaman centros especializados que atiendan a los niños más conflictivos o que todos los profesionales estén formados para detectar la violencia sexual.

Además, Giménez-Salinas considera que se debería replantear el internamiento en un centro cuando el menor acumula fugas. Según los informes de la Sindicatura de Greuges, las fugas de los menores tutelados, aparte de suponer un riesgo, son un indicio de malestar que debe de ser corregido de forma inmediata.

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