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Santiago, el joven que recibió una paliza en el centro de Barcelona en el transcurso de un robo
Los hechos ocurrieron durante la madrugada del 17 al 18 de mayo. Santiago, un joven de 24 años, había salido de fiesta con unos amigos por el centro de Barcelona. Nunca imaginó que, horas después, la noche terminaría en el hospital.
Eran las cuatro de la mañana cuando él y un amigo decidieron dar por finalizada la velada e ir en busca de un taxi. Al cruzar la intersección de las calles Entença y Rocafort, en pleno corazón del Eixample, ambos fueron atacados por sorpresa por dos hombres de origen extranjero que los abordaron por la espalda.
"Te doy el móvil, pero no me pegues" alcanzó a decir Santiago. Pero su súplica no sirvió de nada. Uno de los asaltantes lo inmovilizó con la técnica del mataleón —una llave de estrangulamiento por la espalda— y lo derribó. Santiago quedó semiinconsciente en el suelo. Luego, el agresor se aseguró de dejarlo fuera de combate con varios golpes más antes de iniciar el robo.
La nariz rota y sin diente
"Noté cómo me metía las manos en los bolsillos para robarme el móvil y la cartera", relata la víctima a preguntas de Crónica Global. Cuando recobró la conciencia, ya era demasiado tarde. Tenía la nariz rota, le faltaba un diente y sus pertenencias habían desaparecido junto con los atacantes.
Su amigo, dentro de lo que cabe, tuvo mejor suerte: aunque fue amenazado con una navaja, el segundo agresor no llegó a tocarlo y pudo entregar sus cosas sin sufrir lesiones.
Los dos amigos quedaron completamente desamparados, sin móvil para pedir ayuda ni dinero para un taxi. Fue un transeúnte quien, al ver a Santiago ensangrentado en plena calle, se detuvo a auxiliarlos. Minutos después llegaron los Mossos d’Esquadra, pero los ladrones ya se habían esfumado. Los agentes trasladaron de urgencia a Santiago al Hospital Clínic.

Entrada del Hospital Clínic de Barcelona
"No soy un caso aislado"
"Aún tengo que dar gracias", explica Santiago. "Cuando llegué al hospital, una de las jefas de enfermería me dijo que había tenido suerte por haber llegado consciente. Me contó que la mayoría de las víctimas de este tipo de agresiones llegan inconscientes o incluso en coma", añade.
Desde que decidió contar su historia, muchas personas se han puesto en contacto con él para compartir experiencias similares: "Me ha escrito muchísima gente que también han sido víctimas de ataques parecidos. No soy un caso aislado", denuncia.

Parte del uniforme de un agente de Mossos d'Esquadra, imagen de archivo
Aunque las estadísticas apuntan a una bajada del 9% en los robos en Barcelona, Santiago subraya que la violencia asociada a estos delitos no ha hecho más que crecer: "Antes te robaban. Ahora primero te dan una paliza… y luego, si acaso, te roban", resume con rabia contenida.
"Lo estamos normalizando"
La denuncia ya ha sido interpuesta, y aunque reconoce el compromiso de los investigadores de los Mossos d’Esquadra, no tiene muchas esperanzas de que logren identificar a los agresores. Mucho menos de recuperar sus pertenencias.
"Estamos empezando a normalizar este tipo de ataques", zanja el joven, que aún se encuentra en proceso de recuperación, tanto física como emocionalmente.
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