martes, 3 de junio de 2025

Repunte sísmico en Tenerife: ¿hay riesgo de erupción en el Teide?

 



La actividad sísmica en Tenerife ha experimentado un notable aumento en las últimas semanas, algo que ha captado la atención tanto de ciudadanos como de instituciones. El repunte de pequeños terremotos bajo el Teide ha vuelto a poner sobre la mesa la pregunta: ¿existe un riesgo real de erupción del volcán?

Científicos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) aseguran que la situación se encuentra bajo control. Aunque la isla es volcánicamente activa y la vigilancia es continua, los especialistas descartan la existencia de señales claras que indiquen una erupción inminente.

Recuento de movimientos: ¿qué está pasando bajo el Teide?

En la última decena de días se han contabilizado 34 terremotos de baja intensidad bajo el Parque Nacional del Teide. Ninguno ha sobresaltado a la población al ser de magnitud inferior a 1,7, pero sí han sido cuidadosamente estudiados por los equipos de vigilancia. La mayoría de estos movimientos se concentran en los altos del valle de La Orotava y en la zona de Vilaflor y Guía de Isora, incluso dentro de los límites del propio parque.

El incremento de la sismicidad no supone, por sí mismo, un aviso de erupción. Las mediciones, que se han intensificado desde el verano pasado a raíz de un aumento sostenido iniciado en 2016, apuntan a la presencia de bolsas de magma a menos de 10 kilómetros de profundidad bajo el cráter, según han podido observar especialistas gracias a estudios de tomografía sísmica. Estas investigaciones, realizadas por instituciones como Involcan y la Universidad de Granada, arrojan luz sobre el comportamiento interno de la isla.

¿Por qué ocurre este fenómeno y cómo se interpreta?

Desde hace cerca de una década se observa una tendencia de repuntes sísmicos y un aumento en las emisiones de dióxido de carbono en las inmediaciones del volcán. Todo apunta a que existe una lenta y gradual acumulación de presión relacionada con el ascenso de magma. Sin embargo, los expertos lo califican como un proceso natural que, hasta el momento, no presenta indicios de que esté a punto de generar una erupción.

Itahiza Domínguez, director del IGN en Canarias, ha recordado en varias ocasiones que estos episodios «entran dentro de la normalidad» de un sistema volcánico activo. Para contextualizar, los mayores seísmos precedentes a la erupción de La Palma en 2021 alcanzaron magnitudes mucho más altas y fueron detectados y sentidos por la población, algo que no se ha producido ahora en Tenerife.

La vigilancia científica integra la observación de numerosos parámetros: desde los movimientos de tierra hasta la emisión de gases y las variaciones en la deformación del terreno. Esta red de monitoreo es considerada una de las más avanzadas del mundo y permite a las autoridades reaccionar con rapidez ante cualquier cambio significativo que pueda afectar la vida en la isla.

Protocolos de emergencia y zonas de mayor riesgo

Tras los recientes movimientos, se han llevado a cabo reuniones entre el Comité Científico de Evaluación de Fenómenos Volcánicos y las autoridades insulares para analizar la evolución del fenómeno. Desde 2016, se han registrado patrones anómalos, con cierta intensificación desde 2023. El análisis de estos datos ha llevado a los expertos a reforzar la vigilancia y el seguimiento en varias zonas clave: Las Cañadas, cumbres de Adeje, Vilaflor, y bajo el propio Teide.

El Plan de Actuación Insular Frente al Riesgo Volcánico (PAIV) señala el flanco occidental de la isla, la dorsal de Abeque, como el enclave con más probabilidades históricas de erupción. Esta zona ha concentrado varias erupciones en los últimos 2.000 años, aunque la probabilidad de que ocurra en un periodo corto es considerada baja en la actualidad.

La experiencia reciente con el volcán de La Palma ha hecho que la población esté más sensibilizada y atenta a los avisos de las autoridades. No obstante, los protocolos de emergencia ya están activos y preparados para actuar si la actividad sísmica o volcánica cambia de forma significativa.

Mensaje de tranquilidad y seguimiento continuo

Las instituciones locales y nacionales insisten en la importancia de informarse a través de fuentes oficiales y no caer en alarmismos. El semáforo volcánico de Involcan sigue en verde, señal de que, aunque se produzcan terremotos de baja magnitud, no existe riesgo de erupción a corto plazo.

El monitoreo constante, la investigación científica y los protocolos de emergencia junto con la divulgación de información contrastada constituyen las bases para una respuesta adecuada ante posibles cambios en el sistema volcánico del Teide.

La reciente oleada de pequeños terremotos en Tenerife debe interpretarse como parte del comportamiento natural de una isla volcánica activa. Gracias a la tecnología de análisis y a la rápida coordinación entre organismos científicos y de emergencia, la población puede mantenerse informada y segura, sin perder de vista que la vigilancia es clave para anticipar cualquier evolución del fenómeno.

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