Un invernadero solar que genera energía y alimentos, pensado para exportarlo a Barcelona
Este prototipo creado por el IAAC está ubicado en Collserola y se propone como solución para fomentar la soberanía alimentaria en las ciudades, se replicará en unos meses en la cubierta de un edificio de viviendas sociales en Barcelona
"El objetivo del Institut d'Arquitectura Avançada de Catalunya (IAAC) es inventar el futuro, pero no con un dibujo sino con un prototipo". El arquitecto Vicente Guallart tiene muy claro que la lucha contra la pobreza energética y alimentaria no se consigue solo con pancartas y, por ello, desde el IAAC han construido un invernadero autosuficiente con materiales naturales de km 0 en Can Valldaura, en Collserola. Produce alimentos y también energía solar, y está pensado para ser instalado en las azoteas de grandes urbes como Barcelona. De aquí a unos meses se replicará en la cubierta de un edificio destinado a viviendas sociales y será un paso adelante, a escala real, para promover la soberanía alimentaria y energética en la ciudad.
Granjas verticales urbanas
Este prototipo es el que ahora se conoce como granjas verticales o granjas urbanas, que permiten cultivar alimentos en bandejas apiladas, "paredes con estantes" donde plantar frutas y verduras como tomates, brócoli o cogollos, ha explicado al programa 'Vía 15' Guallart, codirector del Máster de Edificios Ecológicos Avanzados y Biociutados del IAAC.
Es un invernadero de dos pisos, en el inferior están los germinados que luego se plantarán en el huerto comunitario o en la planta superior de esta misma construcción. Y es en esta parte más soleada donde crecen las olináceas, como lechugas o mostaza, que son los productos que más consumen los alumnos que desarrollan sus trabajos de máster del IAAC en Valldaura. Diferentes tipos de lechuga, habas o mostaza que crecen en un sustrato totalmente ecológico.
El futuro es el pasado
La madera utilizada en este invernadero solar ha salido "literalmente" del Parque de Collserola, explica el arquitecto Vicente Guallart, y afirma contundente que este material es "el hormigón del siglo XXI", con la diferencia de que "la madera absorbe las emisiones de CO2", de manera que es un elemento clave en la construcción de edificios ecológicos del siglo XXI. " Hace 50 años el futuro era el plástico, que es altamente contaminante, ahora nos imaginamos que el futuro es el pasado", afirma Guallart, y añade que "tenemos que hacer una revolución ecológica en las grandes ciudades, por lo tanto, tenemos que empezar a producir alimentos y energía". Se da la paradoja de que en estos momentos, construir invernaderos en las azoteas de Barcelona es ilegal. Guallart apuesta por "cambiar las ordenanzas" para ser más resilientes.
Construir invernaderos en las azoteas de Barcelona es ilegal. Se tendrán que cambiar las ordenanzas que permitan una revolución ecológica"
Banco de pruebas
En este invernadero solar se están investigando diferentes técnicas de producción sostenible, entre ellas las aserraduras de madera de pino que sirven de sustrato para crecer las plantas, un residuo que se incorpora al ciclo de producción de los alimentos.
Las placas solares del tejado las han diseñado expresamente en el IAAC y permiten captar la energía necesaria para alimentar el sistema de riego por inundación y goteo automatizado, y al mismo tiempo dejan pasar la radiación que debe permitir el crecimiento natural de las plantas. Además, también tienen un sistema de luces LED que iluminan cuatro horas cada noche para maximizar su desarrollo. "Estamos probando diferentes tecnologías para hacer que los invernaderos solares sea pronto una realidad en las ciudades", afirma Guallart.