miércoles, 18 de mayo de 2022

Fin a las residencias de estudiantes en el centro de Barcelona

 

Fin a las residencias de estudiantes en el centro de Barcelona





Metropoli    .........   


El Ayuntamiento de Barcelona aprobará este mes una nueva regulación que limita a 350 plazas la capacidad de las residencias de estudiantes. Además, obliga a instalarlas fuera del centro de la ciudad y la corona que lo rodea, el área con más alojamientos turísticos, y a distancia la una de la otra.

Esta es una de las novedades que conllevará la Modificación del Plan General Metropolitano (MPGM) para regular el sistema de equipamientos de alojamiento dotacional en Barcelona. 

RECHAZO VECINAL

Con estos cambios, el gobierno municipal quiere dar respuesta al aumento de residencias de estudiantes privadas en suelo de equipamiento en los últimos años en la ciudad. Estas han supuesto una pérdida de superficie destinada a equipamientos y servicios básicos y han provocado rechazo vecinal por el impacto que generan en el entorno en ámbitos como la avenida del Paral·lel o el 22@.

También pretende evitar que las residencias de estudiantes se instalen en zonas saturadas para garantizar el descanso y la vida cotidiana del vecindario.

Render de la residencia de estudiantes en el 22@, Poblenou, al que se oponen plataformas vecinales / Alonso i Balaguer Arquitectes i Associats
Render de la residencia de estudiantes en el 22@, Poblenou, al que se oponen plataformas vecinales / Alonso i Balaguer Arquitectes i Associats

LIMITADAS

Así, no se permite abrir residencias de estudiantes en el centro de la ciudad, excepto si se reconvierte un alojamiento turístico o albergue de juventud.

Solo se admiten en el resto de ámbito de la ciudad, zonas específicas 3 y 4, con una limitación de densidad por distancia radial entre residencias y de capacidad a un máximo de 350 plazas. Además, el ayuntamiento ha anunciado que los precios de las residencias también serán asequibles con la aprobación de la ordenanza posterior a la MPGM.

CASI 80 RESIDENCIAS EN BARCELONA

Actualmente, entre las residencias de estudiantes ya activas y las previstas, en la ciudad hay 79 residencias con 13.800 plazas ubicadas en suelo de equipamiento y en suelo de zona.

De estas residencias, 18 se han tramitado en los últimos años y están en proceso de obtener licencia, y 32 del total son privadas y ubicadas en suelo de equipamiento.

LÍMITE SUPRIMIDO

La normativa vigente solo permitía destinar un 5 % del suelo de equipamiento de Barcelona a vivienda dotacional pública. Con el MPGM este límite se suprime a fin de que, desde la iniciativa pública, se puedan fomentar las que sean necesarios.

En cuanto a titularidad privada, se establece un límite del 7,5 % de los suelos de equipamientos privados. Actualmente, en la ciudad existen 787 hectáreas de equipamientos locales, de las cuales 306 son de uso privado, y si se aplica el límite del nuevo planeamiento quedan 23 hectáreas donde se permite implantar alojamiento dotacional privado. 

Desde el consistorio se destaca que con estos cambios se promueve nueva vivienda para dar respuesta a las necesidades de residencia temporal de colectivos con dificultad de emancipación como los jóvenes, las personas mayores, vulnerables, creadores culturales o investigadores.






Piden la creación de una Unidad Especial de la Guardia Urbana en el metro de Barcelona

 

Piden la creación de una Unidad Especial de la Guardia Urbana en el metro de Barcelona




Metropoli   ...........   


El grupo municipal de Valents pedirá este miércoles, 18 de mayo, en la Comisión de Economía y Hacienda, la bonificación del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) para aquellos propietarios que hayan denunciado una okupación ilegal. “En el año 2021, Cataluña lideró el ranking de las comunidades autónomas con más casos de okupaciones ilegales de toda España, con un total de 5.689 okupaciones, de los cuales 4.229 fueron en la provincia de Barcelona” ha declarado Eva Parera, presidenta y concejal de Valents en el Ayuntamiento de Barcelona. 

Parera también ha denunciado que “las okupaciones violan el derecho a la propiedad privada y suponen un problema de seguridad para los propios okupas y los vecinos”. Los propietarios de un piso okupado tienen la obligación de seguir pagando facturas e impuestos, como por ejemplo el IBI, “es por ello que pedimos al Gobierno de Ada Colau y el PSC que bonifiquen este impuesto a los propietarios que hayan denunciado una okupación ilegal de cualquier piso, local o solar mientras esta propiedad continúe okupada”.

Eva Parera, junto con los concejales Òscar Benítez y Marilén Barceló / VALENTS
Eva Parera, junto con los concejales Òscar Benítez y Marilén Barceló / VALENTS

POLICÍA EN EL METRO

En la Comisión de Presidencia, que también se celebra este miércoles, Valents instará al gobierno de Ada Colau y el PSC la creación de una Unidad Especial de Metro de la Guardia Urbana que tenga como competencia exclusiva el patrullaje del Metro de Barcelona durante el horario de funcionamiento de este servicio; a la vez, que se coordine con otros cuerpos policiales y los agentes de seguridad privada.

“Por el metro de Barcelona transitan 1,3 millones de personas cada día, lo que supone sumergirse en una ciudad subterránea, pero el número de efectivos de seguridad no es el suficiente para hacer frente a todos los delitos que en el Metro se llevan a cabo” ha declarado Òscar Benítez, concejal de Valents en el Ayuntamiento de Barcelona.

OTRAS INICIATIVAS

Marilén Barceló, concejal de Valents en el Ayuntamiento de Barcelona, presentará dos ruegos en las Comisiones. En el primero de ellos se instará al Gobierno Municipal a aumentar las medidas de prevención de los botellones en la zona del distrito de Sants Montjuic (zona del Parque del Mirador y Parque de la Primavera) para garantizar que los vecinos puedan descansar. 

En la Comisión de Economía y Hacienda se pedirá hacer efectiva, y de forma inmediata, la bonificación del 40% de la tasa de residuos, tal y como se comprometió el Gobierno Municipal en los presupuestos de 2022 a todos los vecinos afectados por el sistema de recogida Porta a Porta.



Así es el solar 'okupado' que ha provocado una enorme plaga de ratas en Gràcia

 

Así es el solar 'okupado' que ha provocado una enorme plaga de ratas en Gràcia



Metropoli   ..........   ELENA GARRIDO

Grave situación de insalubridad en Gràcia. Un solar okupado en el número 10 de la calle de Jaén es la pesadilla de los vecinos desde hace prácticamente un año y, hace dos semanas, el problema se ha generalizado a causa de una brutal plaga de ratas. 

Según ha informado a Metrópoli Anna Manso, vecina del bloque, el terreno –propiedad de un fondo inversor del cual se desconoce la identidad– fue okupado por una familia en agosto de 2021. Desde entonces, en el edificio se escuchan "muchos ruidos" y la suciedad se ha apoderado del entorno. "El patio interior está lleno de moscas e insectos", asegura Manso. No obstante, el problema se intensificó el pasado fin de semana –del 14 y el 15 de mayo– cuando unas ratas de grandes dimensiones empezaron a salir de la propiedad.

Los vecinos han explicado a este medio que la presencia de roedores empezó a intensificarse hace dos semanas, pero que, hasta la fecha, no habían salido del entorno. La situación es realmente "preocupante" porque en la calle de Jaén se encuentra la guardería Enxaneta, una salida de la escuela Sant Josep y la sede de la ONG YMCA, dedicada al acompañamiento de niños y jóvenes. 

Estado del solar 'okupado' en la calle de Jaén / CEDIDA
Estado del solar 'okupado' en la calle de Jaén / CEDIDA

PETICIÓN DE AYUDA 

Ante la proliferación de ratas en la vía pública, Manso llamó al 112 el pasado domingo para notificar "una invasión de ratas". Pese a que le aseguraron que "trasladarían el caso al departamento correspondiente", no hubo ningún tipo de actuación.

Este lunes, 16 de mayo, la vecina decidió personarse en la sede del distrito de Gràcia, cuyo concejal es Eloi Badia. Al explicar la situación, le invitaron a presentar una instancia, llamar a la Agencia de Salud Pública o llamar al teléfono de civismo del Ayuntamiento. 

SIN ACTUACIÓN

La web del consistorio estuvo "fuera de servicio durante dos días" y Manso no pudo presentar una instancia. Este martes, después de difundir las imágenes por las redes sociales, la afectada ha recibido una llamada para darle cita en la sede del distrito y poder presentar la instancia este miércoles, 18 de mayo.

A pesar de la "lucha" de Manso para recibir respuestas administrativas, el Ayuntamiento ha informado a este medio que "no tenían constancia de los hechos" hasta este martes. 

QUEJAS CON LA GESTIÓN 

En este sentido, la vecina asegura que considera "indignante" que ignoren sus reclamos cuando lleva "dos días alarmando de la gravedad del problema".

El consistorio, por su parte, ha informado a este digital que el lunes la ASPB activó "un equipo de control y desplegó un plan de actuación en la vía pública". Al tratarse de una propiedad privada el Ayuntamiento "no puede intervenir directamente" pero aseguran que "el distrito hará un requerimiento a la propiedad para que actúe". 

ESTADO DEL SOLAR 

Tal y como se puede observar en las siguientes imágenes, el solar está totalmente degradado y acumula basura y restos de comida. Según los vecinos, la familia que lo okupa se dedica al negocio de chatarra y hay "un menor de unos ocho años". 

"Cocinan, encienden fuego y acumulan allí toda la basura", denuncian los vecinos. "Es un peligro para la salud por la higiene pero también podría suceder una desgracia cualquier día", añaden otros afectados. 

Zona donde "cocinan" en el asentamiento / CEDIDA
Zona donde "cocinan" en el asentamiento / CEDIDA

Además, a pesar de ser el "hogar" de una familia, Manso asegura que en muchas ocasiones acuden otros grupos al terreno.

Este martes Francina Vila, la segunda portavoz del grupo muncipal de JxCat, ha solicitado a la alcaldesa la "actuación inmediata" para garantizar la salud "en el solar y en los alrededores" según los artículos 64.2 y 98 del Reglamento Orgánico Municipal.



martes, 17 de mayo de 2022

Más allá de la Armada Invencible: todas las veces que tropas españolas desembarcaron en las Islas Británicas

 

Más allá de la Armada Invencible: todas las veces que tropas españolas desembarcaron en las Islas Británicas







Por Jorge Álvarez  ........  Brujula Verde  


En Gran Bretaña está generalizada la creencia popular en que desde la ocupación del país por los normandos de Guillermo el Conquistador en el siglo XI ningún ejército extranjero ha vuelto a pisar su territorio.

Si acaso, las islas del Canal de la Mancha, que la Alemania nazi ocupó durante la Segunda Guerra Mundial y nada más. Pero un vistazo a aquellos tantos años en los que compartió tensa historia con España revela que no todo se redujo al rechazo de la Armada Invencible; otras armadas, otros soldados españoles, desembarcaron en suelo británico en varias ocasiones.

Ya desde la Edad Media menudearon las incursiones en uno y otro sentido. Generalmente, las que zarpaban de Albión con destino a la Península Ibérica eran razias que tenían como objetivo el saqueo de las poblaciones costeras; a veces tenían éxito, como la que protagonizó Francis Drake a Cádiz, y otras se estrellaban contra las defensas locales, como la que el mismo marino hizo por el litoral gallego y portugués.

En sentido inverso también los marinos españoles atacaron sus islas, aunque en su caso solían ser expediciones más ambiciosas.

La primera reseñable sería la que dirigió Fernando Sánchez de Tovar, almirante de Castilla, como represalia por la destrucción de varios barcos castellanos en el puerto francés de Saint Malo, durante la Guerra de los Cien Años; gajes de la alianza firmada por Enrique II de Trastámara con el rey galo Carlos V.

El episodio primigenio había ocurrido en La Rochelle en 1372, donde veintidós galeras hispanas habían derrotado a treinta y seis naos inglesas que se les oponían, llevándose un sustancioso botín de los catorce transportes que escoltaban.




A partir de ahí y a lo largo de la década se sucedieron las incursiones castellanas: Wight, Plymouth, Porthsmouth, Darthmouth, Lewes, Rye, Rottingdean, Folkestone, Winchelsea, Hastings, Poole, Jersey, Guernsey…

El Canal de la Mancha sólo tenía un dueño y se demostró poco después, cuando Tovar y el francés Jean de Vienne, remontaron el Támesis para llevar a cabo un asalto a Gravesend, una villa del extrarradio londinense que fue saqueada e incendiada junto a otras aldeas menores.

El cambio de siglo no supuso una tónica diferente. La guerra entre Francia e Inglaterra seguía activa y el monarca francés continuó requiriendo ayuda de Castilla. Enrique III el Doliente se la concedió y envió al corsario vallisoletano Pero Niño al mando de tres galeras bien pertrechadas para poner fin a las correrías enemigas por el Canal.

En 1405 Pero Niño se unió al galo Charles de Savoisy y juntos remontaron la ría de Cornualles, saqueando y dejando la región envuelta en llamas; después continuaron su campaña repitiendo acciones en Portland, Poole, Southampton para, más tarde,regresar y arrasar Jersey y otras islas.

Demos ahora un salto porque la unión dinástica de Castilla y Aragón, junto con la fusión con Portugal, el descubrimiento de América y la vinculación con el Sacro Imperio Romano Germánico, convirtieron a España en la primera potencia europea.

Y si Francia, en un primer momento tras la unificación de su reino al acabar la Guerra de los Cien Años, se había mostrado como el enemigo a batir, se rezagó tras la muerte de Francisco I y pronto quedó claro que Inglaterra opositaba también a esa plaza, especialmente tras su reforma religiosa.

El fracaso de la Armada Invencible tendría su reflejo en el de la Contraarmada de la reina Isabel; las espadas seguían en alto y seis años después, en el verano de 1595, los barcos españoles volvieron a sembrar el pánico en las islas británicas.

Fue en la conocida como Batalla de Cornualles y paradójicamente el objetivo inicial no eran los ingleses sino los franceses, que tenían como nuevo monarca a Enrique II de Navarra; éste era protestante y por eso recibió el apoyo de Inglaterra.

Felipe II, en alianza con la Liga Católica y Roma, envió al afamado Tercio de Juan del Águila, quien derrotó al enemigo una y otra vez hasta poner orden para después organizar una expedición de castigo a Gran Bretaña.




Embarcó tres compañías de arcabuceros en una pequeña escuadra de cuatro galeras y tomaron tierra en Cornualles, en el extremo suroeste de Gran Bretaña, asolando Mousehole, Newlyn, Paul y Penzance.

Se llevaron todos los cañones que encontraron y tan sólo registraron una veintena de bajas, que además no las causaron los ingleses sino una enorme flota holandesa con la que se toparon a la vuelta y de la que escaparon por poco.

Dos años más tarde se organizó una nueva armada de mayores dimensiones que la desgraciada en 1588: más de ciento sesenta naves y un ejército veterano cuya misión era, otra vez, conquistar el país y sustituir la monarquía anglicana por otra católica.

El destino quiso jugársela de nuevo a Felipe II y las tormentas propias del otoño desbarataron la empresa, si bien no hubo las pérdidas de la ocasión anterior. De hecho, siete de los barcos lograron llegar a tierra inglesa, a Falmouth, desembarcando cuatrocientos hombres. Aquella fuerza montó las correspondientes defensas mientras esperaba la llegada de los compañeros y del enemigo, pero ni unos ni otro aparecieron por lo que, al cabo de unos días, se optó por reembarcar.

En el contexto de aquella guerra anglo-española que empezó en 1585 y no terminaría hasta 1604, Juan del Águila volvió a cruzar el Canal a principios de septiembre de 1601, ya bajo el reinado de Felipe III. Esta vez el objetivo era Irlanda y más concretamente el puerto de Cork, que debía servir de cabeza de puente para una invasión, por lo que la flota llevaba cuatro millares y medio de hombres en una treintena de naves.

Pero una galerna las dispersó y en lugar de Cork tuvieron que arribar a Kinsale, a donde no llegó nunca la escuadra de Pedro de Zubiaur, una decena de barcos con casi setecientos soldados y la mayor parte de las provisiones. Por tanto, poco más de tres mil españoles se encontraron en tierra extraña en unas condiciones no muy ventajosas.




Las tropas construyeron dos fuertes y se atrincheraron mientras los barcos partían en busca de refuerzos. Entonces apareció un enorme ejército inglés que les triplicaba en número, a pesar de lo cual no fue capaz de romper las defensas montadas. Sin embargo, los refuerzos prometidos se perdieron en una nueva tempestad y únicamente se presentó un contingente irlandés.

La descoordinación y la defección de los irlandeses hizo que en la batalla de Kinsale se impusieran los ingleses, que no provocaron una escabechina mayor gracias al oficio de la infantería española. Al final, Juan del Águila pactó entregar las cinco plazas ocupadas a cambio de barcos y víveres para retornar a España… donde le esperaba un consejo de guerra; falleció antes de que empezara.

Inglaterra e Irlanda no fueron casos únicos y la bandera española ondeó también en Escocia, tras algo más de un siglo de descanso -que no de paz-. Fue en 1719, después de que la Guerra de Sucesión enfrentara una vez más a españoles y británicos por el apoyo de éstos al pretendiente Carlos de Habsburgo frente al candidato Borbón apoyado por Francia.

El problema sucesorio hispano, resuelto finalmente a favor de Felipe V, se trasladó entonces a las islas británicas, donde la impopularidad de Jorge I llevó al levantamiento de los partidarios de los Estuardo, personalizados en la figura de Jacobo III, quien tenía de su lado a irlandeses y escoceses además de los ingleses católicos.

Siguiendo un plan del cardenal Alberoni, ministro español, se envió a Escocia una escuadra compuesta por dos fragatas, a bordo de las cuales iban tres centenares de infantes de marina con la misión de proporcionar mosquetes (llevaban miles) y apoyo a la que era ya la tercera rebelión jacobita.

Se esperaba que ello desviara la atención inglesa, que mandaría allí sus fuerzas desguarneciendo su propio país y facilitando así el desembarco de un contingente más importante -unos cinco mil efectivos- en Cornualles, armando a los jacobitas locales.

Sin embargo, el tiempo volvió a jugar en contra impidiendo zarpar a la flota encargada de trasladar este ejército. Así, los infantes de marina quedaron solos y encima se encontraron con que los highlanders se mostraban remisos a empuñar las armas.




La guarnición española atrincherada en el castillo de Eilean Donan, medio centenar de hombres, fue duramente bombardeada por tres fragatas inglesas y sólo pudo resistir tres días. Los otros trescientos soldados se enfrentaron el 10 de junio al ejército inglés en la Batalla de Glen Shiel, ayudados por algunos clanes.

La artillería enemiga se concentró en mantener a distancia a los españoles -al fin y al cabo el hueso más duro de roer- y lanzó al resto de la tropa contra los escoceses, que no aguantaron el embate y optaron por irse aprovechando la bajada de la niebla, siempre con los hispanos cubriendo su retirada.

De aquel combate, que duró todo el día, quedan hoy algunos rincones de nombre etimológicamente obvio, como Bealach-na-Spainnteach (en gaélico, Paso de los Españoles) o The Peak of Spaniards (Pico de los Españoles).







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