Su grado de violencia y sus cruentas disputas internas la convierten en una de las bandas más peligrosas de Estados Unidos. Se hacen llamar los Crips y aglutinan varias pandillas compuestas por afroamericanos. Este miércoles, con la detención en Sevilla de tres menores a los que se considera integrante del mismo, se ha conocido que el grupo ha aterrizado en nuestro país, aunque, por ahora, de manera muy superficial.
La capital hispalense no había tenido, hasta ahora, registros de la presencia de ningún tipo de banda violenta. Fuentes cercanas a la operación en la que se ha arrestado a estos tres menores confirman a 20minutos que no solo en Sevilla estamos ante el hallazgo de un grupo inédito, sino en toda España. "No tenemos constancia de que la banda actúe o haya actuado en otra ciudad", defienden.
La noticia es, cuanto menos, sorprendente, ya que, si bien la presencia de bandas latinas (Latin Kings, Trinitarios, etc) sí es más usual en grandes capitales como Madrid o Barcelona, nuestro país nunca había acogido a grupos violentos de afroamericanos cuyo germen lo encontramos en Estados Unidos. En cualquier caso, las mismas fuentes aseguran que ser afroamericano no es un requisito indispensable para pertenecer a los Crips. "En estas bandas se acoge a cualquiera que cumple con la misión general de la misma", señalan.
Un pequeño reducto
Se calcula que en Estados Unidos pertenecen a los Crips cerca de 40.000 personas. No obstante, los arrestados en Sevilla, a los que las autoridades consideran los cabecillas, conforman un pequeño reducto del grupo. A ellos se unen otros 15 que han sido identificados, aunque la Policía no considera que ejerzan el mismo grado de violencia ni representen una peligrosidad tan alta como los tres detenidos. "A ver si con estos arrestos, al resto les sirve de escarmiento", afirman las fuentes.
No obstante, a pesar de su aparente bisoñez, sí es cierto que la banda, principalmente a través de la mano ejecutora de los tres líderes, comenzaba a hacerse con algunos barrios de Sevilla y a supuestamente cometer diversos delitos de robo con fuerza, coacciones, lesiones y contra la integridad moral. De hecho, en esos precisos barrios en los que comenzaba a crecer su influencia habían empezado a exigir pagos a otros menores que simplemente querían transitar por ellos.
No tiene por qué haber nexo con Estados Unidos
A pesar de que los Crips son de origen estadounidense, las autoridades confirman a 20minutos que, en casos de detecciones de pequeños grupos aislados como el de Sevilla, no tiene por qué existir un nexo entre los integrantes y el corazón de la banda. Basta con un cóctel explosivo que caracteriza la realidad de nuestros días: redes sociales y emulación.
Los menores de edad, cuya presencia en la red es abrumadora, ven vídeos sobre las actuaciones del bloque duro de las bandas, les inundan ciertos delirios de grandeza y protagonismo, e intentan importar sus prácticas. La rápida detección por parte de las autoridades en estos casos resulta clave para que lo que comienza siendo una pandilla de 'novatos' no acabe convirtiéndose en un grupo con una organización consistente.