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La ONU advierte del peligro al que se enfrenta el continente por el calentamiento global

Los límites geográficos dibujados en los mapas no existen para los virus que se mueven con libertad en un mundo cada vez más globalizado. El movimiento de las personas, por inmigración o turismo, han provocado que las enfermedades tropicales se propaguen silenciosamente con las mejores condiciones posibles. El calentamiento global y las inundaciones han ayudado a crear un ambiente perfecto para que se asienten nuevos vectores que pueden posibilitar brotes de arbovirus (enfermedades transmitidas por artrópodos). La ONU advirtió a finales de mes de que el cambio climático estaba «poniendo en riesgo» a Europa, que podría vivir un «número récord de infecciones transmitidas por mosquitos».
El dengue, el chikungunya o el zika son enfermedades transmitidas en concreto por el mosquito tigre ('Aedes albopictus'), una especie invasora procedente del sudeste asiático que se ha asentado en nuestro país, concentrado en la costa mediterránea, en Andalucía y en Madrid. El 'Aedes aegypti', conocido como el mosquito de la fiebre amarilla, se ha introducido en el archipiélago canario y el mosquito japonés ('Aedes japonicus'), de la misma familia que el tigre, también puede generar brotes —por ejemplo de la fiebre del Nilo Occidental (FNO)— y ya está en Cantabria y Asturias.
En cuanto al viejo continente, los datos preocupan a la ONU porque hace diez años, en 2013, el mosquito tigre estaba establecido únicamente en ocho países de la Unión Europea, con 114 regiones afectadas. Ahora, en 2023, se encuentra en 13 países y 337 regiones.
Sarah Delacour, investigadora y profesora del departamento de Patología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y miembro de la Red Nacional de Entomología Digital (ReNED) defiende por su parte que la aparición de mosquitos «no significa automáticamente» que haya dengue en el país. «El escenario epidemiológico en Europa ha cambiado a raíz del cambio climático, que ha aumentado las poblaciones de 'tigre' o de otras especies del género 'aedes' con capacidad de transmitir enfermedades. Sin embargo, que haya mosquitos no implica que vaya a haber un brote de una enfermedad como el zika o el dengue. Afortunadamente no estamos en ese caso, pero el riesgo existe», añade. El historial en Europa, por el contrario, genera dudas.


episodios humanos
Según el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), en 2022 se cruzó una línea roja en cuanto a casos de enfermedades tropicales adquiridas localmente. Se notificaron 1.113 episodios humanos y 92 muertes por infección por el virus del Nilo Occidental, con origen en 11 países, el mayor número de casos desde el año pico de la epidemia en 2018.
España vivió su mayor brote en el verano de 2020, con 77 contagios (56 en Sevilla, 15 en Cádiz y seis en Badajoz) y ocho fallecidos. En 2021, la incidencia fue menor y España notificó siete infectados, uno de ellos mortal, mientras que 2022 cerró con cuatro casos repartidos en Andalucía y Cataluña.
La peor parte se la llevó Italia, con un registro récord de 723 el año pasado. En cuanto al dengue, la Unión Europea registró 71 contagios en 2022, lo que equivale al número total de infectados entre 2010 y 2021. Francia tuvo 65 infectados en seis brotes distintos, y España notificó seis casos de dengue adquiridos localmente.
Desde el ECDC aseguran que, con el transcurso de los años, el Mediterráneo liderará la cifra de contagios, con un número «preocupante» de brotes. «El clima mediterráneo se ha convertido en el hábitat perfecto para el mosquito tigre, y no es de extrañar que los casos de dengue vayan en aumento», advierte Celine Gossner, experta en enfermedades emergentes y transmitidas por vectores, como los mosquitos. «En los últimos años hemos sufrido una expansión geográfica de las especies de mosquitos invasores en zonas de la UE que antes no estaban afectadas», declara por su parte la directora del ECDC, Andrea Ammon, que añade que «si esto continúa, habrá más casos y posiblemente muertes por enfermedades como el dengue o la fiebre del Nilo Occidental».
Cautela sin pánico
A pesar de que el ECDC y Naciones Unidas alarmen con los casos locales, los expertos, como Rogelio López-Velez, investigador de enfermedades infecciosas del Instituto del Hospital Ramón y Cajal y miembro del Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguran que no hay un «aterrizaje inminente» de estas enfermedades en España. «Una cosa es la precaución y la cautela y otra es el pánico. España no se va a convertir en un paraíso de enfermedades tropicales donde uno salga a la calle y pueda infectarse de dengue o zika con facilidad».
Los esfuerzos, según López-Velez, para evitar males mayores deben centrarse en estudiar formas de control para las poblaciones de mosquitos, mejorar la vigilancia epidemiológica y cumplir las medidas de protección personal.