Metropoli
Los vecinos del barrio denuncian que estos traficantes cada vez actúan con más violencia y aumentan la inseguridad
Los punteros --los camellos que venden droga a pie de calle-- están expandiendo su imperio en el Gòtic. Este tipo de multirreincidentes hace años que provocan problemas de incivismo en este barrio de Ciutat Vella, pero en las últimas semanas han hecho crecer la inseguridad, actuando "con más violencia que nunca contra los vecinos". La situación ha llegado a tal punto que, el pasado 11 de junio, varios de los afectados se manifestaron en el Consell de Barri pidiendo a Albert Batlle --regidor de distrito y teniente de Prevención Seguridad-- que tomara medidas urgentes para acabar con la delincuencia.
"Queremos manifestar nuestra preocupación creciente ante toda una serie de problemas colectivos que impregnan a nuestro vecindario y degradan nuestra vida y la de nuestros familiares y vecinos", dicen los afectados, que aseguran que han observado un aumento de la criminalidad generado, principalmente, por los punteros.
Eva Vila, miembro de la plataforma vecinal Fem Gòtic, conoce en primera persona lo violentos que son estos traficantes de a pie de calle. Enfrentarse a ellos le ha traído numerosos problemas, desde amenazas de muerte al acoso por parte de los punteros, que decidieron vigilar su casa las 24 horas del día para marcar territorio y amenazarla. A pesar de estas intimidaciones, Vila ha seguido siendo la cara más visible de la lucha vecinal en el Gòtic.
"Esta mafia ha crecido y hay caras nuevas"
"En los últimos meses, ha aumentado muchísimo la inseguridad. Antes teníamos controlados a todos los traficantes, pero esta mafia ha crecido y hay caras nuevas", afirma Vila a este digital. Preguntada por la causa de este repunte de camellos, asegura que solo hay dos explicaciones. La primera es que haya aumentado la demanda y, en consecuencia, necesiten nuevos "trabajadores". La segunda es que se estén abriendo más narcopisos y locales clandestinos, una hipótesis que coge fuerza si se tienen en cuenta los datos del Balance Trimestral de Criminalidad, que corroboran un aumento del tráfico de drogas.
Desde Fem Gòtic han detectado un nuevo problema. Si antes las potenciales víctimas eran los turistas, ahora también lo son los propios vecinos. Es precisamente esto lo que han denunciado en el Consell de Barri, celebrado el pasado 10 de junio. "Todo este ambiente de amenaza e intimidación se ha ido incrementando hasta producir asaltos y robos a los vecinos. Un ejemplo es como nos vemos obligados a acompañar a nuestros hijos ya no solo en horario nocturno, también a primera hora de la mañana, cuando tienen que ir al colegio, horas que se están convirtiendo en extremadamente peligrosas", dicen en uno de los documentos que los afectados han compartido en redes sociales.
Un robo muy violento a un menor de edad
La gota que colmó el vaso fue cuando, a finales de mayo, un grupo de jóvenes atracó violentamente a un menor de 17 años mientras iba al colegio haciéndole la técnica del mataleón para quitarle el patinete, la documentación y el móvil. La víctima quedó inconsciente en el suelo durante más de 20 minutos y los Mossos d'Esquadra han abierto una investigación para identificar a los ladrones que, según explica Eva Vila, "no son los multirreicidentes habituales del barrio".
Este fenómeno ha puesto de manifiesto las problemáticas del barrio, una situación que muchos vecinos tildan de "insostenible"."Estas mafias no se acaban nunca y todo va a peor, cada vez son más violentos. Es horrible la sensación de estar insegura en tu propia casa", lamenta la miembro de Fem Gòtic, y añade que la presencia de los nuevos punteros ha venido acompañada de robos con violencia e intimidación, así como robos con fuerza en varios establecimientos.
Auge de grupos criminales
Este cúmulo de circunstancias ha provocado el hartazgo de los residentes, que han aprovechado el último Consel de Barri para exigir medidas urgentes para acabar con la delincuencia. "Estamos muy preocupados por la inseguridad y nos encontramos en una auténtica emergencia. Tenemos el barrio lleno de grupos criminales organizados. Desde hace un mes hay nuevos delincuentes que nos están atacando", añade Jose Manuel.
Este hombre asegura que los punteros no solo increpan e insultan a los vecinos, sino que tienen actitudes machistas y hostiles contra las mujeres. "Lo vemos día sí, día también", lamenta. Con estas declaraciones también coincide Andrea --con un nombre anónimo-- que ha presenciado en múltiples ocasiones como estos traficantes, bajo los efectos de drogas y alcohol, acosan a las jóvenes que pasean por la calle.
El 365 de Escudellers, el punto de reunión de los punteros
El punto de reunión de los punteros es el 365 de la calle de Escudellers, donde se toman un café mientras se reparten el botín, dice Andrea. Este incremento de delincuentes en la calle también se ha dado en la plaza Reial, dice otra de las vecinas en el Consell de Barri: "Los Mossos lo tienen complicado, hay mucha reincidencia e inseguridad, nos tenemos que poner en modo guerrilla para sobrevivir en este barrio".
Este conflicto no solo genera consecuencias para los vecinos. Las asociaciones cannábicas que abundan en el Gòtic y que actúan dentro del marco de la legalidad. Así lo explica Eric Asensio, secretario de la Federación de Asociaciones de Cannabis de Catalunya (CatFAC): "Hemos tenido varias reuniones con el Ayuntamiento. Estas prácticas no tienen nada que ver con los clubs que hacen las cosas bien y obviamente su actividad nos afecta negativamente". Desde CatFAC no disponen de datos estadísticos que corroboren la presencia de punteros, pero están en contacto directo con las asociaciones vecinales que lo confirman.
"Nos oponemos rotundamente a aquellos clubes de cannabis que promueven prácticas alejadas del modelo asociativo, denunciamos el intrusismo de estas actividades que, amparadas por la doctrina del consumo compartido, funcionan bajo objetivos muy distintos a los principios y valores que defienden las asociaciones cannábicas", dice la CatFAC en un comunicado al que remite el secretario de la federación.
Albert Batlle ya ha manifestado en múltiples ocasiones su voluntad de cerrar las asociaciones de marihuana de la ciudad, a las que señala como un "elemento básico de conflictividad". No obstante, en el Consell de Barri los vecinos se han centrado en denunciar la inseguridad por parte de los punteros, que nada tienen que ver con los clubs cannábicos legales.
Las medidas del Ayuntamiento para acabar con la multirreincidencia
El fenómeno del tráfico de drogas a pie de calle está estrechamente relacionado con la multirreincidencia. El edil socialista ha explicado que este miércoles, 12 de junio, se ha reunido con la comisión de seguimiento del Consell de Seguretat para ver la evolución de las políticas de seguridad en Ciutat Vella. Para el teniente de Prevención y Seguridad erradicar la multirreincidencia es un factor clave para acabar con la inseguridad que hay en el Gòtic. "Hemos sido pioneros en impulsar reformas legislativas, pero en el Ayuntamiento nos hemos sentido muy solos delante de otros poderes del Estado y la Generalitat", lamenta el concejal del distrito.
Precisamente este miércoles, en la sesión de control en el Gobierno en el Congreso de los Diputados, se ha aprobado una nueva propuesta de modificación del Código Penal para erradicar la multirreincidencia. Se trata de una petición del PP que ha contado con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, a excepción de ERC, Bildu y Sumar.
Batlle ha aprovechado la ocasión para remarcar la voluntad del Ayuntamiento de acabar con la delincuencia, una voluntad que se ha visto plasmada en la Comisión de Estudio sobre Multirreincidencia, integrada por dos concejales de cada grupo municipal. Fuentes del distrito explican a Metrópoli que "están preocupados por la seguridad y que valoran positivamente que los vecinos manifiesten sus preocupaciones y reclamaciones". Los Mossos d'Esquadra, por su parte, aseguran que están al corriente de los problemas que generan los punteros y que el Grupo Regional de Delincuencia Urbana (FURA) y la Unitat d'Investigació Regional de Salut Pública trabajan activamente para erradicar su presencia en el Gòtic.
'La delincuencia está aumentando'
No obstante, los vecinos del Gòtic reclaman medidas concretas y más presencial policial, ya que cada vez se sienten más inseguros. "La delincuencia está aumentando, tenemos nuevos narcopoisos y vecinos que se van del barrio. Hace 49 años que vivo aquí y no he visto nada igual", concluye Eva Vila de Fem Gòtic.