La variante Ómicron tiene una alta capacidad de transmisión, tanto que España ha pasado de tener una incidencia de poco más de 40 casos a los 2.000 en menos de un mes. De hecho, la última semana los datos no paran de dispararse. Más de 100.000 casos diarios para encabezar el número de contagios en Europa,
Y la explicación es sencilla. A la rapidez de réplica, hay que añadir que muchos afectados lo habrán pasado sin saberlo, al confundirlo con un simple resfriado, y los que directamente no tienen síntomas.
De hecho, según avanza la sexta ola, se van conociendo nuevos síntomas asociados a la variante surafricana. A los diez que se conocían hasta ahora, hay que añadir tres más. La mayoría de las personas contagiadas con Ómicron tienen la garganta irritada durante unos días (no suele ser superior a cinco), secreción nasal, fatiga, estornudos, lumbalgia, dolor de cabeza, dolor muscular o sudores nocturnos, Síntomas leves a los que hace dos años no se les prestaba atención y que mitigaban como mucho con un paracetamol. Pero hoy en día son síntoma de contagio, de aislamiento, y de peligro para nuestros mayores.
Pues bien, a todos ellos hay que añadir tres más: las náuseas, la conjuntivitis y pérdida de apetito. pero no hay que olvidarse de otros síntomas más asociados a las primeras olas de Covid 19 como son la pérdida de cabello, dificultad respiratoria, tos persistente, fiebre y la pérdida de olfato y el gusto.
Los síntomas para las personas vacunadas suelen durar como mucho 5 días pero la tos puede permanecer un tiempo más. Los que no han recibido la pauta pueden encontrarse mal durante una semana, y el cansancio, tos y debilidad pueden alargarse de dos a cuatro semanas.
¿Qué hacer en caso de estar contagiado?
Las personas que resulten infectadas con Ómicron comienzan a transmitir el virus antes de mostrar los primeros síntomas (si llegan a aparecer) y el punto máximo de carga viral es de 48 a 72 horas después de comenzar a tenerlos. De hecho, esta es la explicación de que mucha gente de negativo los test de antígenos en los primeros días de síntomas porque la sensibilidad de estas pruebas no es lo suficientemente alta para poder detectar cargas virales bajas.
En el caso de que el resultado sea positivo, lo primer es avisar a las personas con las que has tenido contacto en los últimos días para avisarles de la situación y para que tomen las medidas oportunas que consideren. Después debes aislarte en casa durante 7 días. Si tiene síntomas, lo mejor es tratar de descansar lo máximo posible y mitigar las molestias con antitérmicos o antinflamatorios y beber mucha agua. La postura más recomendable es acostarse de lado en lugar de boca arriba o estar estado con la espalda rígida.
Hay algunos ejercicios que vienen bien para el sistema respiratorio y que además relajan. Uno de ellos es inspirar lentamente y exhalar por la boca con los labios juntos como si tratara de apagar una vela. La posición es importante, por ello, hay que relajar los hombros para no encorvarse, e inclinarse ligeramente hacia adelante con las manos en las rodillas. La calefacción no conviene tenerla muy alta y es recomendable dejar entrar aire fresco en la habitación.
En el caso de que note que le falta el aire, lo mejor es tener a mano un pulsioxímetro, una especie de pinza que se pone en un dedo y mide el oxígeno en sangre en unos segundos. Si los niveles son bajos, lo mejor es acudir a Urgencias. Lo normal es tener de 95 a 100. Si baja a 93 o 94, Lo recomendable es esperar una hora o más o menos y si no recupera, tratar de consultar con el médico de cabecera. Si la cifra cae por debajo de 92 lo mejor es acudir a urgencias.
Otros estados por los que deberemos visitar al médico son: si notamos que nos quedamos sin aliento y vemos que cada vez nos sentimos peor, si al movernos tenemos dificultades para respirar, si el cansancio o el agotamiento van a mas, si empieza a notar temblores o a perder el apetito. Si después de cuatro semanas, los síntomas siguen, puede ser signo de covid de larga duración.
Además, de la caída de la saturación, hay que acudir a Urgencias si tiene dificultades para hablar cuando está en reposo, si empeora repentinamente la capacidad respiratoria, si tiene el cuerpo frío y sudoroso, con la piel pálida o con manchas, si y tiene sarpullido en la piel que parecen pequeños hematomas o sangre debajo de la piel, si tose sangre, sufre un desmayo o desorientación y si orina mucho menos de lo habitual.
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