"España ha perdido el control": duro artículo del 'Frankfurter Allgemeine' sobre la gestión de la pandemia
El artículo de Hans-Christian Röessler afirma que el país ha aprendido poco de la primera ola y responsabiliza a la clase política: "Los dirigentes no están a la altura"
Denuncia la "falta de una estrategia global" y critica las prisas de muchas autonomías por revertir las restricciones pasada la primera ola del coronavirus
"España ha perdido el control de nuevo", empieza el artículo, que analiza las últimas cifras de contagios y de muertes y concluye que "en España poco se ha aprendido de la primera ola" y señala a los responsables: la clase política, con hincapié a la actitud de la derecha. "Los dirigentes no están a la altura de la crisis. Los bandos políticos chocan de manera irreconciliable. La derecha arremete contra la coalición de izquierda de Sánchez como si la campaña electoral aún no hubiera terminado".
"Resulta imposible pasar por alto el fracaso del Estado", señala Röessler, que denuncia también el hecho de que tras el fin del estado de alarma, muchas autonomías corrieron a relajar restricciones. Así, apunta que en junio, cuando las cifras bajaron, "el Gobierno central y las comunidades autónomas dejaron pasar un tiempo valioso. En lugar de prepararse para la segunda ola, muchas regiones apremiaron para relajar las restricciones cuanto antes. Especialmente en las costas, la intención era salvar la economía con la temporada de verano". Una táctica que tampoco fue muy exitosa porque la afluencia de turistas extranjeros fue más bien escasa, recuerda el artículo.
Como contraposición a la gestión de España, el diario pone el ejemplo de Italia. "Allí, las cifras están aumentando de nuevo, pero mucho menos que en España. Después de un confinamiento tan largo y duro como el español, Italia no se apresuró a relajar las restricciones. El estado de emergencia vigente desde el brote de la pandemia acaba de ser prorrogado hasta enero de 2021. Si es necesario, las autoridades locales pueden endurecer las regulaciones vigentes en todo el país, pero no desactivarlas. La cooperación entre el Gobierno central y las regiones y municipios está funcionando". "En España ocurre lo contrario", remacha.
Roëssler abunda en la falta de coordinación Estado-autonomías y en la falta de una estrategia global y común como motivo del fracaso en la gestión: "Desde el final del estado de alarma nacional en junio, las 17 comunidades autónomas han estado al frente de la lucha contra la pandemia. Falta una estrategia nacional, así como un mensaje claro común". El artículo señala la "impotencia durante semanas" del Gobierno español en Madrid, donde la situación "es dramática" y donde finalmente el Ejecutivo ha declarado el estado de alarma con la oposición de la Comunidad de Madrid.
El problema pues es político, concluye: "Más de 50.000 españoles han perdido la vida. Sin embargo, los políticos no logran llegar a un consenso. Faltan líderes que unan al país. Discuten sobre cifras y litigan entre ellos. Especialmente en el Partido Popular conservador". Y destripa la estrategia de los populares: "los políticos más jóvenes y menos experimentados tratan de afilar su perfil por medio de una oposición de carácter fundamental: el derrocamiento del Gobierno de izquierda de Sánchez aparentemente les importa más que la lucha contra el covid-19".
De trasfondo, analiza el articulista, están los conflictos políticos no resueltos, incluido el conflicto con Catalunya y una cuestionable cultura política que no hacer augurar una solución rápida: "En España, el virus ataca a un estado debilitado y bloqueado por conflictos no resueltos. La inestabilidad y el enfrentamiento conforman la cultura política e impiden las reformas necesarias. El conflicto entre Barcelona y Madrid amenaza con agravarse de nuevo debido a las elecciones autonómicas anticipadas. Una solución política está aún muy lejos de alcanzarse. Las acusaciones de corrupción contra Juan Carlos han sumido a la monarquía en una grave crisis. Esto lleva el agua al molinos de sus oponentes. El consenso que surgió durante la transición de la dictadura de Franco a la democracia se está desmoronando".
Röessler acaba dibujando un panorama desolador para España: "La cuarta economía de la eurozona ya no puede salvarse por sí sola. España se está deslizando hacia lo que puede llegar a ser la peor crisis económica desde la guerra civil". Y aunque está prevista la movilización de 140.000 millones de euros del Fondo de Reconstrucción de la UE, el periodista se muestra pesimista ante los planes de recuperación porque, concluye, "hasta ahora, a España le han faltado la perseverancia, unidad y eficiencia que requiere semejante hazaña".
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